-No tuviste que soltar todo eso de golpe. Padre se veía sorprendido- dijo Jules serio mientras iban a su primera clase.
-¿Que quieres decir?- sonrió Eric viendo como a su hermano le afectaba.
-Soltaste todo, nunca creí que empezarás con esa promesa tonta que hiciste en la noche y más así- respondió Jules aún sin creerse que su hermano decidiera empezar de inmediato a cumplir dicha promesa.
-No quiero que me tomen como un débil. Yo debo ser el fuerte hermanito, no tu- contesto Eric serio.
-Es peligroso. Además dudo que padre te deje hacer todo lo que tienes planeado.
-Si tú pudiste ¿Porque yo no?
-Eric piensa más en los demás. Padre se vio preocupado cuando hablaste con el en el desayuno y más porque eso salió de la nada. Tu no eres así o eras así, eras como padre. Siempre que pienso en ti, te imagino como el.
-O más bien se te quedo viendo. Jules te alejaste de lo que padre quería de nosotros. Y ahora le dejé la duda sobre que tanto sabe que haces o sabes- volvió a sonreír victorioso.
-Yo elegi mi camino solo, como tú el tuyo. Padre sabe que decidí irme a otro camino del que el me quería enseñar desde niños.
-Jules, mírate. Hasta hace no mucho siempre sonreias, te la pasabas en la biblioteca todo el tiempo, decías tonterías. Ahora mírate- le dijo Eric viendo como en esos momentos y últimamente no podía reconocer a su hermano.
-Yo elegi mi propio camino. No sigas mis pasos para demostrar superioridad ¿Que más quieres? Eres el favorito de padre, eres la única persona en la que confía.
-Eso fue porque tardaste en sacar este tu y también ¿Cuando piensas demostrarle este tu a el?
-La verdad tarde o temprano saldrá a la luz Eric- contesto Jules justo cuando llegaron a dónde sería su clase. La biblioteca.
-Esto aún no acaba- dijo Eric serio entrando.
Mientras ellos tomaban esa clase Klaus decidio buscar a Dastan para platicar un rato con el. Cosa que le costó pero cuando lo encontró se le hizo fácil seguirlo.
-¿Que quieres?- preguntó el francés cuando se desespero de que lo siguieran.
-Hablar- contesto tranquilo Klaus.
-Se más preciso.
-Entiendo porque nos evades últimamente, así que no tocaré eso. Y te seré honesto no tengo algo mejor que hacer, a estás horas Amelie está con su amado, Jules en clases y solo quedas tú. Además en estos momentos te toca estar fuera de la casa- contesto Klaus serio.
-¿Amelie está con Hugo?- preguntó Dastan lo único que se le quedó.
-¿No lo sabias? Ese par deciden tomarse un rato en la mañana para estar juntos. Todo mientras están en el huerto- sonrió Klaus recordando cuando los veía y pensaba como sería si pudiera estar con quién amaba sin llamar la atención o sin ser mal vistos.
-Los había visto un par de veces pero no creí que fuera tan asi.
-Hacen linda pareja. Luego el hasta la ayuda en la cocina.
-Deben de gustarse mucho- soltó viendo al cielo.
-Lo importante es el interior Dastan, no el exterior. Además eres apuesto, lo único que puede que no ayude sean las cicatrices. Pero algo que hacen es hacer el trabajo de seleccionar quieres son buenos para ti y quiénes no- le tomo el hombro, mientras Dastan bajaba la mirada.
-No te pongas así, no son la cosa más fea del mundo. Además su historia muestra que su portador ha demostrado ser valiente. Si un día mueres de seguro los dioses te dejarán estar en el Valhala, donde podrás sentirte seguro, tendrás mil lujos y conocerás grandes guerreros de mi pueblo. Serias toda una celebridad ahí por como eres de grandioso- sonrió Klaus viendo el cielo imaginando el Valhala.
-Klaus no sé si eso existe- sonrió Dastan recordando todas esas historias que le contaban de los grandes héroes vikingos, sus dioses y el famoso Valhala.
-No pierdas esa sonrisa y tus emociones. No dejes que te consuman y te afecten tampoco. Se fuerte y un día sabrás que tú grandeza es más de lo que tú crees que eres capaz de ofrecer.
-¿Perdon?- preguntó Dastan sin entender bien lo que decían dichas palabras y cuando vio a Klaus solo vio lágrimas en sus ojos.
-¿Estás bien?- preguntó preocupado.
-Si, solo recordé algo. Mejor me voy, creo que está plática te ayudo- sonrió Klaus tratando de esconder que algo le afectaba y se marcho a su cuarto, donde lloro en silencio pensando en su familia. Extrañando todo lo que alguna vez el podía disfrutar sin pensar que lo perdería para siempre, hasta que se quedó dormido. Soñando en qué hubiera pasado si jamás se hubiera ido y dejado atrás su cultura y su gente.