Cisne y el ejército del Libro

Capítulo VI. El reencuentro

Tenían pocas opciones ya que las paredes eran resistentes, no había nada que pareciese ser útil en la celda y la rejilla de ventilación era demasiado pequeña, parecía que no había escapatoria, Sasha se quedó plenamente dormida al poco tiempo de entrar en la celda ya que no habían descansado nada tras el ataque del que ya habían transcurrido varias horas sino es que días, el tiempo era incierto desde que subieron a la camioneta, Cisne le hizo compañía por lo que se quedó profundamente dormida, el hechizo de la magia con dibujo volvió a afectar con efectos secundarios a Cisne ya que nuevamente tuvo un sueño ¿O alucinación? Realmente no sabe lo que son, sin embargo en esta ocasión no pudo ver a Anton, sino que vio una habitación que parecía ser de la torre el letrero en la pared decía piso cuatro, en el habían cientas de cosas, armas ordenadas por calibre, ropa vieja, joyas y entre todo esas cosas vio su libro y el resto de sus cosas, justo después de eso despertó, no eran sueños sino visiones del mundo real lo que confirmaba que Anton se encontraba con vida – Sasha, encontré nuestras cosas debemos ir por ellas – le dijo emocionada Cisne, de la emoción trato de derribar la puerta con un rayo de energía pero fue en vano ya que la puerta pudo resistirlo e incluso pareció absorberlo, salir seguía siendo un fastidioso problema, de la frustración Cisne se rasguñó brutalmente con sus propias uñas, tomo un poco de su sangre y tras hechizarla según como ella recordaba el conjuro, para luego tomar una de las sábanas de las camas y en ella dibujar la puerta hecha pedazos de la celda, a continuación la puerta exploto ya que la magia había hecho efecto, Cisne salió rápidamente - ¡Manos Arriba! – la detuvo un guardia, Cisne alzo las manos no obstante Sasha salió de la celda y disparo un rayo de luz que atravesó el torso del guardia, de esta manera salieron de la celda encaminando su viaje hacia el piso cuatro.

Caminaron a través del pasillo que tenia al menos otras siete celdas, al salir de este notaron que el pasillo principal del sótano daba paso a otros tres pasillo idénticos, con más prisioneros – ¿Para qué encierran a tanta gente? – Pregunto Sasha, uno de los guardias escuchó su voz y notó su presencia, no obstante Sasha le disparó al pecho con el arma que habían tomado del otro guardia, tras este hecho ambas corrieron hacia el elevador – ¿También tiene elevador? – Dijo asombrada Cisne – Esto no es algo normal, hay que averiguar más – le dijo Sasha, ambas ascendieron al elevador y pudieron ver que la torre contaba con tres sótanos y ocho pisos, todos los sótanos eran de prisioneros, los pisos uno y dos decían “Armamento” por lo que era donde se guardaban todo el armamento de esa misteriosa organización, los pisos tres, cuatro y cinco señalaban “Dormitorios” Era donde probablemente descansaban y dormían los guardias y demás personal, en alguna parte del cuarto piso debían hallarse sus cosas, el piso seis estaba destinado a vigilancia y el séptimo a seguridad, mientras que el octavo tenia un nombre peculiar “Jefa y organización” junto a un mensaje escrito en grande que decía “NO PRESIONAR” escrito en rojo y haciendo bastante énfasis, Cisne se cuestionó la idea de la jefa, se le hacia impresionante que toda esa organización estuviera manejada por una sola persona, seleccionaron el cuarto piso y el elevador comenzó a subir, sin embargo al llegar al primer piso el elevador se detuvo de golpe y las sirenas comenzaron a sonar ¿Alguien estaba atacando el edificio? – Rápido, debemos seguir y salir de aquí – dijo Cisne mientras trataba de abrir la puerta, con ayuda de Sasha lo consiguió pero no podían salir por ella ya que el elevador no había ascendido por completo dejando a la mitad del ascensor la entrada al primer piso, Cisne trato de pasar pero el espacio era muy reducido – Vamos por arriba – Sasha le dijo mientras le señalaba la rejilla del elevador, Sasha Subió con la ayuda de Cisne para