Cinco días con ella

Día dos: Semana libre

*Al día siguiente*

-Destesto los lunessssss-. Dan despierta y se restriega los ojos- Bueno pues a darle otra semana más-

-Pero qué milagro, cómo así te levantas tan temprano?-

-Pues es lunes mamá-

-Okey-. responde su madre, su rostro muestra una pícara sonrisa

-Está todo bien?-

-Si-

-¿Tienes que decirme algo, mamá?

-No, será mejor que te bañes y te prepares para tus clases-

*Se cierra la puerta*

-Eso fue extraño pero ya que, es hora de bañarse-

Lego de bañarse, vestirse, frente a la computadora...

-Vemos...ajá, hoy es lunes y hoy me toca Físisca-

*En la pantalla*

  Buenos días estimados jóvenes y señoritas, esperando que se encuentren bien junto a toda su         familia, me digno en iformales que los maestros y maestras estamos en una capacitación virtual por   lo que, por esta semana, las clases se suspenden, muchas gracias y que tengan un feliz inicio de   semana.

-Pero que cara..-

-¿Cómo van tus clases hija?.- dice su madre mientras ríe

-Mamá cómo no me lo dijite-

-JAJAJAJAAJA-

-Sabías que la madres normales les avisan a sus hijos los anuncios importantes del coleegio-

-Si pero tú ya estása grandecita para esas cosas-

-Mamá......-

-Ay ya deja de hacer tanto drama-

-Y cómo no voy a hacer drama si me hiciste bañarme y cambiarme-

-Tú solita hiciste eso, yo no te obligué-

-Touché-. piensa Dan- ¿Puedo volver a dormir?-

-Está bien, yo ya me voy a trabajar-

-Okey mami-

***

Una semana libre, qué pasará, cómo la vivirán, esta es una realidad en la que las clases son virtuales y en la que salir cotidianamente no es una muy buena opción, al menos no abrá clases, un respiro es bueno de vez en cuando, tanto Diego como Dan duermen, es un día lluvioso, la ciudad está bajo un tenue tono gris, hace frío, el sol parece haberle dado el protagonismo al cielo y la tristeza que siente. Las gotas caen sin patrón, caen y luego paran, ese es el círculo que sigue. Poco a poco la ciudad entera despierta, el sonido comienza a resurgir, los autos, pájaros, el sonido de una alarma, la sirena del señor del gas... jugan contra el viento para ver quien tiene el protagonismo. Todo este revuelo es la señal de que ambos jóvenes deben despertar y así lo hacen:

-Ahhhhh-. bosteza, coge su celular y observa la hora- la gran**, son las 10:00 a.m, se supone que solo cerré los ojos por cinco minutos más-

Dan se levanta, se viste, hoy es un día productivo, es momento de comenzar con su plan, el plan para llegar a la plena felicidad, se inicia tendiendo su cama, ordenando su cuarto, el cambio inicia desde las cosas más pequeñas que relajan la mente permitiendo que todo fluya positivamente, seguido de esto, un desayuno poco realizado comprendido por: un homelet, pan, leche con chocolisto, un jugo de naranja que su madre ha dejado preparando y yogurt, eso es mejor que tomar café porque eso si que no le gusta a ella.

*

-Diego, ya levántate-

-Da igual, el sueño se alejó de mi hace tiempo-. dice en voz baja- ¡Voy mamá!-. grita

-El desayuno está listo-

-Que ya voy mamá-

Un día desalentador, lluvioso, gris, oscuro, triste, cómo va a ser posible ser feliz en estas condiciones, vivir, qué asco, respira, ya está, un sonrisa, no le importa estar en pijama, igual y no piensa hacer nada relevante. Baja a la cocina.

-Estás hecho un completo desastre hijo-

-Mamá no estoy para tus regaños mañaneros-

-Alguien a amanecido con el pie izquierdo-. dice su madre a manera de broma, Diego solo la regresa a ver enojado- Mucho cuidado jovencito que puedo hacerte bajar de esa nube de un solo golpe-

-Lo siento mamá pero hoy no es un buen día-

-Ni si quiera a empezado-

-Es un día malo, no sé si lo has experimentado mamá pero a veces los seres humanos sufren y no tiene ánimos para nada-. dice levantando un poco la voz

-Pues si hijo, lo he experimentado porque si lo olvidaste tambien soy humana, tambien tengo días malos, tambien hay días en los que no tengo ganas de hacer nada pero sabes por qué sigo, sigo por ustedes, porque me necesitan, no quiero que me vean triste, desanimada...-. de los ojos cafés de su madre, a causa de aquellas palabras sale una lágrima, baja por sus mejillas, despacio, indiferente a la situación, tan despacio pero firme

-¡Pues.. pues... talvez no te necesitamos como piensas!-. salen gritos emitidos por Diego

-No me necesitan... que no me necesitan... Diego tienes 16 años, necesitas de tu madre, aún eres un niño..-




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