Cinco días con ella

Día uno

***

La mañana del domingo estaba tranquila, amaneció un sol radiante acompañado de una suave brisa, la madre de Dan había llegado tarde de trabajar, ese día no desayunan, pues ambas se levantan pasadas las 12:00 a.m.

La noche anterior, Dan estubo haciendo tareas porque quería estar libre el domingo, el sueño se había alejado de ella, quedarse hasta tan de madrugada no se le complicó, ni siquiera se le cerraban los ojos, era como si no sintiera, realizaba sus actividades sin pensar en cómo debía hacerlas, solo seguía el patrón.

Al otro lado de la calle, a Diego se le ha quitado el sueño, está acostado en su cama, pensativo, haciendo una lista mental de las cosas que le han pasado durante la semana y de las que espera hacer esta semana que empieza, debe hacer deberes, recuerda el favor que prometió cumplir, pero cómo debe iniciar la conversa, no hace mucho que él se había mudado a ese barrio, por ende, era poco o nada lo que conocía sobre la chica al otro lado de la acera. Somos jóvenes, pensó, ella debe tener redes sociales, saca su teléfono y busca la busca en facebook, la encuentra pero duda en enviar la solicitud pero al final la envía.

*Más tarde*

-Ahhhh-. bosteza- Una mañana más y sigo viva, qué emoción, mmm... que silencioso, parece que mamá aún no se despierta, bueno, será mejor que haga yo la comida-

Toma un baño, se viste, cuando agarra el cepillo para desenredar su cabello se cae su celular..

-Hoy no te usasré pequeña caja de comunicaciones así que quedate aqui-. dice poniendo su celular en la mesa- Da igual, no quiero hablar con nadie y a nadie le interesa hablar conmigo y del colegio no quiero saber nada hasta mañana-

*Baja a la cocina*

-¿Y ahora qué cocino?-

***

-Hummm, ya ha pasado un tiempo y aún no me responde la solicitud, ¿abré quedado como un idiota?-. se pregunta- Bueno, lo intenté-

*Se levanta y baja a la cocina*

-Hola mamá-

-Vaya, te has levantado antes de las 11:00 a.m, es un nuevo record-

-Jaja-

-Siéntate, el desayuno está listo-

-Gracias-

***

-Bueno, no es mucho pero es trabajo honesto, el desayuno/almuerzo está listo, tiene buena pinta-

*Se sienta a comer*

-Que soledad, iré por mi celular a ver por lo menos videos-. sube las gradas hacia su cuarto, baja, se sienta nuevamente a comer, prende el celular- ¿Qué?-. traga saliba- D..Diego me envió una solicitud de amistad, ¡Qué emoción!, será que la respondo ahora o mejor después-. se mete unas cucharas de comida a la boca- Sería decortés, mejor la respondo-. acepta la solicitud- Ay no puede ser, que hice, no debí hacer eso, bueno ya nada, mejor veo videos-

***

-Ya acabé mamá, iré a mi habitación-

-¿Volverás a dormir?-

-No, ya no-

-Esta bien hijo-

Diego sube a su cuarto, agarra su guitarra, toca un poco, eso lo tranquiliza, lo ayuda a pensar y a canalizar su energía, a su mente vuelve la chica de cabello cortado manualmente, se veía graciosa con ropa de dormir ayer que se la encontró, se llevó bien con su hermana, se pinta una sonrisa en su rostro al recordar la última sonrisa con la Dánae se despidió.

-Es muy linda- dice en voz baja

*Bip, bip*

Deja de tocar, agarra su celular, le ha llegado una notificación de facebbok, Dan aceptó su solicitud. 

-¿Será que debo escribirle?-. piensa seriamente- No, mejor después-

-Diego, baja por favor-

-Dime mamá-

-Baja-

-Voy-

*Baja*

-Mande-

-¿Puedes ir a comprar esto?-

*Le extiende una lista*

-¿Ahora?-

-No, para mañana-

-Está bien, voy a cambiarme y me voy a comprar-

-Okey-

***

-Pero que día para más aburridoooooooo-. se levanta- ¿Cuánto dinero me queda?-. abre su billetera- Diez dólares, qué puedo hacer con eso-. piensa- Ya sé-

Un día maravilloso pero aburrido para ambos jóvenes, la tarde talvez traiga nuevos aires de alegría, o quizá no pero di Dan tiene algo en claro es que necesita un libro, no se decide si de poesía, fantasía o cuál, la chica va a su habitación, como el día está soleado decide ponerse un vestido color cian, se ata la mitad del cabello, su cabello por ser pequeño, desata unos mechones, odia las zandalias y los tacones, es así que opta por usar unos tenis blancos, agarra sus últimos cinco dólares de su billetera y escribe una nota a su madre:

     Buenos días mamá, he intentado hacer el amuerzo, espero que esté bien y que te guste, me aburrí y aún       me quedan diez dólares del dinero de mi cumpleaños, iré a comprar un libro, vuelvo pronto, si algo me           pasa por favor no olvides que te quiero, eres la mejor. Bye.




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