Cisne y el ejército del Libro

Capítulo VII. Anton

Anton comenzó a relatar su historia, todo comienza en la biblioteca junto a Cisne, cuando fueron atacados por aquellos libros, Anton le pidió a Cisne salir de la biblioteca y que le esperase, pero cuando esta se incendió huyo creyendo que lo peor había sucedido, no obstante Anton pudo vencer a cada uno de los libros utilizando únicamente el palo de escoba que encontró dentro de la biblioteca, la biblioteca comenzó a incendiarse y justo en ese momento Anton logro salir por una ventana cayendo desde unos seis metros de altura, afortunadamente su caída fue amortiguada por la tapa de un autobús que se encontraba estacionado justo debajo, Anton quedo inconsciente por algunas horas y al despertar trató de buscar a Cisne dentro de la plaza pero esta se hallaba cerrada, trato de comunicarse con ella pero su celular se destrozó durante la caída, Anton entonces se puso en marcha en dirección a su casa pero debido a que la ciudad estaba comenzando a ser evacuada Anton debió ir caminando en al menos un trayecto de dos horas, Anton iba lo más veloz posible hasta que fue interceptado por el primer librero que el observa en esta historia, el librero comenzó a ahorcarlo con una de sus manos, sin nada que hacer parecía que su historia terminaría aquí pero justo en ese momento el librero fue arrollado por un automóvil soltando a Anton y quedando destrozado en mil pedazos, del auto salió uno de los grandes amigos de Anton, Christ - ¿Anton eres tú? ¿Qué haces aquí? – pregunta Christ – Estaba en la plaza cuando la biblioteca comenzó, debo ir a buscar a Cisne, gracias por la ayuda – dijo Anton mientras se levantaba para ponerse nuevamente en dirección hacia la casa de Cisne, Christ le cerro el paso y le hablo – Sube, te llevare rápido – Anton subió al carro y rápidamente se dirigieron hacia la casa de Cisne, al llegar Anton vio que paso lo peor, su casa se encontraba vacía, había huido a algún otro sitio inclusive fuera de la ciudad , ahora Anton no tenía idea de donde podía estar – Anton, ven conmigo, podremos sobrevivir más juntos – le propuso Christ – Efectivamente, vayamos rumbo a la antigua base militar de Colomb – La base militar de Colomb, fue una base militar que colocó un país extranjero en los suelos nacionales ya que buscaban extender su dominio, no obstante fueron expulsados casi de inmediato dejando atrás armas y demás utensilios ya que fue clausurada totalmente, a Christ le pareció el plan por lo que decidieron ponerse manos a la obra, condujeron por unas pocas horas hasta llegar a la base, notaron que seguía totalmente abandonada, la entrada se encontraba tapada por cientos de escombros, por lo que decidieron rodearla buscando algún tipo de entrada – Busca una forma de acceder al interior Anton, yo mientras liberare la entrada de escombros para poder utilizar todas las instalaciones – le dijo Christ, Anton noto un ducto de ventilación algo viejo por el que decidió meterse, del otro lado llego a una sala llena de armas y explosivos, con ayuda de estos le abrió paso a Christ, limpiaron un poco para poner orden, desempolvaron bastante armamento y lograron encender las camionetas de combate, tenían suficientes armas para defenderse ellos y al menos cincuenta personas mas de ser necesario, Anton sabía que a pesar de tal armamento militar, sus provisiones de comida e higiene escaseaban, así que debían ir en busca de ellas para poder sobrevivir, Anton decidió partir en búsqueda de dichas provisiones mientras Christ se quedaría a mejorar la base y protegerla.

Anton prefirió buscar provisiones con el objetivo de tratar de encontrar a Cisne, pues ella debía de encontrarse en algún lado quizás cerca, o muy lejano, de lo que estaba seguro Anton es que la volvería a ver una vez más para jamás volver a perderla, tras buscar al menos por tres horas sin descanso entre las miles de calles de la capital, subió nuevamente a su camioneta en dirección al supermercado “Chall´s” de la compañía más grande del mundo por lo que probablemente estaría repleto de provisiones aun con los cientos de saqueos que hubieron a inicios de la catástrofe, Anton tuvo ciertas dificultades para llegar ya que cada vez eran más presentes en las calles de la capital enjambres de libros y grupos de libreros buscando a los sobrevivientes que quedan, Anton tuvo que lidiar contra tres libreros lo que no resulto un problema para el de esta forma llegando al supermercado, estaciono la camioneta justo a la entrada del supermercado, no obstante apenas Anton abrió la puerta fue atacado por sorpresa con una ráfaga de balas aparentemente de un subfusil, Anton recibió dos impactos en el chaleco antes de volver a subir a la camioneta, desde esta Anton pudo localizar al tirador, se encontraba escondido entre los carros de compras que alguna vez fueron útiles, Anton aceleró e impacto contra estos, de esta manera el hombre corrió buscando donde huir, pero Anton fue más veloz encajándole un disparo en la cabeza, nuevamente Anton bajo de la camioneta buscando entrar al restaurante, no obstante el no sabía que era el comienzo de un enfrentamiento cardiaco, apenas Anton rodeo su camioneta nuevamente fue atacado esta vez con ametralladoras, salió ileso de milagro, notó la presencia de al menos tres personas más, buscando ganar terreno salió por el otro lado y logro acertarle en el pecho a uno de los hombres, le quedaban dos, pero justo en ese momento fue atacado por la espalda por lo que corrió rápidamente nuevamente a la camioneta sin embargo esta vez fue interceptado por uno de aquellos hombres – Alto ahí, ¿A dónde crees que ibas? Espera, ¿Anton? ¿Eres tú? – le dijo aquel hombre, de inmediato Anton reconoció a aquel hombre como Rihan, uno de sus viejos amigos de la secundaria, aquel inoportuno reencuentro dio el alto al fuego, Anton pudo explicarle acerca de la base militar que comenzaba a armar junto a Christ, Rihan y sus hombres aceptaron con gusto formar parte de dicha resistencia en contra tanto de los demás humanos llenos de malicia como los despiadados libros, de esta manera Anton regresó junto a Christ acompañado de al menos diez miembro más, de esta forma tres grandes amigos se reencontraron, con todos los recursos del supermercado todos juntos pudieron comenzar a adecuar todas las instalaciones de aquella base militar que nuevamente se encontraría en uso, su seguridad ahora se encontraba a salvo, sin embargo Anton no se encontraba contento ni siquiera un poco, con Cisne perdida, sin saber su paradero el jamás se encontraría en estado de calma, debía hallarla tarde o temprano.




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