~55~

-¿Que tenían ellos cuando los encontraste?- preguntó Dastan extrañado por como el caballo estaba en muy buena forma.
-Ten- le dio un pedazo de metal que le sonaba de algo, que encontró en Nerón.
-Guardia del Rey- soltó Dastan viendo la Flor de Liz.
-La guerra entonces está cerca...- o ellos corrieron bastante- trato de calmarlo Dastan.
-Pero aún así esta muy cerca, puede que nos toque- miro a Jules y como él solo podía con el caballo.
-Si tú dices la verdad y los caballos vienen del Este y París queda al Oeste...- no supo cómo decir lo demás.
-Dudo que esté muy cerca Dastan, solo cerca. Los caballos corrieron una semana y luego estaba ella.
-El no es su hijo- soltó Dastan serio.
-¿Pero...?- No puede, debió ser un caballo que acababa de unirse a las filas. Lo más seguro es que se encontrarán en alguna parte, el corrió más distancia. Ambos se ven más o menos igual de agotados. Además ella se ve que era como de un señor, el se ve como de batalla. Está entrenado, se ve de lejos- dijo viendo el caballo y comparándolo con los caballos donde aprendió a montar.
-Ella era...- como para mostrar riqueza. Es una belleza, pero se ve que solo era para mostrar poder. El al contrario se ve que fue entrenado para pelear- contesto Dastan recordando cada detalle que demostraba que esos caballos eran de mundos distintos.
-Pense que eran...- no. Ellos solo se encontraron y decidieron huir juntos.
-Conoces mucho de ese mundo.
-Queria seguir los pasos de mi padre.
-Seguir el legado que te dejo ¿Porque sigues aquí entonces? Podías huir de Gustave fácilmente, sabes montar desde muy joven. Solo era ir con alguien que te creyera y te ayudara.
-No lo se, una promesa, mis cicatrices...- Pero dudo que el precio que estás tomando por eso sea el adecuado- lo interrumpió y Dastan pensó en Claude.
-Es como montar a Balios- dijo Jules cuando llegó con ellos.
-Ambos fueron entrenados por personas distintas, pero con el mismo objetivo. Y se ve que Nerón era un caballo de reserva. Si alguien perdía su caballo se le daba- dijo viendo como el caballo era muy dócil si se sabía cómo manejarlo.
-¿No tiene dueño?- preguntó Jules extrañado.
-Podria decirse que no, era de quién lo requería. Pero es una belleza- sonrió viendo a Nerón impresionado por la belleza de ese caballo. No debía ser de batalla, debía ser como la yegua, solo de decoración.
-¿Se quedará?- preguntó Jules acariciandolo.
-Mientras no nos lo pidan si, después sería cuestión de ver qué hacer- acepto Dastan y Jules sonrió.
-Hay que regresar, tu hermano ya debe de estar en camino- dijo Dastan viendo el sol.
-Voy por los caballos- sonrió Dastan sabiendo que ellos querían algo de tiempo antes de regresar, cosa que ellos aprovecharon bastante bien. Con Dastan encontrandolos besándose perdidamente con Jules entre un árbol y Klaus.
-Ya es hora- dijo algo incómodo y ellos lo aceptaron sin queja alguna, por lo que emprendieron el viaje de regreso. Todo mientras el caballo de Jules y el de Klaus estaban muy cerca y sus jinetes felices por la cercanía, la cual no se veía nada prometedora en lo absoluto, cosa que Dastan agradecía.