Cinco Elementos. La Prisión para Magos de Valtoria.

X. La teoría de los 5 elementos. Parte 2.

—Ci-clo de Ge-ne-ra-ción —agregó Pulgar cortando las palabras, con los ojos cerrados e intentando imitar lo que para él era el tono más académico posible. Aron le sonrió, y asintió con la cabeza.

—Así es, a esta sucesión ordenada de elementos le llamamos Ciclo de Generación. Como bien ha dicho el profesor asistente Pulgar —confirmó Aron guiñando un ojo al niño. Pulgar entonces agudizó su caricaturesca expresión de sabio.

Wanqian sentía el impulso de reír ante las intervenciones de Pulgar, pero lo suprimía pues no podía predecir la reacción del pequeño, al que no quería incordiar. Lucía parecía estar mentalmente en otra parte, concentrada en algo totalmente diferente. Al notarlo, Wanqian tuvo pocas dudas de que la chica seguía afinando los detalles de su plan para escapar.

—Por eso Melina es la esposa de mi hermano Aron, ya que ella lo alimenta —dijo Pulgar con seriedad, manteniendo su tono académico. Wanqian volvió a reprimir una risa.

—Y él come de su néctar con gusto —añadió Lucía sonriendo con maldad.

—Así es. Es más… Cuando la señorita Melina no puede dormir… —prosiguió Pulgar.

—¡No es cierto! —dijo Aron rascándose la cabeza— Y tú, Lucía... —El intento de encare de Aron a la chica quedó en segundo plano ante la carcajada que soltó Wanqian, que no pudo contenerse más. Por primera vez desde hace mucho tiempo el joven se sintió relajado y con calor en el pecho. Lucía se unió, riéndose sin abrir la boca pero por fin bajando un poco la guardia.

—¡Jaaaaa! El gran comediante Pulgar lo ha vuelto a hacer —dijo el niño abriendo los brazos y soltando una risa infantil que por fin calzaba con un chico de su edad. Aron se llevó la otra mano a la cabeza y sonrió de oreja a oreja, su sonrisa enorme y brillante.

La sensación en el pecho de Wanqian se transformó en algo similar a la felicidad, y dejó que sus salientes lágrimas de risa se mezclaran con las de emoción… “Escapar… Escapar ¿A dónde?” el pensamiento volvió a resonar en su cabeza, y se preguntó a sí mismo si momentos pequeños como ese eran los que hacían a Aron, Pulgar, Melina y el maestro Li, no escapar de la prisión a pesar de todo lo demás.

—Parece que ya estar siendo amigos. —El maestro Li abandonaba la sala misteriosa y cerraba detrás de él—. Tratamiento a Señorita Melina ya está terminado… Ahora duerme profundo. Necesitará algo de tiempo —continuó el anciano.

—Justamente lo que no tiene —respondió Lucía haciendo una mueca ansiosa.

—Esperemos entonces que se reponga rápido. Persona Madera Yin es superviviente por naturaleza —respondió Li Wei con calma. Wanqian miró detenidamente al anciano. De barba larga y casi totalmente blanca, poco cabello ceniciento, no demasiado alto y medianamente fornido. Según le había contado Lucía la noche anterior, la leyenda decía que el veterano habría sobrevivido a ejecuciones, sus marcadas y profundas cicatrices en el cuello eran un buen punto de partida para una historia de ese tipo, sin embargo, la presencia de aquel hombre de ojos rasgados hizo dudar al joven ¿Era solamente un cuento avivado por los otros reclusos? ¿O acaso la habilidad de Li Wei le permitió de hecho sobrevivir a cortes destinados únicamente a matarle separando su cabeza del cuerpo? “Imagina la naturaleza Madera Yang como un árbol milenario, fuerte e inquebrantable…” Había explicado Aron hace no mucho. Sumado a que su forma pobre de hablar el Nimbriano sugerían que fue capturado, o bien, llegó a Nova Orda siendo probablemente un hombre mayor, a diferencia del chico quién podía hablarlo de manera fluida, habiéndolo aprendido desde pequeño. De pronto, sacando cálculos, una pregunta irrumpió en su mente “¿Cuántos años había vivido este hombre de piel curtida y una presencia que cada vez le recordaba más a un enorme roble?” Incluso si su supuesta supervivencia a ejecuciones era solo una leyenda… las leyendas no se construyen de un día para otro…— Tiene usted mente ágil, joven Wanqian —dijo el maestro Li Wei sacando al chico del mundo de sus pensamientos.

—Sí… ¿Sí? —Wanqian hizo una pequeña reverencia a modo de disculpa, probablemente su proceso de observación del anciano estaba siendo muy notorio. No quiso darle vueltas a la idea intrusiva de que el veterano podía leer sus pensamientos o algo similar.

—Después de Fuego viene Tierra —dijo el maestro mirando a Aron, dándole pie para continuar.

—¡Sí! ¡El Fuego genera Tierra! Podemos entenderlo como las cenizas o restos que deja el fuego después de arder. —Aron tomó la varilla y trazó una línea desde fuego a Tierra, quedando la última en el lado superior derecho del círculo.

—Creo… creo que ese es mi elemento —observó Wanqian concentrado, con los dedos entrelazados. Aron y el maestro Li sonrieron.

—¡Demostración! —exclamó un entusiasmado Pulgar dando una vuelta alrededor de su eje. El joven Fengniano miró a Lucía, la que asintió con la cabeza.

—Hm… Tengo… Dos maneras —comenzó Wanqian, levantando su pantalón y mostrando su pierna aun sin recuperar, dejándola al descubierto. Se puso de pie usando la otra, quedando entonces sostenido en una pierna —la sana— y otra en el aire, con el pie torcido y la planta hacia el centro.— Ahora mismo, me es imposible caminar normalmente. Para mantener la marcha estoy obligado a apoyar la zona lateral… —Entonces dio un paso apoyando el canto lateral de su pie lastimado, esto acompañado de una inmediata mueca de dolor— Sin embargo… —Continuó con una sonrisa nerviosa. Inhaló y a medida que botaba el aire su pierna se empezó a recubrir de una capa de algo parecido a arena húmeda, la que reforzó casi en su totalidad la zona inferior a la rodilla y acomodó la posición de su miembro inferior. Tras otra mueca de dolor, Wanqian de erguía apoyado en una sola pierna, la dañada, que ahora tenía perfectamente ubicada la zona plantar y lucía una cubierta de tierra pesada.

—¡Armadura de Arena! —dijo Pulgar entusiasmado. Aron sonrió sorprendido. El maestro Li observó interesado levantando una ceja.




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