-- Nueva York, 25 de septiembre de 2018 --
Hubo una leve agitación en el lugar, la temperatura aumentó y después se escucharon unas risas divertidas. Carter, Lyra, Kyle y Raven voltearon hacia uno de los sillones, donde había aparecido una chica de cabellera rubia y rizada, vestida con ropa de cuero negra. Sus ojos azules resplandecen con alegría mientras lleva sus brazos detrás de su nuca con expresión divertida.
—Lo siento, Lily —dijo la muchacha entre risas—. No puedo evitar aparecerme así, sabes que no puedo desaprovechar la oportunidad ya que me la diste. No me odies, ¿sí?
La habitación volvió a su temperatura normal. Kyle se acercó a ella y le dio una galleta, la cual tomó gustosa.
—Eres mala con Lily, Anette —dijo—. Sabes que no le gusta que la ignores.
Anette, la quinta hija, se echó a reír ruidosamente tomando la galleta y después se tiró al piso dramáticamente como si abrazara al suelo, una faceta infantil que solo dejaba salir en ese que era su espacio seguro, con sus hermanos.
—Pero no la ignoro —dijo.
—Levántate ya —dijo Lyra con una leve risa.
La muchacha se puso de pie dejándose caer al lado de su hermano, comiendo despreocupadamente.
*****
-- 25 de julio de 1997 --
La única que hasta ese momento no había tenido hijos era Sashenka. Ella, como testigo de la horrible crianza de sus hijastros, tenía la convicción de que tener descendencia era una mala idea y su devoción por Reese no llegaba a tanto como para ofrecerle más niños que pudiera hacer sufrir. Estaba agradecida con él por la relativa independencia que tenía desde su casamiento pero nada más, a diferencia de lo que ocurría con Bradley y Alexandria, a Sashenka no le unía ningún sentimiento de amor hacia su marido por lo que no le importó que su negativa lo alejara de él.
Su decisión de concebir vino motivada por otra razón.
Para los residentes de Limbo, los hijos no tenían ningún propósito más allá de su utilidad pre-elegida, así que evitaban tenerlos a menos que fuera estrictamente necesario que vivieran. Era la misma regla por la que la misma Sashenka vivía: su padre necesitaba al siguiente gobernante y llave del Nexo, y su madre necesitaba un aprendiz a quien transmitirle su conocimiento mágico. Fue por eso que dejó de mostrarse reacia a la idea de la maternidad cuando el momento llegó y dio a luz a una niña. Sashenka había oído rumores sobre lo que sucedía cuando un heredero de la muerte nacía, pero verlo con sus propios ojos la aterrorizó a tal grado que se sintió tentada a asesinar a la criatura, tuvo que recordarse que necesitaba a la pequeña y reprimió el impulso. Reese entró a la habitación, encontrando a su quinta heredera en el suelo y a su tercera esposa hecha un ovillo en la cama.
—Sashenka… —dijo, acercándose a ella.
—¡No te me acerques! —exclamó Sashenka.
Algo se había roto dentro de ella tras el nacimiento de su primogénita y Reese pudo notarlo, por lo que le pareció más prudente dirigir su atención a su hija. Al igual que Carter, Lyra y Raven, la pequeña dormía pacíficamente entre los brazos de un cuerpo momificado que se hizo polvo en cuanto la niña le fue arrancada. En cuanto Sashenka se serenó lo suficiente para recuperar la compostura le pidió a Reese que le entregara a su hija.
—Toda tuya —dijo él.
Conocía a Sashenka lo suficiente como para saber que se tomaría sus palabras de manera natural. La niña fue llamada Anette y su madre se encargó diligentemente de ella hasta que la llevó a Limbo con el objetivo de que manipulara el Nexo a los tres años, a esa edad era más sencillo que entrara en contacto con la energía del lugar. Sin embargo, Anette no pudo hacerlo. Ella no era la llave, de modo que Sashenka decidió convertirla en una bruja arcana, dueña del conocimiento mágico reunido durante generaciones, dejó de ser su madre para ser una maestra implacable; a sus ojos Anette no era más su hija sino su alumna.
Y Anette trató de ser una alumna ejemplar para ganarse la aprobación de su madre, llegando al punto de aislarse únicamente para estudiar. Poco a poco sus hermanos la fueron sacando de su encierro para evitar que se aislara de tal modo; y aunque le costó bastante, Anette logró equilibrar su deseo de aprender la magia arcana con el placer de convivir con los únicos familiares que se preocupaban por ella y la querían de verdad.
Anette aprendía magia negra y blanca por igual sin entender del todo cuál era la diferencia entre una y otras… además de sus componentes principales, claro. Fue Carter quien le dio una respuesta a su inquietud.
—La magia no es buena ni mala —dijo mientras se escabullían para ver a Kyle—. Todo depende del uso que le des.
—¿O sea que puedo usar un hechizo negro para hacer algo bueno? —preguntó.
—Es probable que sí.
Anette sonrió a su hermano mayor. Sashenka comenzó a restringir el tiempo que Anette pasaba sin hacer nada creyendo que su hija perdía el tiempo con sus hermanos. La reina de Limbo incrementó el ritmo de aprendizaje, presionando a la muchacha en que tenía que ejecutar todo hechizo que efectuara a la perfección. Cuando cumplió 16 años, Anette desarrolló la habilidad de teletransportarse sin importar la distancia. Eso le facilitó las escapadas que solía hacer sin meterse en problemas y sin que su madre descubriera a dónde iba. Así fue como llegó el momento que más temía: la prueba de los 18 años.
*****
El espíritu errante invocado por su padre se movió tambaleante, tratando de romper las defensas mágicas de Anette. La chica había creado una barrera rúnica alrededor de ella mientras trataba de conectar con la parte consciente de aquella alma torturada, siendo hija de la reina de Limbo era parte de su instinto tratar de darle algo de paz a cualquier ánima perdida que viera; pero al no lograr esto terminó por pasar al modo de ataque lanzando una serie de hechizos que aprisionaron al espectro, después se teletransportó de dónde se encontraba hasta situarse justo detrás del espíritu errante y lo desvaneció por medio de una pócima creada para tal efecto. No hubo ni felicitaciones ni palabras de aliento por parte de sus padres: Reese ni siquiera la miró y Sashenka no dijo nada, buscando los posibles defectos que tuviera que resolver.