Reijiro se interpuso entre Tatsu y Raven desviando el ataque dirigido a la muchacha.
—Ya fue suficiente —dijo—. No permitiré que lastimes a nadie más.
—¿Piensas desafiarme? —inquirió Tatsu soltando una carcajada—. He de recordarte que no te fue muy bien la última vez.
Por toda respuesta, Reijiro alzó la katana en dirección a Tatsu, y atacó lanzando una estocada que su oponente bloqueó devolviendo el ataque al poco tiempo. Los dos hombres se batieron a duelo olvidándose de los seis jóvenes que se encontraban en la estancia.
—Vengan aquí —dijo Carter acercándose a Raven—. Nos largamos de aquí.
—No podemos irnos —dijo Anette—. ¡Él mató a nuestros padres!
—Si salimos de aquí, lo perderemos —dijo Kyle.
—Y no podemos fiarnos de él —dijo Gareth señalando a Reijiro.
—Yo no estaría tan segura —musitó Raven.
Un chillido agudo se escuchó por el pasillo, llamando la atención de todos los presentes. Algunas de las criaturas habían logrado soltarse de todo lo que los mantenía fijos, y se dirigían hacia las únicas fuentes de vida en el lugar. Tatsu se llevó una mano a la túnica, y en ese instante Lyra dio un paso adelante, saltó rodando por el suelo y se incorporó sujetando el proyectil ensangrentado que había soltado antes; Reijiro volvió a la carga girando sobre su eje con la espada en ángulo recto y Tatsu retrocedió sin dejar de buscar algo en su persona.
—¿Buscas esto? —inquirió Raven alzando un brazo.
Tatsu y Reijiro dieron un respingo al ver el muñeco de paja que ella sostenía, y en ese momento la muchacha trastabilló hacia atrás recargando la espalda contra la pared más cercana. El agotamiento por la tortura sufrida le había pasado factura y se había sentido agotada repentinamente.
—¡Raven! —exclamó Kyle acercándose a ella.
—Niña tonta —dijo Tatsu negando con la cabeza—. Un alma separada de su cuerpo toma la energía del ser que la sostiene. Dicho de otro modo: mientras tengas ese muñeco en la mano, Reijiro te drenará hasta dejarte seca…
El nigromante dirigió una mirada maliciosa a su antiguo estudiante antes de añadir:
—… como un parásito.
—Suelta ese muñeco —dijo Anette yendo hacia su hermana.
—Ahora —intervino Kyle.
Pero Raven se negó. Lyra lanzó el piochan en dirección al techo acertando al amuleto, que cayó al suelo con un ruido sordo, y como si estuvieran esperando ese preciso momento un par de criaturas agonizantes se abrieron paso. Aprovechando la confusión del momento, Reijiro se acercó a Raven y le dijo:
—Suéltalo. No te debo nada y no merezco que sacrifiques tu vida para salvar la mía.
—No es solo por ti —dijo Raven—. Se trata de paliar una injusticia.
Reijiro suspiró hondo, comprendiendo que nada de lo que pudiera decir haría cambiar de opinión a Raven.
—Entonces no tengo otra opción —dijo—. He de terminar rápido con esto.
Gareth se acercó corriendo en el momento que más criaturas irrumpieron en el lugar, movido por la urgencia.
—¡Chicos! —exclamó—. Tienen que saber…
—¡Ahora no! —exclamaron Carter y Lyra al mismo tiempo, yendo al encuentro de las criaturas para frenar su avance.
Tatsu extendió un brazo, pero antes de que pudiera hacer nada; Reijiro saltó sobre él y ambos cayeron al suelo, rodando uno sobre el otro hasta que Reijiro se colocó encima de Tatsu y alzó el puño para golpearlo directo en el rostro, Tatsu lo sujetó por la muñeca, al tiempo que lanzaba un golpe con el brazo libre que obligó a Reijiro a apartarse y Tatsu se puso en pie, Reijiro le dirigió un golpe al pecho que fue evadido por el nigromante.
—Tic toc —dijo con tono cantarino—. Se te acaba al tiempo.
Raven se dejó caer al suelo. Carter se arrodilló a su lado y examinó el muñeco de paja que ella sostenía débilmente mientras el combate entre maestro y alumno continuaba.
—Los hechizos de este muñeco son muy complicados —dijo—. Llevará un tiempo revocarlos.
—Eso es precisamente lo que no tenemos —dijo Kyle—. Debe haber otro modo.
—De hecho sí lo hay.
Carter miró a Gareth significativamente pidiéndole que se acercara. Cuando él se aproximó, Carter le puso el muñeco en las manos y dijo:
—Tú puedes hacerlo.
—¿Qué? —replicó Gareth con sorpresa.
—Como gobernante de Limbo, tienes jurisdicción sobre todas las almas, eso es suficiente para romper cualquier restricción mágica. Solo piensa en lo que realmente es.
—Lo que es… —repitió Gareth, comprendiendo de golpe—. ¡Claro!
Sin los hechizos nigrománticos, no era más que un recipiente contenedor de energía vital y eso era algo que el menor de los Spector podía manejar. Sin perder tiempo, Gareth cubrió el muñeco con sus manos, la paja se deshizo entre sus dedos y una mortecina luz azulada apareció, el chico la observó maravillado por un momento, antes de marcarle el camino a seguir y soltarla para que se reuniera con su cuerpo. Reijiro se quedó rígido, como si una estaca se le hubiera encajado en el corazón; al tiempo que trastabillaba hacia otras cerrando los ojos mientras su alma se familiarizaba con el cuerpo del que había estado separado durante tanto tiempo. Finalmente abrió los ojos y una leve sonrisa se formó en su rostro al comprender el hecho de que finalmente era libre.
—No puede ser —musitó Tatsu.
La furia se apoderó de él y arremetió contra Reijiro, tomándolo por sorpresa al darle un golpe con el canto y la palma de la mano seguido por un golpe con el puño recto para después intentar apuñalarlo con la espada corta.
Y de nuevo, alguien más volvería a interponerse en su camino.