Círculo de venganza

Interludio III: La historia del kitsune

Era un día lluvioso cuando la familia Tanabaka salió rumbo al templo para continuar con el ritual de velación. Reiko se encontraba a la cabeza de la procesión, quien se había hecho de los preparativos como dictaba la tradición. Los asistentes iban en completo silencio, lamentando discretamente el trágico destino de Sachi.

Un joven observaba a los dolientes con profunda pena manteniéndose al margen. Era alto y extremadamente delgado, vestido completamente de negro, con un alborotado cabello rojizo y un semblante pálido de ojos amarillentos que, a pesar de su aspecto enfermizo, irradiaba un aura de buena salud. El joven había seguido el funeral desde un principio, tratando de no llamar la atención; soltando lágrimas silenciosas mientras pedía perdón a la muchacha que había jurado proteger y llenar de bendiciones. Sabía que ella lo había estado llamando, pero se hallaba tan perdido en su propia tristeza que no fue capaz de atender sus súplicas y este había sido el resultado. El suicidio de Sachi era, en parte, culpa suya por no estar a su lado cuando más lo había necesitado.

Justo cuando los asistentes llegaron al templo el chico distinguió una figura a la distancia: era una muchacha de largo cabello negro y un sencillo vestido del mismo color que llegaba hasta el suelo, cuyos ojos almendrados se fijaron en él. Los dos se miraron fijamente en silencio y la muchacha sonrió, un gesto que ocasionó la furia de él y avanzó hacia ella dando grandes zancadas; del mismo modo, la chica avanzó a su encuentro de tal forma que parecía deslizarse por el suelo. Entonces, cuando estuvieron lo suficientemente cerca uno del otro, él materializó una alabarda y ella hizo aparecer una lanza, las dos armas chocaron entre sí con un ruido sordo y ambos se separaron.

—Hola, hermano —dijo la mujer.
—¿No dijiste la última vez que nos vimos que no soy tu hermano? —inquirió el hombre.

La chica chasqueó la lengua y luego arremetió contra él con la lanza en alto, ataque que el muchacho bloqueó con la alabarda, apartando el arma con un giro de muñeca para después lanzar una estocada directo a la cabeza de su contrincante, quien retrocedió para evitar el filo del arma al tiempo que un tentáculo salía de un costado suyo, sujetando el brazo con el cual el chico sostenía la alabarda y presionó triturando el hueso.

—No seas rencoroso, Sekai —dijo ella, presionando con más fuerza mientras otro tentáculo hacía acto de aparición—. Eres mi hermano, me guste o no.
—Que esperanzador oír eso de tu parte, Ritsu —dijo él soltando su arma.

Entonces el joven se transformó en un zorro de pelaje rojizo, con lo cual se libró de los tentáculos, y aterrizó en el suelo con suavidad revelando sus siete colas. Ritsu arremetió contra él como si su cambio la hubiera ofendido de algún modo y Sekai la esquivó con facilidad. A lo lejos se escuchó el tañido de una campana y ambos se separaron: Ritsu se desvaneció en una cortina de agua y Sekai se echó a correr mientras se preguntaba lo mismo una y otra vez:

“¿Qué nos pasó para llegar a esto?”

-- Año 1018 --

—Arriba, niños, nos tenemos que ir.

La niña tardó en despertar. Su madre miró por encima de su hombro hacia la puerta abierta como si temiera algo.

—¿Qué pasa, mami? —preguntó la pequeña frotándose los ojos.

Al lado suyo, el pequeño zorro levantó la cabeza. La mujer volteó hacia ella, componiendo su sonrisa más tranquila para no asustarla pese a su nerviosismo y le acarició una mejilla.

—Tenemos que irnos, Ritsu —dijo—. Trae a Sekai, hay que darnos prisa.
—Sí, mamá. Ven, Sekai, yo te llevo.

La niña se levantó de la cama y sus pies descalzos tocaron el piso al momento de levantarse, cargó en brazos al zorro y salió de la casa junto a su madre. La mujer miró a todos lados con cautela, para luego tomar de la mano a su hija e internarse en el bosque; si podían llegar al centro del mismo estarían a salvo, la cantidad de vegetación que había allí podría servirles de refugio hasta el amanecer; momento en el cual irían al pueblo cercano para alejarse de allí. Sin embargo, apenas habían recorrido un tramo del sendero cuando se escuchó el sonido de pasos detrás de ellos; los cuales se acercaban con presteza. La mujer miró hacia atrás con el temor reflejado en la mirada y soltó la mano de la niña al tiempo que decía:

—Corran, mis niños, corran lo más rápido que puedan.

En ese momento una flecha le atravesó la garganta a la mujer y ella se desplomó en el suelo. Ritsu salió corriendo llevando en brazos a Sekai y al poco tiempo éste saltó al suelo, apartando ramas y piedras para que Ritsu pudiera pasar sin problemas y así ambos pudieran huir.

Sin embargo, los perseguidores fueron más veloces y lograron atraparlos.

—¡Los tengo! —exclamó un hombre sujetando a la niña de un brazo y al zorro de la cola, acercándose a sus compañeros.

Sekai gruñó irguiéndose de tal modo que alcanzó el brazo del hombre y lo mordió, éste soltó un grito de dolor y soltó al animal, que seguía aferrado a su extremidad mientras la niña trataba de soltarse. El zorro soltó al hombre y cayó de pie en el suelo, preparándose para atacar de nuevo cuando una lanza lo atravesó intempestivamente de lado a lado.

—¡Sekai! —exclamó Ritsu al tiempo que Sekai aullaba de dolor.
—Ese zorro no es normal —dijo el sujeto mientras uno de los exploradores se acercaba para curar su brazo.
—Por supuesto que no —dijo éste—. Es el hijo de una bruja.

Los aullidos del zorro se mezclaron con los sollozos de la niña, que trataba de alcanzar a su amigo para aliviar su dolor. Sekai se retorcía intentando zafarse de aquella cosa que lo mantenía inmóvil aún cuando aquella acción solo aumentaba su suplicio.

—¿Y qué hacemos con ésta? —preguntó el hombre que aún sujetaba a Ritsu mirando al líder de aquella pequeña compañía.

Éste era un hombre alto y fornido de cabello largo y oscuro cuyo rostro estaba oculto con una máscara oni, la cual retiró para revelar una cara de piel morena y facciones duras. Sus ojos negros observaron a la niña con indiferencia, mientras retiraba la lanza del cuerpo del zorro, alternando entre uno y otro alternativamente.



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En el texto hay: misterio, sobrenatural, venganza

Editado: 04.01.2024

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