Cap. 8.- La tormentosa historia del pasado

Durante un momento, el silencio reinó en el lugar. Los hermanos Spector observaron a la recién llegada con incredulidad y finalmente fue Raven quien rompió el silencio.

—¿Eres la misma Sachi Tanabaka que falleció en enero de 1878? —preguntó.
—Sí —dijo Sachi con firmeza. Una sonrisa se formó en sus labrios al ver la expresión de desconcierto de los chicos y añadió—. Supongo que jamás habían visto a una persona resucitada.
—Pues no —replicó Gareth con desparpajo.
—Espera, ¿qué clase de ayuda viniste a dar? —inquirió Lyra.
—¿Y cómo sabemos que podemos fiarnos de ti? —preguntó Carter.
—¡Esto es ridículo! —exclamó Raven—. Ella me salvó dos veces.
—¿Y cómo sabes que no lo hizo para ganar tu confianza?
—¿Qué ganaría con ello?
—Por esto es que no vine antes —dijo Sachi con un deje de fastidio mirando al zorro.
—Ten en cuenta que la primera persona resucitada que vieron los atacó —dijo el animal—. Es normal que tengan sus dudas.

Sachi desvió la mirada y Gareth dio un respingo.

—Le acompaña un animal mágico —dijo—. ¡Es un kitsune!
—Me llamo Sekai —dijo—. Si no es molestia, prefiero que se dirijan a mí por mi nombre.
—Razón de más para desconfiar —dijo Lyra.
—Ya basta —intervino Kyle masajeándose las sienes—. Ella dice la verdad, está de nuestro lado. Dejen sus reclamos para que nos diga lo que tiene que decir, me parece que será muy útil.

Los chicos miraron a Kyle en espera de una explicación, pero el chico estaba concentrado en la visitante.

—Le advertiste a mi hermana sobre un nigromante —dijo—. ¿Lo hemos visto?

Sachi asintió con la cabeza y dijo:

—De hecho estuvo presente en el entierro de sus padres.
—Por petición expresa del rey —añadió Sekai.

Todas las miradas convergieron en Carter, y éste frunció el ceño recordando la última reunión que tuvo con su padre para recibir sus instrucciones. Más precisamente recordó la insistencia de Reese en que hubiera un nigromante en su entierro que sellara su sepulcro, uno con el que había tenido contacto anteriormente.

—Él contactó a Tatsu —dijo—. ¿Cómo no se dio cuenta?
— Tatsu es bueno para evadir sospechas —dijo Sachi con amargura.
—¿Cómo lo conociste? —preguntó Lyra.

La chica había dejado su tono agresivo de lado pero aún tenía sus reservas al respecto de todo esto. Sachi dudó un momento, a pesar de que había repasado lo que les diría exactamente, y miró a Sekai; éste le asintió para darle ánimos y ella suspiró.

—Él era el consejero de Ichigo Higurashi y el maestro de Reijiro —dijo—. Se ganó la confianza de ambos y al final los traicionó.
—Pero eso querría decir… —dijo Gareth frunciendo el ceño—… que tendría más de 100 años.
—Muchos más —intervino Sekai—. Tatsu nació al final del periodo Sengoku, el…
—El periodo de los estados en guerra —le interrumpió Carter—. No es posible que alguien dure vivo tanto tiempo.
—De hecho sí lo es. El maestro de Tatsu, un hechicero llamado Akira, descubrió el secreto de la vida eterna y juró no revelarlo a nadie por considerarlo algo abominable. Al enterarse de esto, Tatsu lo asesinó para revivirlo y obligarlo a decirle cómo podría vivir por siempre con un único objetivo: vengarse del hombre que asesinó a su familia.

Un breve silencio siguió a la declaración de Sekai. Para sorpresa de los presentes, un libro de historia antigua salió volando, aterrizando con fuerza en la mesa al lado del que ya estaba ahí, abriéndose con el impacto. Carter fue el primero que se acercó, ya que había reconocido el libro como el que utilizaba para la clase de historia universal.

—Es la versión más reciente —dijo al examinarlo.
—¿Por qué Lily quiere que veamos esto? —preguntó Raven.

Carter revisó la página y leyó en voz alta:

—“Uno de los descubrimientos más sorprendentes en arqueología se dio en Japón, al darse a conocer la existencia de una antigua mansión en lo que fuera la legendaria provincia de Iga, conocida por albergar a algunos de los clanes ninja más habilidosas de los que se tiene registro”. Está en el apéndice: Descubrimientos arqueológicos más recientes— añadió al revisar el índice—. ¿Qué tiene que ver con…?
—Tatsu fue adoptado por un clan ninja que residió en la provincia de Iga —dijo Sekai—. El líder del clan, Takuya Ikaranase, lo llevó consigo cuando lo encontró al borde de la muerte en un bosque.
—Sabes mucho al respecto —dijo Anette.
—Invesigamos sobre él —dijo Sachi—. Debíamos saber.

Lyra abrió la boca para decir algo pero Carter se le adelantó, deseoso de no perder el hilo de la conversación.

—Investigué lo relativo al periodo Sengoku como parte de un proyecto escolar— dijo—. No hay ningún registro de ese clan.
—Eso es porque Tatsu borró todo registro de ellos al obtener la vida eterna —dijo Sekai—. En 1581, el general Oda Nobunaga ordenó un ataque a las provincias ninjas con el objetivo de mermar su poder, lo cual estuvo a punto de lograr ya que muchas familias fueron exterminadas por los guerreros samurái. Uno de éstos fue Akihiro Higurashi, que lideró sus tropas para atacar al clan Ikaranase, y de todos ellos solo Tatsu sobrevivió.
—Luego de esto, Akihiro se retiró a Tokio —dijo Sachi—, donde fue asesinado por Tatsu dando inicio al tsukinonosuji del clan.

La muchacha miró al duelo. A pesar de la dureza que aparentaba, tener que relatar todo lo que sabía era doloroso para ella.

—¿Qué es el…? —preguntó Gareth y Sachi le interrumpió de nuevo.
—Tsukomonosuji. Así se le conoce a una familia maldita.
—Tras la muerte de su líder, los miembros del clan Higurashi se dirigieron a Satsuma. Ahí inició el rumor de su maldición —explicó el kitsune—. Todos los patriarcas de la familia aparecían muertos en el momento que sus hijos mayores cumplían 25 años, y lo único que hallaban era el arma homicida: una espada corta de mango negro con un hilo de seda rojo.