Cisne y el ejército del Libro

Capítulo II. Cisne y la catástrofe.

Las clases terminaron ese día y Cisne se encontró en la estación del transporte público con Anton quien la estaba esperando - ¡Felicidades! Vámonos a celebrar – le dijo Anton, ambos tomaron el autobús y se dirigieron a la plaza de la alcaldía a celebrar como habían planeado, en el camino Cisne le contó lo que vivió en la biblioteca – Se que, esto parece una locura pero es real, yo lo vi – le decía exhausta Cisne, Anton le creyó sin dudarlo y quiso investigar al respecto, al no hallar nada en internet decidió que irían a la biblioteca de la plaza, sin embargo la celebración era la prioridad por lo que fueron en busca de las mejores hamburguesas de la zona “Magnate Carlos” la fila era inmensa pero la espera valiosa, por lo que mientras esperaban Cisne reviso su celular y se encontró con una impactante noticia:

“Dos autobuses chocan tras perder el control generando una potente carambola a un costado de la escuela Gabrielle Magistral, desgraciadamente no hemos podido obtener más información ni fotografías del accidente, ya que los dispositivos electrónicos presentan fallas en la zona, aún se desconocen las causas de este suceso”

Cisne al leer esta noticia noto la coincidencia de la desaparición de la energía eléctrica en su visita a la biblioteca, por lo que definitivamente algo extraño estaba sucediendo por lo que no quiso perder ni un solo minuto más, así que junto a Anton se dirigió a la biblioteca dentro de la plaza, a diferencia de la gran biblioteca “Magallanes” esta era bastante rudimentaria no hallarían las pistas que buscaban, pero sin duda seria de utilidad.

Al llegar a la biblioteca preguntaron por el pasillo de magia – Hola, sabes dónde puedo acceder a los libros de magia… ya sabes de esos no sé, tal vez brujería – Cuestiono Anton – Am no, no sé de qué me estás hablando esos libros no los encuentras aquí – contesto nervioso el recepcionista – Por favor, creemos que algo malo está sucediendo solo queremos echar un vistazo ándale – dijo algo desanimada Cisne, el recepcionista observó de pies a cabeza a Cisne que por si aún queda duda es una joven hermosa con un cuerpo que toda chica de su edad podría envidiar, cualquier hombre queda atrapado al mirar sus hermosos ojos cafés que al mismo tiempo reflejan el corazón lleno de bondad que tiene este ángel, ante tantas cualidades el recepcionista quedo encantado – bueno, si alguien como tú me lo pide supongo que puedo hacer una excepción – le dijo con un tono distinto el recepcionista – Cuida tus palabras – dijo como advertencia Anton.

El pasillo se encontraba detrás de un librero, cerrado con llave y además un candado extra, los pasillos de magia se habían prohibido en todas las bibliotecas del país a finales de los dos mil tras un incidente que según las autoridades, no tuvo ninguna presencia fantástica, pero lo tomarían como una mera precaución prohibir tal contenido no educativo, sin embargo escuelas como la de Cisne se opusieron a esta decisión por lo que al ser instituciones autónomas optaron por mantener sus pasillos abiertos, aunque año a año el acceso a ellos se ha restringido un poco más. El pasillo a pesar de tanta seguridad no eran más que dos libreros con escasos libros que incluso podían contarse a simple vista, Cisne echo un vistazo y se encontró con uno que llamo su atención puesto que en la portada tenía una pintura de su artista favorito “Hacer magia dibujando con Vincent Vanálarin” Ese era el nombre de aquel artista que tanto admira por lo que lo tomo y decidió ojearlo un poco, por otro lado Anton observaba el otro librero con el fin de hallar alguna pista sin embargo al no compartir mucho el gusto por la lectura no hallo nada interesante más que la peculiar portada de un libro, puesto que mostraba una especie de poste de luz con vida, le recordó un poco al libro viviente que Cisne le menciono por lo que abrió el libro para solo encontrar cientos de ilustraciones de objetos inanimados que habían cobrado vida, entre ellos un libro.

