-Hola- sonrió Claude al verlos. Dastan con capucha y en las sombras, Klaus acariciando al potro y Jules con Neron.
-Bueno, Eric apurate- grito lo último hacia afuera de los establos y en unos segundos estaba Eric entrando con su caballo.
-¿Que paso?- pregunto Jules ocultando su felicidad. Su hermano se veía de malas y de esas que marcaban que algo vergonzoso le pasó. Además de estar algo mojado.
-Me quería mostrar algo que aprendió en caballo y el caballo decidió que era hora de que Eric se bañara- río Claude y Jules sonrió evitando reír.
-Ya te dije que no me acomode bien- dijo Eric molesto.
-Si tu lo dices.
-Hay veces en que desearia otro caballo- soltó su caballo Eric y fue el caballo directo con Dastan. El cuál lo acaricio.
-Ese caballo no sabe cómo elegir a sus aliados- dijo ahora sí molesto porque su caballo fue directo con Dastan. Y nadie lo culpaba, todos los caballos amaban a Dastan.
-¿Cómo se llama?- pregunto Jules señalando al caballo.
-Vainilla y es yegua- contesto el viendola. Ella se veia juguetona y que le gustaba la atención.
Y era un caballo claro con su cola y crin blanca, además de que tanto su crin y cola tenía trenzas. Cosa que nadie entendía porque siempre las tenía y en prácticamente buenas condiciones.
-A ella le gustan y mejor. Es más fácil cuidarla- se defendió y todos se dieron cuenta que el era quien se las hacia.
-¿Cómo es que pasó eso?- pregunto Jules pensando en su hermano dedicándole tiempo haciendo trenzas a una yegua.
-Vainilla- la llamo Eric y ella fue feliz con el. Para después el acariciarla demostrando que ella era la primera que no lo desprecio, haciendo que el disfrutará su presencia.
-Eso si que es entrenamiento- dijo sorprendido Jules, aún cuando Dastan le había enseñado ese truco a Jules con Neron y estaban viendolo con Tornado.
-Si no fuera por ella... Ya hubiera estado muerto- admitió Eric viéndola. Si no hubiera sido ella muy rápida y ágil no solo hubiera tenido su hombro mal. Además de que su inteligencia era tal que ella luego lo sacaba de peligro y hasta lo llegó a llevar al campamento varias veces.
-¿Cada cuando le haces las trenzas?- pregunto Claude pensando eso.
-Cada vez que vea que lo necesita. Ese dia también aprovecho para darle una buena cepillada y hasta un buen baño- admitió Eric.
La última vez que la cepillo fue la noche pasada y eso porque tuvo una pesadilla que le quitó el sueño, haciéndo que fuera a verla.
En si la historia de las trenzas se podía resumir en que luego Eric necesitaba algo que lo calmara y algo para pasar esos días de insomnio por las pesadillas. Lo que ocasionó que aprendiera por si mismo a hacerle trenzas a Vainilla y crear un lazo mas fuerte con ella.
-Ten- sonrió el sacando una manzana, manzana que ella se comió muy feliz. Y haciendo sonreír a Eric.
Todo mientras nadie se creía como alguien como Eric puediera ser alguien que pudiera ser hasta dulce con un caballo.
-¿Jules crees que padre venga hoy?- pregunto Eric serio viendo a su hermano, pero aún con las secuelas que hacía Vainilla en el.
-Lo dudo, el odia viajar de noche- contesto Jules viendo hacia afuera, ya estaba anocheciendo.
-Es la primera vez que iremos sin el al pueblo ¿Cómo es?- pregunto mientras Vainilla se acercaba más a el.
-Llegar un poco antes que inicie la misa. En si es desayunar y partir lo antes posible.
-Suena bien, vamos chica. Descansa, mañana iremos al pueblo- sonrió Eric mientras llevaba a su yegua a su caja, la acaricio y se marchó.
-Esa yegua si que supo domarlo- sonrió Claude.
-Aun no me la creo, el jamás ha sido así con nadie. Además antes recuerdo que trataba a los caballos con odio y sin cuidado... Y a esta hasta le dedica tiempo- contesto Jules viendo a Vainilla.
-Es muy dócil, fuerte, hermosa y al parecer la novia de Eric- sonrió Dastan. Solo cuando la conexión jinete-montura era fuerte podía pasar algo así.
-¿Cómo es el al montarla?- pregunto Jules.
-Cuando no hay prisa hasta luego van lento y como jugando. Aunque luego ella es algo pesada, pero bueno... Cuando el se cayó ella inmediata fue a buscarlo al rio- admitió Claude recordando como hasta ella hasta le ayudo a subirse.
-Vainilla- dijo Klaus para sentir como se dice. Ese nombre se le hacía algo muy dulce.
-Se ve lista y también se ve que supo cómo ganarse a Eric- la miro Dastan. Aunque bueno, ella se podía ganar a cualquiera.
-Quiero verlo cuando le hace trenzas- sonrió Jules.
-De seguro las hace cuando no puede dormir- soltó Klaus recordando como su padre cuando tenía una noche mala le daba mantenimiento a sus armas y esos días hasta parecía que le ponía más esmero.
-¿Porque lo dices?- pregunto Jules sin entender.
-Mi padre luego cuando no podía dormir leia- recordó Dastan, su padre llegaba a dormirse con un libro en su regazo.
-El mío igual que Eric se daba su vuelta con los caballos- contesto Claude.
-¿Pero porque?
-Cuando mi padre iba a una misión, luego le quedaban secuelas. Le daban pesadillas del recuerdo de esas misiones- contesto Dastan sintiendo lágrimas en su rostro.
-¿Cómo tú lidias con eso?- pregunto Claude viéndolo.
-Mi padre de seguro tiene algo de culpa, no solo estás así por ese día- dijo Jules algo de malas.
-¿Que hacías para calmarte?- pregunto Klaus, en su caso cuando tenía miedo solía rezar y pedirle a sus dioses que le ayudarán.
-Cuando mi madre estaba me iba a dormir con ella, eso siempre me calmaba. Después tu padre se encargaba, aunque tuviera pesadillas no podía despertarme o moverme por el cansancio. Ya en esta época, simplemente intentó volver a dormir- contesto Dastan viendo el piso y secando su rostro.
-Debio ser duro- se lamento Claude. Dastan era su mejor amigo de la infancia o hasta un hermano, si hubiera sido por el, el jamás se hubiera alejado de él.
-Te acostumbras, creo.
-Dastan aún eres muy joven. No tenías que haber vivido todo eso y menos asi- dijo Claude y Jules bajo la mirada.
-Jules, no lo digo por ti. Se que tú padre es un gran idiota y tenías que apoyarlo si o si. Yo lo digo por mi...- paro. Aunque ellos sabían de su padre por Dastan, aún el no sabia cómo soltarlo.
-No es tu culpa, tu padre intento alejarte para que no supieras la verdad. Aunque el no tuviera esas cicatrices, mi padre lo hubiera odiado igual- recordó Jules a su padre cuando Gisselle estaba con Dastan o hablaba de él. Siempre con más gusto que cuando estaba con su padre. En si las cicatrices hicieron más fácil el trabajo de los celos de Gustave.