Ciruela Ácida (trilogía Agridulce Libro #3)

Capítulo 6

Roxanne abrió lentamente los ojos y vio los únicos dos pares de ojos que quería apreciar en ese momento.

–¡Gracias a Dios despertó!–escuchó la voz de Rachelle.

–Rox ¿Me oyes?–le preguntó René. 

Ella trató de enfocar su vista y pudo ver que aún se encontraba al frente de la revista, había una multitud de personas y ella se encontraba recibiendo primeros auxilios en una ambulancia. 

–Rox ¿Cómo te sientes?–le preguntó Rachelle con cariño.

–¿En serio le estás preguntando cómo se siente a alguien que tiene una bola en la frente?–le dijo René a Rachelle.

Instintivamente Roxanne se llevó su mano a su frente y pudo notar que efectivamente la tenía. 

–Me duele la cabeza–les informó. 

En ese momento un oficial de policía se acercó a ella.

–Disculpe señorita ¿Se siente bien? ¿Puedo hacerle unas preguntas?

–¿Acaso no la ve?–le amonestó René al oficial–Mi amiga no está para preguntas, tuvo un colapso nervioso ¿Sabe? De todas nosotras la que más ama esta revista es ella y esto que pasó hoy fue un atentado contra el periodismo. 

En ese momento una cámara empezó a apuntar a René.

–En este país estamos siendo silenciados ¡Sí señor!–continuó–pero si creen que porque quemaron unas simples paredes y unos muebles BoxR dejará de existir, están muy equivocados. 

Su amiga tomó la cámara con ambas manos. 

–A ti perro hijo de puta que hiciste esa mierda te diré algo: Te voy a encontrar, no importa que me quede sin un centavo, te encontraré y te mataré; y ni el mismo Dios va a poder impedir tu muerte. 

Rachelle la apartó de la cámara y René siguió gritando. 

–Oficial me gustaría declarar porque sí vi algo, vi a los autores del incendio, iban en una camioneta negra–le informó Roxanne–pero no me siento en condiciones de hacerlo en estos momentos, prefiero seguir el protocolo regular y acercarme a la comisaría. 

–Por supuesto que sí señorita Rains, estaré esperando su visita–y al decir esto se marchó. 

–Rox vamos, te llevaremos a tu casa–le dijo René. 

–¿Te puedes levantar?–le preguntó Rachelle y ella asintió.

–¿Cómo es que ustedes están tan tranquilas?–le preguntó a ellas–Quemaron la revista.

Cada una se colocó a su lado y ella pasó su brazo por el cuello de cada una.

–Nadie ha quemado a BoxR Roxanne–le dijo René–sólo quemaron las oficinas. 

–BoxR es Shar, Lily, Lauren, René, tú y yo. Sólo estoy feliz y aliviada que tú no hayas estado allí adentro. 

Las tres se dieron un fuerte abrazo y ella empezó a llorar.

–Todo esto es mi culpa–les dijo. 

–No es tu culpa Rox–le dijo Rachelle–sabíamos que cosas malas podían pasar al publicar ese artículo, dijimos que íbamos a soportarlo siempre y cuando se haga justicia.

Ella negó con la cabeza e hizo que se detuvieran. Ambas la soltaron y la miraron.

–Es mi culpa–sollozó–es mi culpa…

Sus amigas la observaban sin dar crédito. Ella sabía de antemano a todo lo que se enfrentaba, no obstante, las involucró a ellas y a los demás, sin pararse a pensar en las consecuencias. Ambas habían enfrentado cosas en poco tiempo y ella no se paró a pensar como dañaría de forma psicológica a sus amigas.

–Yo soy Goenji–confesó por fin.

Rachelle abrió los ojos como platos y René emitió una carcajada bastante fuerte. 

–¡No hablarás en serio Roxanne!–exclamó René llena de alegría–¿En serio eres Goenji? ¡Esto es grande!

Por el contrario, Rachelle la miraba con pánico.

–¿De qué estás hablando Rox?–le preguntó ella. 

–Tomé las pruebas de un caso que tomó mi padre de esa familia, pero tuvo que abandonar y ya sé por qué lo hizo. Esto es demasiado y era lo que él estaba tratando de evitar, ahora yo alboroté el avispero y los perjudiqué a todos.

–Un momento–le dijo René–¿Te estás arrepintiendo Rox? ¿La persona más fuerte que conozco se está arrepintiendo de una causa justa hacia nuestra gente? Si Canady Group quiere guerra, guerra va a tener, porque si nos van a silenciar, tienen que matarnos.

–Yo pienso que este no es el momento, ni el lugar para discutir esta cuestión–comentó Rachelle– Vayamos al auto y llevemos a Rox a su casa y en estos días nos reunimos todos y pensamos cómo vamos a contraatacar. Porque tú sabías que esto podía pasar ¿No Rox? Estoy segura que tienes un Az bajo la manga. 

Ella asintió–Entonces ¿No están molestas?

–Claro que no Rox, por lo que sí estoy molesta es porque no nos dijiste nada–le dijo René–pudimos haberte ayudado. 

–No quería que ustedes se involucrasen.

–Pues vas a tener qué hacerlo porque los vamos a hundir–fue la promesa de René y Roxanne no pudo evitar llorar.


 

*** 



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En el texto hay: amistad amor

Editado: 09.05.2023

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