~17~

-Mi señor ya no hay agua- llegó Amelie preocupada.
-¿No hay agua en la casa?- preguntó Gustave y Amelie asintió.
-Se acabo justo en estos momentos- siguió ella.
-Mandemos a alguien- demando Gustave.
-Dudo que haya alguien capaz. Ve que el río se desbordó hace unos días y dudo que alguno de nosotros pueda ir- dijo apenada la cocinera.
-El rió, el río ¿A quien podríamos mandar?- preguntó Gustave enojado.
-Todos los sirvientes ya estamos grandes como para pasar esa parte sin problemas y más con agua. O siquiera sabemos cabalgar.
-¿Quién recomiendas?- repitió Gustave.
-No se- contestó ella preocupada.
-Dudo que Jules pueda. No sabe cabalgar aún en línea recta- se burló Eric.
-Debe de haber alguien capaz de cabalgar bien y que pueda traer agua a la propiedad. Además de que podría ir por algo al campo para cocinar y más si desea que el mosquetero venga mañana- empezó a caminar ella por el lugar para tratar de calmarse.
-Pero quien, nadie sabe cabalgar como es debido- contestó el vizconde enojado por la situación.
-Lo siento estos nervios- se disculpó cuando se tropezó con Dastan y el chico le ayudo.
-Pierre sabe cabalgar o eso dijo Giselle- contestó Jules viendo a su hermanastro.
-No mandaré a Pierre- se negó Gustave.
-Es el único. Giselle una vez contó que cuando estaba herido, llegó a su destino con 2 caballos cargados de cosas- siguió el chico.
-No.
-Cierto, el sabe cabalgar muy bien y es joven. Además podría buscar cosas para comer- soltó Amelie feliz de que su plan marchara de maravilla.
-No lo mandaré.
-¿A quien recomienda? Es un viaje pesado y más si recordamos lo del río. Lo mejor es mandar al chico- siguió ella.
-No.
-¿Porque no?
-No lo quiero lejos. Ese monstruo no saldrá de aquí.
-Entonces solo quedaría uno de sus hijos y usted ya le dio una tarea- contestó Amelie justo cuando Klaus llegó. Mordiendo una manzana, haciendo que todos lo vieran como si fuera algo fuera de lo común. Incomodando de inmediato al chico, haciendo que la bajara inmediatamente.
-Si lo mando debería ir con alguien y dudo que Jules pueda- empezó a aceptar.
-Acompañe al chico entonces- sonrió ella.
-No puedo cabalgar mucho tiempo y menos en ese tipo de condiciones- admitió Gustave. El vizconde hace mucho tuvo un accidente montando a caballo que le obligó a no cabalgar mucho.
-Deje que vaya solo. No tenemos de otra y a menos que quieran el agua del río no hay de otra. El debe de ir.
-No irá Pierre y aceptaremos tomar agua de ese rio.
-No tomaré nada de esa agua. No sabe bien y ahora por la lluvia peor. No tomaré ni una gota de esa agua- contestó Eric muy digno. Justo también como Amelie esperaba del hijo más molesto del vizconde.
-¿Que se hará?- contestó ella preocupada tropezando por error con Klaus y este ayudándole serio. Haciendo que por primera vez viera bien al muchacho, el cual parecía acostumbrado a moverse rápido.
-Hola- sonrió ella tímidamente y el chico la soltó.
-No- siguió el.
-Entonces hay que ver cómo sustituir el agua. Para sobrevivir creo que solo quedaría que alguien fuera al pueblo por agua y comprarla. O sobrevivir del vino- siguió ella mientras Klaus la miraba fijamente. Él era al parecer el único que podía saber que planeaba algo hasta hora.
-No eso jamás. Pierre irás por agua inmediatamente- demandó Gustave después de oír como ella había dado como opción comprar agua o gastar el vino en algo impensable.
-Si mi señor- aceptó el chico y se marchó para preparar algo para su salida.
Dejando al vizconde y a sus hijos terminar de comer con solo el apoyo de Amelie.
-Vete mujer- demandó Gustave cuando acabaron los 3.
-Si mi señor y lamento esto- y se marchó ella. Y en el transcurso ella encontrarse con Klaus.
-Lo hiciste por Dastan- le dijo el tomando su muñeca serio y ella se sorprendió porque el chico hablaba y sonaba a qué era extranjero. Además de que medio le costó decir esas palabras.
-Necesita un rato para él- contestó ella viendo al chico, parecía si lo veías bien extranjero y más cuando se veía serio.
-Necesita más que solo un rato. Esos son tontos pero a mí no me engañas- dijo el y se marchó. Dejando a la pobre Amelie sorprendida.