Cuando llegaron Jules sin decir nada espero a que su padre bajara del carruaje y después bajo, para desaparecer rumbo al establo. Todo mientras Gustave quería pedirle que lo perdonará, pero sabía que el daño costaría más que una simple disculpa.
Al llegar a los establo Jules ya no pudo contener más las lágrimas y simplemente las dejo caer. Todo mientras se dejaba caer para sentarse recargado en la pared y llorar en silencio.
Sin saber bien porque, nunca esperaba nada de su padre o de sus amigos, más que una actitud que hacía que se sintieran de otro lugar. Y cuando oyó Louis decir esas palabras, deseaba no haber ido a misa ese día y quedarse en casa, con Klaus y Dastan.
-¿Jules estás bien?- pregunto Amelie preocupada cuando abrió la puerta de los establos, al ver al chico llorando.
-Amelie- fue lo único que salió de el, lo que hizo que ella lo abrazara para consolarlo. Cosa que fue tan correspondido que ella pudo solo con eso saber que pasaba.
-No llores ¿Que paso en el pueblo?- pregunto ella con su instinto materno y el le contó todo. Desde lo bueno, hasta la taberna. Todo mientras ella lo abrazaba en silencio.
-Mi pequeño, deja de llorar- le sonrió secando sus lágrimas.
-No llores, el no sabía la verdad y en cuanto a tu padre... No convives mucho con el, le costó defenderte por lo mismo. El te quiere, solo que te alejaste mucho de el- lo consoló.
-Amelie, lo peor es que yo sabía que eso iba a pasar. Nunca espero nada de el. Nunca... Mi padre, jamás sería capaz de defenderme... Sabía que esto pasaría y no se porque me siento asi- contesto Jules viendo a Amelie. Mujer que ocupo el lugar de su madre cuando ya se había dado por vencido en encontrar alguien que lo amara como un padre o madre.
-El aún con sus defectos es tu padre Jules. Quieras o no lo que el haga o no, te puede afectar. Tanto que aunque sabes que va a pasar, esperas algo. Y más porque luego el te ha logrado defender...- pero son pocas veces que...- paro.
-Las tienes en tu memoria, las guardas como un tesoro. Jules digas lo que digas, cada acción que tú padre te ha hecho para hacerte feliz o hasta sorprenderte. Son sus formas de hacerte sentir su hijo... Además el intento hacerlo, eso ya dice mucho.
-Si Eric hubiera esto en mi lugar... Todo hubiera sido diferente- bajo la mirada.
-No hubiera pasado eso...- O hubiera sabido que hacer o decir- miro el piso perdido en sus pensamientos.
-Eric y tu padre tienen más en común, es normal. Desde niños, el que siempre andaba con tu padre era el y no tu- dijo ella y el solo pensó en su madre, como ella sabía defenderlo. Sabía consolarlo, tal y como Amelie lo hacía. Tanto que la abrazo.
-Tengo que trabajar- sonrió ella viendo que ya estaba el mejor y el la dejo marchar.
Encontrándose a Gustave en la entrada del establo con una mirada de derrota. Y ella se marchó sin saber que decir, pensando en que jamás había visto a su patrón de esa forma. Cómo si lo que había pasado en los establo le abriera la herida de nuevo y se la hiciera más grande.