Cinco Elementos. La Prisión para Magos de Valtoria.

IX. La teoría de los 5 elementos. Parte 1.

—Entonces. Dime, Wanqian ¿Conoces cómo funciona el Qi manifestado en los cinco elementos? —preguntó Aron. Mientras Pulgar rebuscaba entre un montón de cosas apiladas en una esquina de la celda.

—Uhm… No conozco los detalles —respondió el chico hablando entrecortado —. Mis padres intentaron enseñarme pero… —Se detuvo mirando hacia el suelo. No sabiendo como continuar con su respuesta— ...Supongo que no supe valorar lo que tenía, era un niño y… —Wanqian volvió a titubear, visiblemente compungido.

—No hay problema —dijo Aron levantando una mano y gesticulando calma. Entendiendo la situación del joven de ojos rasgados—. Nos servirá para repasar desde el comienzo, mientras Melina se reincorpora —continuó mientras Lucía levantaba los ojos de manera exagerada con expresión de tedio. Cuando Pulgar volvió con una ramita de unos 30 centímetros y un pequeño potecillo de algún ungüento tipo pomada casi seco, el joven de cabello castaño y mirada cálida hundió el trozo de madera en forma de varilla en la sustancia impregnando la punta con la preparación de un color ahora negruzco que parecía en sus mejores tiempos haber sido de color verde— Obra del maestro Li —dijo acompañado de una risita, antes de empezar a pintar en la pared un círculo. Dentro del círculo trazó una línea curva, qué si bien no era recta, dividía este en dos partes iguales que daban la sensación de estar fluyendo. Una pintada, oscura comenzaba siendo pequeña e iba creciendo en proporción a medida que descendía, conteniendo un pequeño círculo sin pintar en su parte más ancha. La otra, sin pintar, ascendía de la misma manera que la parte oscura descendía, y contaba en la parte más ancha —en este caso lo alto del círculo— con otro pequeño círculo pintado.

—¡El diagrama de TaiJi! —exclamó pulgar con entusiasmo— ¿Sabes cómo se creó el universo? ¿Wanqian? —preguntó el pequeño ansioso por responderse a sí mismo.

—Al grano, Aron —apuró Lucía. Aron encogió los hombros, sonrió y se preparó para continuar.

—Para manifestarse habiendo solamente un Vacío primordial, donde no hay diferenciación ni cualidades específicas, solo equilibrio absoluto, el universo necesita de estas energías polares; Yin y Yang… O algo así ¿No? —comentó Wanqian ansioso, soltando las palabras tan rápido que parecía se iban a pisar la una con la otra. Lucía hizo un sonido con la boca con expresión de “lo sabía” y Pulgar abrió la boca sorprendido. Aron asintió sonriente.

—Probablemente el maestro Li hubiese encontrado diez fallas en esa aseveración, pero también es probable que no esté escuchando —dijo el joven guiñando un ojo—. Lo importante es que todo en el universo responde a la ley de TaiJi, por lo tanto a estas energías opuestas e interdependientes interactuando constantemente ¿Sí? —Miró entonces a Wanqian que asintió con la cabeza— ¡Perfecto! Avanzando entonces en el orden de creación de cosas, la energía o Qi tiene cinco etapas o formas en las que expresarse, las cuales asociamos con elementos naturales ¿Bien? —Se detuvo nuevamente a repasar con la mirada a los presentes. Wanqian volvió a asentir con la cabeza, mientras que Pulgar con brazos cruzados, expresión seria y ojos cerrados asentía también, como si su rol fuese supervisar la correcta entrega de la información. Lucía levantó una mano.

—¿No deberías estar explicando esto a tu aristócrata condenada a muerte? ¿Aron? ¿O en el fondo sabes que…? —La chica no alcanzó a terminar su intervención.

—Melina conoce la teoría perfectamente. Melina peleará y ganará. ¿Es que no confías en mí? ¿Lucía? —preguntó el joven abriendo los brazos y mirando a Lucía aun con expresión afable.

—No confío en alguien que pudiendo escapar de su jaula prefiere quedarse encerrado —respondió Lucía con calma, pero desafiante.

—Lucía, Aron, sugiero que continuemos —interrumpió Wanqian sorprendentemente seguro en sus palabras. Lucía apoyó su espalda en las literas, se encogió de hombros y miró hacia un lado, Aron volvió a sonreír y a asentir levemente con la cabeza—. Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua. Esas son las cinco fases, las cinco formas, los cinco elementos —continuó Wanqian concentrado, intentando acelerar esta suerte de clase improvisada. Lucía sonrió mostrando los dientes, como satisfecha u orgullosa, probablemente de que Aron no llevara las riendas del asunto. Sin embargo, el joven de cabello castaño le ofreció una corta serie de aplausos a Wanqian, que se sonrojó.

—¡Bien! Entonces ¡A lo que vinimos! —dijo Aron entusiasta y comenzó a escribir los nombres de los elementos alrededor del diagrama de TaiJi. Arriba a la izquierda escribió “Madera”— Si bien, todos los seres humanos somos capaces de trabajar en nuestro Qi, y funcionamos bajo la constante interacción de opuestos, y de los cinco elementos entre sí, también es cierto que todos nacemos, o desarrollamos con el tiempo, una naturaleza predominante, en este caso uno de estos cinco elementos en alguna de las dos polaridades —agregó mirando a sus tres compañeros mientras apuntaba la varilla hacia la pared donde acababa de escribir usando la pomada del pequeño potecillo.

—¡Por ejeeeemplo! ¡Melina es de Madera Yin! —añadió Pulgar, levantando el dedo índice y alargando las palabras, en su idea de lo que era actuar como un profesor. Aron le sonrió al niño antes de continuar.

—El elemento Madera representa la primavera, el nacimiento y la expansión —prosiguió explicando Aron—. Es energía creadora y supone el comienzo del ciclo de los cinco elementos. Llevado a la manipulación externa de Qi, los que tienen esta naturaleza como predominante suelen lograr habilidades relacionadas con las plantas, flores, bosques y, como es lógico, la madera en sí y los objetos hechos en base a esta. —Aron se detuvo mirando a Wanqian, el que se notaba ansioso por hablar.

—Aron… Hm… ¿Cómo influyen las polaridades opuestas en este caso? ¿La naturaleza elemental viene acompañada de una polaridad? Quiero decir… Si uno de nosotros tiene como naturaleza el elemento madera… —Al chico le costaba formular su duda de manera clara, pero Aron sonrió, hizo un gesto en señal de calma y respondió sin necesidad de oír más.




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