Cinco Elementos. La Prisión para Magos de Valtoria.

XXIV. La charla que pudo haber sido.

El año que siguió estuvo marcado para la familia Ferranza por el deterioro de la salud de la Señora, Maria Isabel, la que en días malos, se veía obligada a pasarlos recostada día y noche. Si bien esto no era lo común, ya resultaba notorio para sus familiares la creciente frecuencia con que ocurría. Más preocupante todavía era la falta de un diagnóstico claro y tratamientos certeros. Aun manteniendo su ánimo y esforzándose para dar lo mejor de sí, era evidente la dificultad de la Señora Ferranza para satisfacer las demandas de la pequeña Fernanda, que bordeaba los 8 años.

Así, Beatriz se había transformado en una residente más en la mansión de su hermana. La mujer, acostumbrada ya a dar órdenes -certeras o no-, comenzó a ocupar los espacios que María Isabel ya no podía abarcar dentro de la administración familiar.

La propiedad de los Silveira terminó sirviendo como hogar para el recién llegado Fermín Silveira, sus dos hijos y su esposa. En rango etáreo, Fermín era el hermano que seguía de María Isabel y precedía a Gastón dentro del orden de aquella generación familia. Éste, a diferencia de sus demás familiares, se negó a vivir en un lugar como Nova Orda que prohibía los templos a la Hermandad de La Fe, de la cuál era feligrés ferviente, a tal punto que su familia dio por sentado que terminaría siendo Guardián, nombre con el cuál se conocía a los sacerdotes del culto.

Sorprendentemente, volvió de la nación de Serenia —Donde estaba ubicado el centro de poder de la Hermandad— siendo simplemente un acólito, sin hacer voto de castidad, pero con una devoción fanática igual o mayor a la que tenía al separar su camino del de su familia. Con la creación del primer templo en suelo Valtoriano luego de casi un centenio, Fermín viajo de Serenia a Nova Orda bajo la excusa de predicar su fe, dar consuelo espiritual y de paso ver a su hermana enferma. Gastón, por su parte ocupaba espacio en ambas viviendas, sin demasiada prudencia, ni respeto por los espacios. Mantenía, por supuesto, su buena relación con Melina, a la vez que hacía lo posible por instalarse en las cúpulas de poder de la nación.

La tarde encontró a Melina y Camilo paseando tranquilamente por los enormes verdes del terreno Ferranza, cada uno en su corcel, poniéndose al día, como hacían cada cierto tiempo.

—Es increíble como pueden ser tan similares y a la vez tan distintos —dijo la joven Melina, de ya 18 años, mirando al cielo.

—¿Hm? Hablas de Padre, asumo… —respondió Camilo con una sonrisa melancólica. Lo cierto es que a medida que crecía, el hijo de Arturo Ferranza se le parecía físicamente cada vez más, sin embargo su semblante era totalmente distinto, algo evidente para el ojo certero de Melina—. Es cierto, el porte de líder de familia te queda mucho más a ti, hermanita. ¿No te interesa tomar mi lugar? —Había mucho de deseo real en el aparente comentario inofensivo de Camilo. Sin embargo, al menos en Nova Orda, tal acción era imposible.

—Tal vez, Gastón algún día logre ese espacio para las mujeres —Melina dijo esperanzada, aunque también a ella le parecería excesivo cargar con un peso como el que llevaba su padre— Por cierto ¿Recuerdas cuando éramos niños y todo el mundo decía que te le parecías? —Melina rio, trayendo de vuelta el tono jocoso de la conversación.

—Ah, es cierto… ¡Qué horror! ¡Hasta prefiero parecerme a padre! —dijo Camilo antes de añadir una carcajada, procediendo a imitar a Gastón borracho soltando alguna consigna ininteligible sobre sus nobles convicciones—. “Wins…Winston… es… un… blaaarrhh” —continuó haciendo la mímica de estar vomitando, volviendo a soltar una carcajada. Melina le acompañó riendo de buena gana, aunque con notoria culpa.

—¡Ay! Idiota. ¡Todo el mundo tiene defectos y adicciones! —dijo Melina entre risas.

—Tú… le crees. ¿No? A nuestro tío… —La mirada de Camilo se dirigió hacia el suelo ensombreciéndose de golpe.

—Creerle. ¿Creerle qué? No es un ejemplo de virtud y etiqueta, entiendo —Sonrió Melina, y continuó pensativa—. Pero soy una mujer, hermano. Incluso estando en la cúspide de la escala social, tengo que aguantar, por ejemplo, a Winston hablándome como a un ser inferior. ¿Sabes cómo me ha cuidado padre de participar en competencias donde se me puede enjuiciar por participar? Gastón es distinto, él y ciertas personas con influencia política pretenden generar un cambio… —reflexionó Melina, ahora mucho más seria.

—Sí… odia a Padre, y a Winston, y a la tradición conservadora de Leopoldo… pero ¿Por qué los odia? Hay cosas que no me terminan de cerrar, Melina... —Camilo no terminaba de levantar la mirada.

—No creo que odie a Padre, solamente no comulga con sus alianzas con la gente de Leopoldo, y a Winston… —Melina no pudo continuar, pues Camilo la interrumpió inesperadamente.

—Fui a buscarla —dijo Camilo levantando la cabeza por fin— Cuándo ganaste tu primer campeonato ¿Recuerdas? —Melina asintió con la cabeza a la espera de la continuación de su hermano— A Emily. Tu nodriza ¿La recuerdas? —La chica volvió a asentir con la cabeza— ¡Emily! ¡Por supuesto! Me encantaba, era una chica muy dulce… Tal vez su parte exhibicionista le quitó un par de méritos en lo laboral —Melina dijo en tono ligero y casualmente— Quizá si ella y nuestro noble tío hubiesen buscado un lugar más apropiado… Espera ¡Fuiste a buscarla! ¡Después de años! ¿Cuánto amor puede sentir mi hermano por una bella criada? —añadió un tono pícaro, cubriéndose la boca de manera exagerada, conteniendo la risa.

Camilo sonrió de manera sardónica, pensando en la conversación que tuvo con Emily “Al comienzo es una idea romántica ¿Sabes? Te hace sentir especial, cuando descubres que no lo eres ya es demasiado tarde… No importaba lo mucho que me negara…”, recordó decir a la antigua nodriza, apenada. El asunto le parecía serio e implicaba a Gastón, y finalmente a las formas de la nobleza en general, pero en el último segundo decidió contener sus palabras. Quizá no era la ocasión, quizá Melina no necesitaba cargar con cierta información, o quizá simplemente prefirió no arruinar el ambiente.




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