"Se niega a mirarme, yo lo sé. Sus ojos me lo dicen todo aunque ella no diga una palabra. Su rostro no trasmite emoción, pero yo sé que me quiere y eso es suficiente para tenerla". Ese fue su último pensamiento antes de que saliera de detrás de la puerta con el cuchillo en mano, dispuesto a tomar lo que pertenecía. Ignorando sus gritos le abrió el pecho de un tajo sosteniendo su recompensa. "Por fin me entregas lo que que quería" susurró tocando dulcemente la mejilla del cadáver. "Por fin tengo tu corazón" dijo mientras órgano chorreante todavía se mantenía caliente y titilando.