El día siguiente Eric partió según lo acordado con Louis y Gustave aprovecho eso para también salir a ver un conocido suyo que vivía en el pueblo. Pero Eric prefirió ir en su yegua. Cosa que Gustave no sabia si le gustaba o no. Y el resto del día todos en los terrenos ver lo de la boda que sería ese domingo. Todos estaban tan apurados en la boda y su trabajo que cuando terminó el día todo avanzo perfectamente.
-Ya este domingo- sonrió Jules en la noche cuando Dastan entro a su cuarto para dejarle agua.
-¿Irás a misa con tu familia?- pregunto Dastan serio, aunque un serio más humano.
-La boda es en la tarde y la misa en la mañana. Además honestamente cuanto menos este con mi familia, mejor y no me la perdería para nada- contesto Jules sonriendo.
-No sé cuál tenga más peso.
-¿Iras bien arreglado? A Amelie le daría mucho gusto eso- dijo Jules viendo a su hermanastro, viendo algo de duda en el.
-No lo se.
-Creo que a ella le encantaría eso. Sería un muy lindo detalle, Dastan ella te adora.
-No lo sé- bajo la cabeza Dastan. Ella le pidió a el que la llevara al altar y el aún no le daba respuesta.
-Deberias hacerlo y también aceptar su propuesta- siguió Jules como leyendo su mente.
-¿Ella te pidió ayuda?- pregunto Dastan asustado.
-No, implemente oí cuando ella te lo pidió. Deberías aceptar.
-No creo ser el indicado.
-Si todo hubiera sido distinto le hubiera pedido el favor a tu padre. Pero lo que no entiendo es porque.
-Los padres de Amelie murieron hace años, ella mendigaba en las calles cuando se encontró con mis padres y ellos necesitaban gente. Le propusieron que fuera con ellos y ella aprender en el transcurso, ella acepto inmediatamente... Aunque mis padres le llevarán pocos años, ella siempre los vio como superiores y creo que por eso ella cree que yo soy el más indicado para llevarla al altar. Para representar a mi padre, el cuál trato a Amelie como una amiga y su protegida- recordó Dastan cuando Amelie estaba con sus padres o hablaba de ellos. Siempre con respeto y aprecio.
-Debes de aceptar Dastan.
-Lo sigo pensando- dijo marchandose del cuarto con lágrimas en los ojos.
-Pierre ven- sonrió Eric al ver a su hermanastro. Cosa que aunque Dastan quisiera no podía evitar contestar.
-¿Si?- pregunto tratando de calmarse.
-Ven- pidió Eric y Dastan fue a su cuarto.
-¿Porque no confías en mí?- pregunto serio Eric cuando entro.
-No sé a qué se refiere.
-Si yo digo que la guerra está por terminar, está por terminar.
-Se debe de asegurar que sea verdad algo, antes de dar falsas esperanzas.
-Trato de calmar a mi padre. Claramente me iré pronto de nuevo y no quiero que lo sepa. Ya soy un maldito mosquetero por mi servicio en la guerra, cosa que de seguro sabes.
-Ya será algo complejo que salga...- dime algo que no sepa. Claramente será imposible, la única forma es ir a otro servicio a la corona o ir a lo religioso o morir.
~¿Entiendes eso? Aunque bueno eso es un claro si, estoy siguiendo tus malditos sueños y odio eso. Honestamente prefiero morir antes de volver al servicio, pero no puedo por mi padre.
-No sé hacia donde quiere llegar.
-No te hagas el estupido Piere- empezó a amenazarlo con una daga, tal y como con su hermano.
-Deje eso, es peligroso- dijo Dastan con una voz tan neutra que Eric no supo cómo tomarla, pero algo le decía que no había miedo en ella o duda.
-A la próxima que pase algo así, no me lleves la contraria- demandó Eric acercándose.
-¿O si no que?
-O si no- intento agarrarlo pero Dastan le quitó la daga rápidamente y con eso dejar su rostro a la vista.
-Maldito bastardo ven- dijo Eric molesto viendo el rostro de su hermanastro. Se veía mucho mejor que cuando eran niños, sus cicatrices se estaban esfumando, se veía mejor de salud y también se le veía en el rostro seriedad y qué sabía que hacía. Y se quedó viendo mejor, cosa que hizo que terminara con la daga en el cuello.
-Me da igual que seas un mosquetero, eso no te hace más que yo. Yo llevo prácticamente toda mi vida buscando eso y eso me dio lo necesario para que si quisiera matarte en este momento lo pueda hacer. Todo sin que se oiga tu sufrimiento y puedo hacer que tú muerte dure días o hasta semanas.
~Por lo que, si vuelves a amenazarme creeme que no te gustará el resultado y eso también incluye que tú querido padre sepa de mi rostro ¿Quedó claro?- susurro Dastan sintiendo como Eric estaba temblando del miedo.
-Contesta- demando aplicando más presion.
-Ssssiiiii- soltó Eric con miedo. Jamás creyó que Dastan pudiera moverse así y menos poder hablar de una forma que hasta el se asusto, cosa que creyó imposible hasta estos momentos. Siempre lo había tomado como alguien inferior y hasta en su tiempo fuera era difícil que lo sorprendieran asi.
-Que pésimo asesino y espía de la corona tengo a mi merced. Te gano un simple sirviente sin valor. Me quedaré con la daga y descansa- dijo Dastan soltandolo y se marchó.
-Y antes de que se me olvide. Tu padre me pidió hace años que evitará a los mosqueteros, tu lo sabes y ahora que lo eres, ya no puedes mandarme- concluyó en la puerta y se marchó ahora sí del cuarto. Dejando a Eric aún sorprendido y sintiendo algo caliente en su cuello, cosa que cuando lo toco supo que era sangre.
Dastan le había hecho un corte para que recordara este suceso y también parecía que lo que pasó ese día con Jules también se pudo presenciar en este mismo instante. Esa misma noche Eric no pudo dormir pensando en que pasaría si Dastan cumplía su palabra. Y tanto fue su miedo que fue a los establos para que Vainilla lo calmase hasta que se quedó dormido ahí mismo, y más porque ya tenía varios días que no podía dormir bien.