Cuando la hora de la comida llegó, Gustave decidió hablar con sus hijos si o si, sobre algunos cambios que habrá en la casa y sus motivos. Cosa que ellos a veces lo tomaban bien y a veces mal. Aunque si se podía diferenciar que ambos veían al mundo de forma diferente.
-Jules no sabe nada de política- se quejo Eric cuando el tema se toco.
-No se si es verdad o no, pero de algo si estoy seguro. Van a tomar clases de política y diplomacia, ya resolví eso con un amigo mío- respondió Gustave marcando que no quería tocar mucho el tema.
-Padre ya tengo todo eso controlado. Todo gracias a ti...- pero aún así, es necesario que lleven eso.
~Sus clases se van a ser política, diplomacia, baile, modales y las de siempre. Quitando las que yo impuse por los mosqueteros, esas ya no las quiero ni ver.
-¿Padre cree que eso es buena idea hacer esos cambios?- preguntó Jules pensando en cómo su padre se estaba tomando enserio lo de no dejar que se los lleven.
-Si, Jules se que va a ser algo difícil y también, te he estado observando y me he percatado de que haces cosas que no son de mi agrado... Sabes a qué me refiero. Así que no quiero que las sigas haciendo. No quiero que andes por los terrenos ayudando o haciendo cosas que ya no van con mis objetivos y que nunca han estado entre estos- pidió Gustave a su hijo menor. El cual solo bajo la mirada.
-¿La biblioteca cuenta en esas cosas?
-No y hablando de eso he decidió que las clases de artes volverán. Descubrirán cual es su fuerte en artes y lo explotarán. Además de que llevarán literatura, ya también vi eso- sonrió Gustave, haciendo que Jules se emocionara y Eric se molestará.
-Eric tu sabes mejor que nadie mis motivos y sabes que son necesarios todos los cambios que hago por su bien.
-Pero padre, a cada rato cambias según lo que los demás quieren. Los mosqueteros llegan y llegan las clases de esgrima. Llega una guerra y decides volvernos personas pacíficas. Son cambios bruscos que pasan de un día para otro.
~No creo que todo eso sea necesario, creo que ya es hora de que se nos de una educación más especializada y que podamos decidir que deseamos aprender- respondió Eric deseando que esas palabras ayudarán en algo.
-Eric no hay de otra. No quiero perderlos o que los vean débiles- respondió Gustave serio.
-Padre...- No quiero perderlos. Son mis hijos y tengo que hacer lo necesario para darles una buena y larga vida. Muchas cosas que hago por ustedes no me gustan. Pero prefiero mil veces hacerlas que no tenerlos a mi lado.
-¿Padre cuando empezará lo de los nuevos cambios?- preguntó Jules tranquilo para cambiar el tema. Ya estaba desesperado de esa discusión.
-Mañana a primera hora empezará todo- contesto Gustave satisfecho de que su hijo menor intentará cambiar el tema.
-¿También estará Dastan?- preguntó Eric viendo a Klaus.
-No en todas, en si el será el único que tendrá una mezcla de las clases. No puede hablar, asi que cuando ustedes tomen esas el tomara clases más del tipo de un mosquetero.
~No puedo bajar la guardia con el. Los mosqueteros aún deben de desear conocer avances y es lo mejor que puedo hacer- contesto Gustave viendo al danés. El cual al sentir su mirada bajo la cabeza incómodo.
-¿Cree que lo llamen para la guerra?- preguntó Jules lo que ambos temian.
-Eso mismo le pregunté al amigo del que les hable y me dijo que no. Para ir a la guerra es necesario tener chicos sanos y que hablen- contesto viendo fijamente a Jules pensando en que después de esa platica el ya se estaba preparando para ver a su hijo menor partir.
-Padre...- no supo cómo continuar Eric. Aunque odie a su hermano y sabiendo que la cosa es mutua, no se creería capaz de ver cómo le afectaba a su padre si Jules se va.
-Bueno será mejor que continúe la comida. Pierre lo que sigue- pidió incómodo Gustave al ver a su hijastro ya con lo siguiente.
-Si mi señor- contesto y empezó a servir. Para que lo que quedaba de la comida fuera en silencio con todos pensando en que si alguien va a la guerra, sería Jules. Siendo el único que no pensara de esa forma, Dastan por el hecho de que Gustave tiene 2 hijos y ambos podían ser llamados sin problema alguno.