-Amelie ¿Quién es ese?- pregunto una de sus amigas mientras le ponían el vestido. Todas se habían sorprendido por el chico que la acompañaba, se veía de sangre noble y era apuesto.
-Ustedes lo conocen- sonrió ella. Dastan aún con todo lo que pasó tenía el porte de su padre. Cosa que Amelie le encantaba ver.
-Mentira Amelie.
-¿No estás engañando a Hugo con el?- pregunto otra asustada y ella se rió.
-Amelie no mientas ¿Quién es?- pidieron por como ella se estaba riendo.
-Dastan ven- pidió ella y el se movio. Sorprendiendo a todas.
-Chicas les presento de manera oficial a Dastan Teyssier. Hijo de mi antiguo patrón y el cuál conocen como simplemente Piere- lo presento y pudo sentir el miedo de el.
-Piere- exclamaron ellas sorprendidas. Jamás se les pasó por la cabeza pensar en Piere.
-Lo están poniendo nervioso.
-Amelie no nos mientas, el no es Piere.
-Si lo es- dijo ella y empezaron a discutir todas contra la pobre de Amelie.
-Tranquila, deja que ellas crean lo que quieran- la calmo el de una forma muy tranquila y ellas se sorprendieron. Tenía algo que sonaba a Piere.
-Oigan hay una boda a la que asistir. Muevanse- pidió el aún tranquilo y ellas empezaron a correr.
-Gracias- sonrió ella.
-No es nada. Toda mi vida has hecho este tipo de cosas para mí, ya era hora de yo empezar a pagarte de la misma forma- sonrió el.
Cuando terminaron de arreglar a Amelie rápidamente todos partieron al pueblo y con eso, sentía a Dastan cada vez más nervioso y asustado.
-Todo irá bien, lo prometo- sonrió ella calmandolo.
-¿Segura?
-Cuando eras pequeño recuerdo que varias veces se me vino a la cabeza, escaparme contigo y empezar de nuevo, tu y yo juntos. Yo como tu madre y tu siendo mi hijo. Me llevaría lo necesario para poder sobrevivir y cuando sea la hora... Tu simplemente partir para seguir tus sueños de ser mosquetero- admitió ella para calmarlo.
-¿Porque no lo hiciste?
-Primero, sería difícil que tú hubieras aceptado. Segundo, yo no me sentía lista para ser madre.
-Hubieras sido maravillosa y serás muy buena madre con tu hijo. Eres una persona increíble Amelie, tal vez si me hubieras dicho eso. Lo hubiera considerado y hasta aceptado- sonrió Dastan viéndola.
-Dastan no hagas esto. No quiero arruinar esto- sonrió ella sintiendo lágrimas en los ojos.
-Perdi a mis padres y trate de alejarte para que Gustave no se fuera en contra tuya, pero tú jamás te fuiste. Siempre estuviste para mí y cuando Klaus o Jules requerían a alguien... Siempre estabas también para ellos como si fueran tus hijos. A ti te vemos como una madre, Amelie. Por eso no dudo en que serás una estupenda madre- dijo quitándole las lágrimas que se le caían.
-¿Tu crees?
-Jules te ve como una madre, Klaus le gusta estar a tu lado y yo, yo no sé que sería de mi sin ti. Aún sin pedirte ayuda siempre me ayudaste, aún sabiendo que podrías salir herida. Cosa que me daba gusto y a la vez no. Me daba gusto porque sabía que podía contar contigo pasará lo que pasará, pero no porque tenía miedo, miedo a Gustave. Miedo a que por mi culpa algo te pasará. Tenía miedo de verte sufrir por mi culpa. No sería capaz de verte sufrir, eres de lo poco que me queda de mi vida pasada.
-No es lo unico- dijo ella sacando un papel.
-¿Que es eso?- pregunto el mientras ella lo desenrollaba.
-Algo que me guarde para mi- sonrio.
-Amelie- pidió Dastan deseando una respuesta.
-Tus padres aseguraron tu vida antes de morir. Intentaron darte una mejor vida y ese hubiera sido parte de mi plan de huida. Tienes sangre noble por ambos lados. Solo que tu madre era la hija de un Conde, del lado de tu padre...
~El llegó fácil a los mosqueteros por tener una sangre noble, de menor rango pero ahí estaba. Él era el hijo mayor y heredó el titulo de Barón, con ayuda de tu madre y algunos aliados se logró que pasarás a Conde. Todo sin que nadie más supiera, al morir tu padre su único hermano heredó su título mientras tú crecias. Todos te tomaron por muerto.
~Muere tu padre y el hace que tu madre guarde todo, al enfermar ella, me pasó todo. Sabiendo que costaría que me sacaran porque me gane el aprecio de los Musset… Este es el anillo de tu familia y este es como tu título- sonrió ella dándole todo.
-¿Cuáles son las tierras?- pregunto Dastan aunque al leer supo que nunca habían salido de ellas.
-Vives en ellas, o bueno una pequeña casa que tus padres recibieron de bodas en los límites- admitió ella pensando en todas esas veces qué ayudo en esto.
-¿Cómo sabrán que soy yo?
-Tus cortes aún siguen presentes. Tal y como todos recuerdan- sonrió ella tocando su rostro. La maldición de Dastan podría ser su salvación.
-¿Cómo Gustave no pudo tomar esto?
-Porque no lo sabía, el tomaba a tu padre como un mosquetero y ya. Tal vez con algo de sangre noble, pero mínima. También porque tu madre decido esconder ese dato y después yo esconder todo. El cree también que la casa está en el territorio de su familia, pero jamás lo estuvo.
-Amelie...- no supo que decir y ella sonrió poniéndole el anillo.
-Siempre serviré a los Teyssier. Aguante a los Musset por ti, Hugo también me siguió. Si logras recuperar tu nombre, puede que todos vuelvan.
-No lo sé- bajo la mirada Dastan viendo su anillo familiar.
-Confio en ti, se que lo harás en el momento adecuado- dijo ella cuando el carruaje se paró.
-Llegamos- sonrió ella cuando vio el pueblo a su alrededor.
-Amelie...- guardaré esto de nuevo. No quiero que se pierda- sonrió ella guardo todo y empezaron a bajar.
-Recuerdo al chico que siempre quería venir al pueblo. Tanto que quería crecer para venir- sonrió Amelie.
-Ven- sonrió Dastan y fueron a la capilla.
-¿Dastan?- pregunto Jules sorprendido cuando se acercó a su hermanastro.
-¿También tu?
-Lo siento, ten Amelie- sonrió Jules dándole un ramo de flores a Amelie.
-Gracias Jules- lo abrazo.
-Pensamos que no tendrías algo para la cabeza y pensamos que esto sería algo bueno- sonrió Jules y Klaus apareció con una corona de flores. Cosa que Amelie acepto muy emocionada.