posteriormente ayudarla a subir a ella, desde arriba ingresaron al primer piso y notaron varios guardias movilizándose y tomando armamento – Son demasiados para combatir – le dijo Sasha – Sígueme – le contesto Cisne, la sala constaba de varios pasillos llenos de armamento, desde armas pequeñas hasta muy grandes, por lo que avanzando con cautela podrían buscar las escaleras que las llevarían al cuarto piso, Cisne y Sasha avanzaron agachadas entre el medio de los pasillos, en cada pasillo se encontraban guardias recargando armas de alto calibre pero al pasar cuidadosamente pasaron desapercibidas hasta llegar al ultimo pasillo donde un guardia se atravesó en frente de ellas, Sasha se levanto y le disparo directo a la cabeza, sin embargo alerto la atención del resto de los guardias que dejaron sus actividades y apuntaron a Sasha quien fue acribillada por todos los guardias, este lamentable suceso sirvió de distracción para que Cisne pudiera escapar y entrar en otro cuarto donde había uniformes de guardia, Cisne aprovecho y se vistió con uno para camuflajearse, salió del cuarto y rápidamente ascendió por las escaleras hasta llegar al cuarto piso, tal y como decía el letrero habían varias puertas cada una para una habitación, no obstante tras caminar un poco pudo ver que una de ellas era mas grande y se encontraba abierta, al pasar vio la misma recamara que su sueño, el libro se hallaba ahí, busco por varios minutos hasta que lo encontró justo al resto de sus cosas, sin embargo nada era felicidad ya que varios guardias la rodearon apenas lo había recuperado, esta vez Cisne se defendió pues lanzo un rayo de luz justo debajo de ella rompiendo el piso y cayendo hasta la planta baja, atacó a varios guardias más abriéndose paso hasta la salida, logró salir de inmediato y notó que en los alrededores se hallaban dos camionetas del ejército de su país, el cual había abandonado la capital casi al inicio de la catástrofe, no obstante estas estaban ahí en pleno tiroteo contra los guardias de aquellas torres, Cisne trato de correr en dirección opuesta a aquella amenaza, sin embargo algo extraño sucedió, ya que una especie de esfera de energía comenzó a formarse en lo mas alto de la torre, esta esfera descendió rápidamente y atravesó a Cisne causándole una fuerte descarga eléctrica, Cisne quedo inconsciente al instante mientras la esfera la arrastraba hasta el interior del octavo piso, el octavo piso era una sala de color morado mas grande de lo que parecía desde afuera, las paredes parecían irradiar magia, estaba completamente vacía a excepción del centro donde se hallaba un trono – Vaya, no era una mentira, eres tú, Cisne, ¿Cuánto tiempo ha pasado? – le dijo la mujer sentada de piernas cruzadas en el trono, Cisne apenas abría los ojos cuando noto quien era aquella mujer del trono - ¿Mendoza?, ¡Maldita! ¿Qué estas haciendo? – Dijo Cisne totalmente molesta, por lo que llena de ira disparo un rayo de luz en su dirección, La mujer que era Mendoza, creo una pared de energía enfrente de ella que disipo aquel rayo, posteriormente chasqueo los dedos y del suelo emergieron libreros y libros voladores – No, No puede ser ¿Eres tu la responsable de todo esto? – dijo asustada Cisne – Jajaja, ¡así es! – contesto risueña Mendoza – ¿Parece que esta vez no ganaste cierto? – se burlaba de Cisne - ¿Pero por qué lo haces? – pregunto – El mundo me dio la oportunidad aquel día que perdí frente a ti, me acerque a la biblioteca buscando superarte pero caí de un pasillo en mal estado lastimándome de gravedad creo yo, pero caí junto a un libro, ¡Un libro de Vincent Vanálarin! Uno de los tres existentes y aun mejor, aquel que trae todos sus secretos, ahora pienso crear un dominio de todo el mundo, pero, es más difícil de lo que parecía por lo que formo mi propio ejército tanto de libros como humanos – le explico Mendoza – y aun mejor no lo hare sola, pero aún no está listo, pero lamentablemente no estarás viva para admirarlo, ¡Libros Mátenla! – dio la orden Mendoza, de inmediato