Los demás días de la semana la única prueba de lo que pasó esa noche, fue que Eric al ver a Dastan se sintiera nervioso y todos se daban cuenta de eso. Aún cuando el intentaba mostrar todo lo contrario, todo mientras Dastan parecía como si esa noche jamás hubiera pasado y Eric simplemente la hubiera soñado.
-Jules ¿Nos acompañarás más tarde? Después de misa- pregunto Gustave el domingo en el desayuno.
-No padre, ya tengo planes para la tarde. En si una vez que termine la misa me alejaré- contesto Jules muy tranquilo.
-¿Eso tiene que ver con lo de Amelie?- pregunto Gustave. Esta semana se había enterado de la boda y aún así decidió dejar que siguiera eso.
-Si padre, hoy en la tarde es la ceremonia.
-¿Tan pronto?- pregunto Gustave sorprendido de como ya esa misma tarde se celebraría la boda.
-Si, ya era hora- sonrió Jules y Gustave vio que fue una muy buena idea dejar que la boda siguiera.
-Que bien- sonrió Gustave y el desayuno siguió su curso. Para después ellos partir a misa mientras todos los demás se preparaban para la boda más tarde.
-Estoy nervioso Dastan- reconoció Hugo.
-Todo saldrá bien- sonrió el chico, Claude había decidió adelantarse al pueblo y Klaus estaba con los Musset en misa.
-¿Y si dice que no? ¿Y si cometo algún error? ¿Y si no es la indicada Amelie?- empezó Hugo nervioso.
-Todo saldrá bien Hugo, todo eso está saliendo de tu cabeza sin razón. Ella te ama y es una persona increíble. Tienes suerte de poder casarte con ella.
-¿Quién la llevara al altar? Nunca supe- dijo Hugo preocupado y Dastan bajo la mirada. No había ni rechazado ni aceptado aún esa oferta.
-Ella quiere que tú la lleves- dijo Hugo viendolo.
-Aun no le doy respuesta, aunque creo que ella espera que sea un si- admitió Dastan.
-Creeme sería también un honor para mí que nos hicieras este favor. Gracias a ti nos conocimos y convivimos- sonrió Hugo, aunque las circunstancias de eso al inicio eran malas, todo mejoro bastante con el tiempo.
-No sé que hacer. Ella quiere que vaya con el rostro descubierto.
-Dastan, eres un chico apuesto y muy bueno. Tienes un corazón muy noble y me has demostrado todo lo que me sorprendió de tu padre. Eres igual que el y eso es muy bueno.
-No lo se...- Dastan tranquilo, se que es duro y más por lo que viviste. Pero ve el lado bueno, tus cicatrices ya no se ven tan mal. En si ya empiezan a perderse.
-No quiero desepcionarla, pero también no se si estoy listo- dijo Dastan sintiendo lágrimas en los ojos.
-Tomes la decisión que tomes estaremos de acuerdo ambos. No debemos de presionarte a tomar esa decisión, tú debes de tomarla solo. Pero al menos nos gustaría verte con nosotros en este día tan importante- sonrió Hugo y lo dejo solo. Ese chico le preocupaba bastante.
¿Que opinas?- apareció Amelie asomándose ya con prácticamente todo menos el vestido.
-Te ves hermosa- contesto serio el viendola.
-Deja esa seriedad Dastan- sonrió ella.
-Lo siento.
-Sigues pensando en si aceptar o no. Se que es raro y hasta complejo, se que sabes cómo quiero que sea ese momento. Pero también recuerda que de todos aquí yo soy la que más tiempo te conoce- lo abrazo.
-Deja de llorar- pidió ella conociéndolo.
-Lo siento.
-Me gustaría que esto fuera diferente. Y no voy a dejarte con Gustave y menos con Eric. Hugo y yo nos quedaremos a tu lado pase lo que pase- prometio ella sería.
-Amelie, has sido como una madre para mí desde hace años. Se que serás buena madre para tu hijo, no quiero que pase lo que nosotros.
-Se que si algo me pasa aquí en estos terrenos tengo a gente en quien confiar. Gente que me ama, como tú. Lucha por tus sueños, se libre, disfruta tu vida como tú quieras.
~Eres un buen chico, solo que no sabes bien en quien confiar y como. Te cuesta porque Gustave te daño y aunque intentemos repararte eso se quedará ya en ti. Pero ve eso de una forma diferente... Cómo si fuera algo de lo cual agarrarse y evitar que vuelva a pasar.
~Por eso es que trate de hacer que tú rostro sea el que yo recordaba. De ese niño que tenía el sueño de seguir lo mismos pasos de su padre, aún conociendo el riesgo- dijo mientras le quitaba la capucha y lo beso en la frente.
-Eres muy fuerte Dastan, ya eres un mosquetero. Sin título pero lo eres, has luchado fuertemente para sobrevivir, y has entrenado a Jules para mostrarle que hay otra vida aparte de la que su padre le quiere mostrar- sonrió ella viéndolo y el no sabia que decir.
-Estoy orgullosa de ti y de seguro tus padres también lo estarian- le sonrió y empezó a irse.
-¿Aún puedo llevarte al altar?- pregunto Dastan evitando que se fuera.
-Aun eres mi única opción- sonrió ella.
-Entonces acepto- sonrió el.
-Debemos de prepararte. Te ayudo- sonrió ella y fueron al cuarto de Dastan.
-A escondidas de Gustave guardamos algunas cosas en tu cuarto. Creímos que el jamás entraría aquí o decidiera ver qué tanto había. Algunas cosas más se repartieron entre nosotros, Gustave supo que pasó con algunas y otras el creyó que se habían desechado, pero se guardaron.
~Lo más preciado para tus padres decidimos dejarlo aquí. El traje de tu padre anda por aquí, tanto el de guardia como el formal. De tu madre se te quedó parte de la joyería. Por si deseabas marcharte y pudiera sobrevivir, si avisabas. Yo tengo otras cosas también en la casa. Pero aquí se quedó lo más valioso sentimental y monetariamente- dijo Amelie mientras buscaba en el cuarto.
-¿Que tanto guardaron?- pregunto el sorprendido.
-Aqui esta- sonrió ella sacando una caja. Y al abrirla Dastan vio el traje de fiesta de su padre.
-Dudo que ayude- sonrió el, aún medio podía oler a su padre en el.
-La ropa antes de guardarla se limpio perfectamente. Para no perderla, pero yo no busco este traje, busco lo de abajo de el- dijo ella sacando cuidadosamente ese traje y sacando otro.
-Este por lo que oí fue el primero de tu padre y puede que te quede muy bien- sonrió ella sacando uno con chamarra azul y pantalón negro.
-Amelie...- nada de Amelie. Necesitas ropa para mi boda. Pruebatela- pidió ella y el se puso la ropa. Aunque Amelie se volteo pudo ver en el espejo roto que Dastan se veía mucho mejor.