-Jules, está muerto- dijo Eric las 3 palabras más dolorosas de su vida después de un largo tiempo.
-No, no, no- se aferró más.
-Jules, no respira. El sabía que esto iba a pasar, vamos. Tenemos que llegar a la misa- dijo Eric acercándose y abrazando a su hermano.
-No, el no debió morir.
-Jules, vamos.
-No, no quiero.
-Jules, no dejes que su muerte sea en vano. Debemos de buscar a Dastan, tenemos que darle la noticia. Ya todos somos libres, Dastan debe de recuperar las tierras de su familia. Esa pesadilla ya terminó, ya empezó el final feliz- sonrió Eric, aunque sabía que lo último no iba hacia el.
-No, no quiero perderlo- susurro Jules.
-Hay que buscar a Dastan- repitió Eric, pero Jules negó.
-Rapido, muevanse. Busquen a Piere- demandó Eric tomando el control de la situación.
-Du... do... que... lo... en... encuentren- oyeron la voz de Klaus algo débil.
-Klaus- sonrió Jules.
-El dudo que sepa dónde es una zona mortal- sonrió Klaus viendo a Jules. Se sentía débil, pero algo le decía que aún viviría.
-¿Dónde está?- preguntó Eric sorprendido. Todo lo que hizo su padre debió matarlo y más el último golpe.
-En su cuarto, lo encerré en la noche. Sabía que Gustave iba por el desde ayer. Tuve que moverme algo rápido.
-Vayan por el- demandó Eric y se oyó movimiento afuera.
-¿Cómo es posible?- pregunto Jules con su mano tomando la de Klaus.
-Su padre no sabe dar latigazos, lo digo por experiencia. Ni tampoco sabe pelear, me duele el hombro pero sanará, y en cuanto al último corte solo perforó la ropa y me hizo un simple rasguño- dijo aunque lo del rasguño fue solo para calmarlos.
-¿Porque me asustarte?
-Jules estoy perdiendo sangre y me duele todo el cuerpo. Hola Amelie- sonrió Klaus viendo a Amelie y los hermanos se voltearon.
-No nos asustes Klaus- dijo ella mientras entraba y empezó a tratar sus heridas.
-¿Cómo te enteraste?- preguntó Eric.
-Cuando pase por la biblioteca ayer, oí su plan. Hoy iba a matar a Dastan, se enteró de que invitaste a un viejo amigo de la familia de el. Su plan iba a salir a la luz.
-¿Quién?- preguntó Eric sintiendo culpa.
-No lo supe, cuando oí que lo iba a matar decidí moverme. Dastan aún no tenía que morir- sonrió Klaus.
-¿Porque no me contaste?- preguntó Jules decaído.
-Sabia que si lo contaba iban a intentar pararme. Era una locura mi plan, pero era la única forma. Mi plan era matar a Gustave cuando estuviéramos fuera de la casa. No conté que me ataría y mucho menos que supiera hacerlo tan bien. Luego el plan cambio en atrasar a Gustave lo más posible para llamar toda la atención posible y esperar un milagro- sonrió Klaus viendo como Jules fue su milagro.
-Ibas a morir.
-Lo se, sabía que iba a morir. Ya estaba preparado para hacerlo. Por eso te bese así hace rato, quería despedirme- admitió Klaus, ese beso era la única despedida que había podido hacer a un ser querido. Y sabía que Jules desde ese beso sabía que era lo que iba a pasar.
-No vuelvas a hacerme esto.
-No había de otra, tenía que ser así o Gustave hubiera matado a Dastan.
-Me hubieras dicho- los asusto Dastan.
-Le temes a Gustave, sabía que no ibas a poder. Tu pasado no te hubiera dejado- dijo Klaus viendo a Dastan.
-Klaus lo hubieras contado, alguien te hubiera ayudado- sonrió Dastan acercándose.
-Deben ir a la misa los 3. Dastan debe de estar en ella y en la fiesta debes de decir quien eres- sonrió Klaus.
-Dudo que lleguemos- dijo Dastan viendo la situación, el único que podía ir inmediatamente a misa era Eric. Jules estaba todo manchado de sangre y el estaba como para iniciar su día trabajando.
-Deben de hacerlo, yo estaré bien. Si preguntan digan que Gustave murió. Si gustan culpmenme- sonrió Klaus.
-No, así no terminará está Cenicienta- demandó Jules.
-¿Que planeas?- preguntaron todos y Jules les contó su plan.