los libreros comenzaron a acercarse con intenciones sanguinarias hacia Cisne mientras que los libros revoloteaban alrededor de ella, burlándose de su aterrador final, Cisne fue mordida por uno en una pierna mientras trataba de defenderse con sus rayos de luz que apenas mataban unos cuantos, estaba tan débil que cayó al suelo como si aceptara su final, los libreros siguieron avanzando hasta que uno estaba por golpearla, un momento de melancolía, no obstante justo en ese momento unos pasos a toda velocidad se escucharon - ¡Mueran malditos! – dijo mientras se acercaba más y más, se trataba de un joven con una espada que atravesó a varios libros alados de un solo salto con el cual llego justo a donde se encontraba Cisne, Anton realizó un ataque que consistía en dar un giro con la espada extendida, un corte circular con el cual acabo con todos los libreros que los rodeaban - ¿Quién demonios eres? Da igual – Dijo Mendoza para después volver a chasquear los dedos, en esta ocasión salieron libreros portando televisores, Anton se lanzó contra ellos y uno a uno los eliminó, de esta forma Anton se dirigió directamente en contra de Mendoza - ¿Quién te crees que eres para venir aquí y desafiarme? – dijo furiosa Mendoza que en esta ocasión comenzó a levitar en el aire mientras en una mano tenía el otro libro de Vincent, alrededor de este se formó un círculo de color morado que exploto en cinco partes, esparciéndose alrededor del campo de combate, de cada fragmento se formó un portal de donde emergían libreros y cientos de libros, Anton no podría contra todos ellos en un combate, no obstante Anton tenía un plan, alzo su espada hacia el cielo y tras unos segundos después de que se tornara color rojizo la clavo contra el suelo creando una onda expansiva, esta onda regreso a los libreros a su forma normal, como un simple mueble de biblioteca habiendo acabado con todo su ejército en un solo ataque – ¿Qué? ¿Qué fue eso? ¡Ah! Da igual acabare yo misma contigo - Amenazo Mendoza a Anton, esta vez Mendoza cargo un rayo de luz del doble de tamaño que los de Cisne y lo lanzó contra Anton, este rayo también era más rápido por lo que apenas pudo esquivarlo, el siguiente rayo tuvo que bloquearlo con la espada para luego recibir una ráfaga de cuatro más, contra esto Anton no tuvo otra opción que realizar un ataque circular que desvió los rayos haciéndolo perder el equilibrio, Mendoza aprovecho ese momento para crear una bola de fuego ardiendo a la temperatura del sol – Se acabo, que molesto eres – le dijo Mendoza después de lanzarle la bola, Anton no tenía nada que hacer contra eso, no obstante la bola fue apagada por una ola de agua que Cisne había invocado con la habilidad del libro y el dibujo – ¿Qué? ¿El libro de Vincent? Tienes que estar bromeando, no sé dónde lo encontraste pero ven, lucha muéstrame tus habilidades – La reto Mendoza, pero Cisne apenas sabia dominar los rayos, era totalmente vulnerable contra Mendoza, quien sin dudarlo se acercó levitando contra Mendoza, lanzándole un rayo de luz que Cisne repelió con uno igual, Cisne dibujó en su libreta un misil alzo sus manos, y de estas salió aquel cohete que Mendoza no se esperaba impactando con ella y tirándola al suelo, Anton trató de aprovechar ese momento para clavarle la espada en el pecho, pero Mendoza fue más rápida lanzándole uno de los libreros que el previamente había deshechizado, Cisne estaba en aprietos, Mendoza se acercó con velocidad y le asesto una patada que hizo que tirase el libro, Mendoza lo recogió – Se acabo el juego, esta vez yo gano – le dijo mientras quemaba el libro de Vincent - ¡No! ¿Qué hiciste? – le dijo Cisne – Cállate y muere – Dijo Mendoza mientras cargaba un rayo de luz, no obstante, Anton volvió a lanzarse contra Mendoza frenando su ataque, sin embargo, Mendoza lanzó a Anton junto a Cisne, quien aprovecho el momento para teletransportarlos fuera de ahí, apareciendo fuera de la propiedad de las torres de Mendoza.




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