Cisne y el ejército del Libro

Capítulo IV. El atentado de los televisores.

Cisne concilió finalmente el sueño tras esa charla, pero el descanso no le duro mucho cuando a las afueras del refugio comenzaron a escucharse golpes en la barricada de acero mientras en respuesta a esto los disparos también comenzaron a sonar, Cisne y los demás se levantaron de inmediato y fueron a ver qué ocurría, al asomarse por las torres de defensa notaron un problema bastante grave, un ejército de libreros atacaba el refugio – ¿Ustedes que hacen aquí? – les grito el jefe – Escuchamos los ruidos y subimos ¿Cómo ayudamos? – Pregunto Cisne, quiero a los dos hombres con un francotirador a las trabes de los libreros, no a las repicas ni en los huecos, sus través son el punto débil, las chicas vayan a mantener la calma entre los refugiados – dio la orden el jefe - ¿Estas bromeando? Podemos hacer mas no nos mandes a hacer cosas tan bajas como si fuéramos niñas pequeñas indefensas – le reclamo furiosa Sasha – ¡Mi refugio mis ordenes, Ahora vayan! – dijo como última palabra el jefe, sin otra opción Cisne bajo junto a Sasha a ayudar en lo que fuera posible, el jefe les dio un fusil de francotirador Barret a cada uno de los chicos – Sean certeros con sus tiros, si logran dar a una sola trabe, la bala explosiva acabara con el – les volvió a aconsejar - ¡Bien! - contestaron ambos, el primero en disparar fue Alan quien no tuvo mucha suerte ya que su disparo impacto en el piso y la explosión fue nula, en cambio Jonathan que ya tenía experiencia con el uso de armas de francotirador, acertó sin problemas a un librero que cayó al suelo, continuaron disparando defendiendo aquel poderoso refugio, llegaron las ocho de la mañana y los libreros no dejaban de atacar, iba a ser un enfrentamiento bastante largo, Sasha se dedicó a platicar con los niños del refugio para mantenerlos tranquilos mientras que Cisne seguía concentrada en el libro de Vincent sabía que podía volver a utilizar el poder que uso contra el edificio pero sin gastar tanta energía al punto de desmayarse, estaba decidida a lograrlo por lo que camino por la tienda buscando pinturas, especias y alcohol para crear más pinturas mágicas y seguir practicando, aunque este proceso fue interrumpido cuando dentro de la muralla de acero un hueco se había creado debido a un potente disparo, el disparo fue ocasionado por un librero con televisión, parece ser que ahora los libreros más fuertes habían llegado al campo de batalla, Sasha se asomó a ver lo sucedido y de inmediato alerto a los guardias que estaban dentro de la tienda para que saliesen a combatir. El campo de batalla era una masacre de madera y cientos de rayos de luz impactando en las torres de guardia, los soldados buscaban evitar a muerte que alguna televisión más impactara contra la muralla de acero ya que generaría problemas, los soldados tenían tanto talento que apenas una había impactado, pero habían perdido a varios hombres en esa dura batalla, el temor del jefe era la aparición ya sea de libros voladores o alguna amenaza que aún no se hubiera visto.

La situación se ponía más dura mientras entraba la noche, Alan y Jonathan habían bajado para comer puesto que se estaban quedando sin energías, Sasha los atendió acomedidamente mientras Cisne seguía en lo suyo – Estamos peleando por tu seguridad ¿Y así nos pagas? Si quiera un agua nos deberías de pasar – le dijo Alan molesto – Pues la verdad no estaría mal que fueras un poco más acomedida como Sasha – añadió Jonathan, Cisne les lanzó una mirada amenazante y respondió – Si no estamos luchando con ustedes fue por órdenes de arriba así que mejor cállense y váyanse de una vez, Alan la vio molesto mientras que Jonathan se disculpó por su comentario – Señores se acabó el descanso, la situación ahora es realmente critica, dos televisiones más consiguieron impactar el muro, están entrando varios libreros – llego gritando el jefe, Alan tomó un hacha y una pistola de medio alcance y salió sin espera en cambio Jonathan dejo algunas instrucciones – Parece ser que esto ya no tendrá solución así que planeen una ruta de escape para que los cuatro podamos salir de aquí, ganaremos tiempo – dijo Jonathan – Pero ¿Y toda esta gente? No podemos dejarla para morir aquí – dijo Cisne, Jonathan solo la vio con una mirada de lamento y salió al combate, la situación era critica ya que cada vez entraban más libreros al interior del refugio mientras que las energías de los soldados se agotaban, Alan daba golpes al azar, destrozando varios libreros, pero su hacha comenzaba a quedarse sin filo, en cambio que Jonathan continuaba como francotirador desde la torre de guardia. La noche finalmente había caído y junto a ella una tormenta bastante potente que complicaba aún más las cosas afectando el campo de visión de los soldados, la energía eléctrica se había ido desde la mitad del conflicto por lo que la iluminación a base de velas y linternas no era muy buena, el refugio parecía estar acabado, la esperanza ya no podía respirarse en el aire sino todo lo contrario, un aire de agonía, llanto y la pronta muerte, Sasha ante la triste situación tomo un vehículo del refugio, lo acondiciono lleno de provisiones listo para huir creando una fractura por la parte de atrás que inclusive dejaría aún más indefensos a los refugiados, Sasha salió al campo de batalla a avisar a sus compañeros cuando Cisne la tomó del brazo – Esto no está bien Sasha, abandonaremos esta gente a su suerte – le dijo Cisne – Ya hicimos mucho por ellos, suéltame – le dijo en un tono serio Sasha – Vámonos ya, todo listo – Grito Sasha, entonces Alan y Jonathan corrieron al interior del refugio para tomar sus cosas, subieron a la camioneta y detrás de ella Sasha prácticamente forzando a Cisne a entrar – Deprisa, de nada servirá que te quedes aquí y mueras con el libro – dijo Sasha – No me iré – se mantuvo firme Cisne – Entonces dame el maldito libro - Sasha comenzó a forcejear el libro arrebatándoselo a Cisne y empujándola, Cisne llena de ira alzo su mano, apuntó a Sasha y lanzó un rayo de luz directo al corazón de Sasha, esta recibió el impacto de golpe cayendo al suelo agonizando, Alan y Jonathan la vieron aterrorizados – Váyanse les dije, hagan lo que quieran pero no toquen mi libro – dejo en claro Cisne, tomó el libro para revisar unas hojas con las que recito un conjuro para crear una pócima de curación que según el propio libro, puede salvar de la muerte a cada persona una sola vez, tras crearla, se la entregó a Sasha y de inmediato su cuerpo comenzó a regenerarse y pudo levantarse como si nada – Cisne, teniendo ese poder ¿Por qué no estas ayudándolos tú también? – Pregunto asustada Sasha – No lo tengo dominado, pero parece que la ira me ayuda a mejorar mi magia – le contestó Cisne para luego dirigirse al campo de batalla, Cisne comenzó a dominar lanzar los rayos de energía por lo que de un solo ataque podía acabar con varios libreros.




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