-- Nueva York, 21 de octubre de 2018 --
El primer acto de rebeldía por parte de los hermanos Spector fue remodelar la casa, un gran cambio considerando lo reacio que había sido el anterior dueño a modernizarla.
—¿De verdad puedes hacer eso? —preguntó Gareth.
—En el testamento quedó estipulado que la casa es mía —respondió Kyle—. Puedo hacer con ella lo que quiera.
Gareth asintió para sí mismo, pensativo, y un instante después sonrió animado.
—¿Entonces puedo quitar el papel tapiz de las habitaciones? —preguntó.
—Claro que sí —respondió Kyle.
—¿Y podemos tener un jardín? —preguntaron al unísono Raven y Anette.
—Por supuesto. Podemos tirar toda la casa si es necesario… pero el vestíbulo se queda tal y como está.
—¿Con todo y las armas? —preguntó Carter con gesto divertido.
Kyle ladeó la cabeza y Carter soltó una risita.
—Yo me encargo del vestíbulo —dijo.
—Yo iré a quitar el tapiz —dijo Gareth y salió corriendo.
Lyra miró a Kyle y le sugirió revisar las habitaciones una por una en caso de que fuera necesario sellar algunas, mientras ella desocupaba la bodega y Carter iba al vestíbulo. Anette jaló a Raven llevándola a su cuarto mientras le decía con una clara emoción:
—Tengo muchas semillas guardadas justo para este momento. Ayúdame a llevarlas para ver cuáles sembrar.
—De acuerdo —dijo Raven yendo con ella.
Entre las dos llevaron afuera una caja llena de paquetitos sellados al vacío y una vez que la dejaron en el suelo, Anette se dedicó a mirar alrededor con ojo crítico, analizando en qué lugar pondría cada planta. Después de un rato, con las manos en las caderas, la muchacha resopló.
—Este lugar está hecho un asco —dijo al fin—. Dudo que algo pueda crecer aquí… pero los arbustos de crisantemos irían perfectos a los lados de la puerta.
—¿Los crisantemos crecen en arbustos? —preguntó Raven, viendo a Anette revolver cosas dentro de la caja.
—No lo sé —respondió Anette llanamente—, pero yo quiero crisantemos cerca de la puerta.
Raven se echó a reír, notando que había algo de maleza cerca de la casa y se acercó a arrancarla, mientras su hermana seguía buscando dentro de la caja. Al cabo de un rato la rubia anunció que iría adentro a buscar el equipo de jardinería, junto a otras semillas que su hermano tenía guardadas.
—Ya vuelvo —dijo—. No te vayas a ningún lado.
—¿A dónde podría ir? — preguntó Raven con gesto divertido.
Anette se encogió de hombros, sonriendo, y entró a la casa. Raven siguió arrancando la maleza hasta terminar con una parte, en ese momento se irguió y estiró los brazos; fue entonces que notó una presencia detrás suyo, lo que la hizo voltearse rápidamente. Se encontró con un hombre, de cabello negro y ojos castaños que no tenían vida, de rasgos orientales. Llevaba un atuendo antiguo a la usanza victoriana y a un costado de su cintura colgaba la funda de una espada; al notar esto último Raven se puso en alerta, anticipando la posibilidad de un combate.
—¿Quién eres tú? —preguntó la chica.
—Eso no importa —dijo el hombre—. Vengo por ti, Raven Spector.
Tras decir esto, llevó una mano hacía la funda, desenvainando una larga katana de un solo filo. De inmediato, Raven dio una palmada y materializó su espada por medio de un hechizo de invocación sencillo sujetando la empuñadura de cobre en el momento que el desconocido se abalanzó sobre ella, atacando con una estocada que la muchacha bloqueó, después se deslizó hacia un costado para alejarse lo más posible de la casa y al mismo tiempo poder atacar el flanco izquierdo de su enemigo, con la intención de incapacitarlo de un solo golpe. Sin embargo, el sujeto previó su jugada y se apartó llevándose simplemente un rasguño en el brazo.
—Maldición —masculló Raven sujetando su espada con fuerza.
Antes de que su contrincante tuviera tiempo de atacar, Raven arremetió contra él lanzando un ataque directo al cuello, que el intruso desvió con su katana y éste atacó de vuelta. Raven esquivó la espada agachándose; y al incorporarse sorpendió al tipo golpeando su garganta, rompiéndole la tráquea en el proceso para después darle una patada en el esternón. En ese momento el hombre hizo un ademán con la mano, haciendo brotar de la tierra una enredadera espinosa con la que inmovilizó a la chica, lo que obligó a Raven a soltar la espada y soltó un grito de dolor al sentir las espinas perforando su piel. Sin embargo, antes de que él diera un paso hacia ella, Lyra y Anette aparecieron, la primera se abalanzó sobre el intruso alejándolo de su objetivo mientras que la segunda corrió a auxiliar a su hermana.
Lyra tensó la cuerda del arco y lanzó una flecha oscura a su contrincante, el cual desprendió una porción de tierra para bloquear el ataque; la tierra se pulverizó y Lyra copió el poder de la telequinesis para rodear al hombre con el polvo resultante, quien dio un fuerte pisotón abriendo una grieta que avanzaba hacia ella; con lo que la chica se vio obligada a detenerse para evitar ser atrapada por ésta. Al verse libre de la nube de polvo, el desconocido arremetió contra Lyra usando un cuchillo corto con el objetivo de apuñalarla en el corazón; el primer impulso de la chica fue interponer su brazo, manipulando su composición molecular para volverlo más denso, por lo que pudo desviar el cuchillo sin recibir daño. Fue en ese instante que Carter se interpuso bloqueando el siguiente ataque con el que el hombre pretendía tomar por sorpresa a Lyra y en ese momento retrocedió saltando hacia atrás.
—Lo tenía bajo control —replicó Lyra.
—Ese último ataque no lo viste venir —dijo Carter.
—Muy gracioso.
—¿Quieren concentrarse? —dijo Gareth, que había llegado recientemente y era quien se enfrentaba al desconocido.
El joven mantenía sujeto con el látigo el brazo del atacante, mientras intentaba conectar con su alma para volver su propia energía vital contra él. Para su sorpresa, no encontró nada y eso lo desconcertó provocando que se distrajera, sus ojos se cruzaron con los del sujeto y éste usó el brazo libre para crear una raíz afilada que atravesó limpiamente el hombro de Gareth, quien soltó el látigo al tiempo que gritaba por el dolor. Anette apareció de repente golpeándolo en el pecho con ambos pies y después le dio un puñetazo en la mandíbula presa de la furia.