Volviendo con Cisne charlando e investigando con el recepcionista hallo que Vincent Vanálarin solo había creado tres copias de aquel libro, una fue enterrada junto con su cuerpo, otra la dono a la escuela donde alguna vez se formó artista y finalmente la ultima su paradero lo dejaría a la suerte, esta era aquella copia que se encontraba con un destino desconocido mientras que la escuela a la que el libro se refiere es todo un misterio, entre los contenidos del libro podemos ver desde hechizos demasiado simples como hacer levitar objetos o prender fuego a un pequeño pedazo de papel hasta hechizos como poder volar, crear una bola de fuego, levantar la tierra, crear estructuras solidas e inclusive… darle vida a objetos inanimados, la respuesta podría estar cerca.

Sin embargo antes de llegar a aquella página Cisne se encontró con otra misteriosa técnica, la magia del dibujo, según Vincent era una técnica que ninguna otra persona había logrado desarrollar, consistía en dibujar con pinturas y pinceles previamente hechizados para generar efectos específicos, por ejemplo si se dibujaba con verde y una brocha se era capaz de crear veneno que al alzar la hoja podía salir disparado como si de un rayo se tratase, pero si se dibujaba una cruz con rojo era capaz de activarse un hechizo de curación bastante potente, las posibilidades eran infinitas.

Cisne quedo fascinada con aquella técnica por lo que quería probarla así que quiso solicitar el préstamo de aquel libro, lo que el recepcionista tenía prohibido hacer ya que para empezar ese pasillo estaba restringido para el público, la discusión fue interrumpida cuando ruidos extraños similares a un rugido comenzaron a escucharse por la biblioteca, Anton se asomó para ver de qué se trataba cuando en ese momento fue atacado por lo que parecía un libro de matemáticas con las mismas características que el que ataco a Cisne, afortunadamente la mordida que en ese momento soltó el libro paso por un costado de la cabeza de Anton saliendo ileso del ataque, a lo que Anton sin perder tiempo tomo una escoba del pasillo de limpieza que estaba a un lado y se defendió a base de escobazos – Vete de aquí Cisne, llévate lo que consideres valioso en un momento te alcanzare – le dijo entre jadeos Anton a Cisne, ella hizo caso a la indicación, tomo el libro de magia de Vincent, unos cuantos libros más y salió del pasillo en busca de la salida, no obstante fue interceptada por un libro más de las mismas características pero que además este tenía alas como las de un cuervo, largas y negras, el libro se levantó entre otros libros regados en el suelo y se preparaba para lanzar su poderosa mordida a Cisne, pero antes de aquel suceso el libro fue partido por la mitad, el recepcionista cortó por la mitad con una navaja a aquel libro para después ambos salir de la biblioteca del terror, desde fuera la biblioteca se veía aún peor, libreros destrozados, libros en el suelo, inclusive algunos incendios pero sobre todo libros asesinos acabando con el local. Anton aún se encontraba dentro lo que comenzó a preocupar a Cisne – Debemos irnos a otro lado – le insistía el recepcionista – Eso jamás, lo esperare – contestó Cisne cuando de pronto varios libros empezaron a golpear con rabia las puertas de la biblioteca buscando el exterior - ¡Es absurdo! A este paso debe estar muerto, sálvate tú que puedes hacerlo – le dijo por última vez el recepcionista, Cisne sin ninguna otra opción corrió hacia el elevador junto a él recepcionista y lograron escapar de tal atrocidad, entre lágrimas Cisne se lamentaba la perdida de Anton, mientras un desconcertado recepcionista buscaba aprovecharse de la situación, pues le dio su consuelo – Soy Jonathan, si necesitas algo solo háblame – le dijo mientras le entregaba una tarjeta con su número para luego salir del ascensor, Cisne por su lado regreso a su casa bastante desanimada con el deseo de encontrar que es lo que estaba sucediendo con los libros vivientes.




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