Cisne y el ejército del Libro

Capítulo VIII. Contrataque

De esta manera Cisne escucho toda la historia de Anton, sintiéndose halagada de que siempre lucho por encontrarla y finalmente han vuelto a reunirse, para cerrar aquel reencuentro cálido y esperanzador un largo beso entre ambos sucedió, el momento fue interrumpido por Christ que acaba de entrar a la sala – Anton ¿Tienes un minuto? – le pregunto Christ, Ambos se dirigieron a la oficina principal de la base militar y comenzaron a charlar – Logramos salvar únicamente a uno de los dos hombres heridos, lamentablemente el otro tenía heridas irreparables – le dijo Anton – No hay problema, es un gran trabajo, pero acerca del ataque a las torres ahora sabemos quién está detrás de todo esto para idear un mejor plan – dijo Anton – Pero simplemente es imposible, perdimos una gran cantidad de hombres ahí para apenas poder tomar por algunos minutos la torre y darte tiempo de escapar junto a Cisne – dijo preocupado Christ – Así es, será bastante complicado pero al menos sabemos la clave, debemos nosotros también expandir nuestro dominio sobre la magia, ya tenemos mi espada que es capaz de desactivar a los libreros, si podemos crear alguna especie de bomba mágica o una ametralladora similar para los helicópteros, no sé, cosas de ese estilo seguramente igualaremos la balanza – lo alentó Anton - ¡Anton! Ven aquí por favor tienes que ver esto – le dijo Cisne tomándolo de la mano y llevándolo hasta las afueras del edificio, al salir de inmediato pudieron ver al menos unos cien libros sobrevolando la base militar, Anton corrió nuevamente adentro para hablar a través de las bocinas – Atención a todos los soldados, estamos siendo atacados por el ejército del libro, aseguren las entradas y ataquen a todo lo que se mueva, humano o no, disparen – dio fuertemente Anton la orden – Anton, defiende la parte delantera, yo iré por atrás – le dijo Christ a Anton – Muy bien, Cisne quédate aquí y Marco ven conmigo – le dijo Anton – Pero, yo quiero ayudarte, ¡necesito hacerlo! – le dijo Cisne con desesperación, Anton no estaba de acuerdo con la idea, no quería arriesgarla e incluso perderla una vez más – Si no voy contigo, de igual forma saldré a pelear por el otro frente – le dijo Cisne – Esta bien, pero por favor no te separes de mí, ¿Vale? – De esa forma la batalla por la defensa de la base comenzó.

Mientras los libros se veían volar por los alrededores buscando producir bajas entre el ejército de Anton y Cisne, de los alrededores comenzaron a emerger libreros, estos eran más grandes y cargaban televisiones de alta definición, este ataque estaba totalmente hecho para aniquilarlos, Christ dio la orden de alzar las ametralladoras principales las cuales serían comandadas por Marco y Rihan, Rihan estaba en la torreta Sur y Marco en la norte, su labor era de gran importancia ya que de ellos dependía acabar con la mayor cantidad de enemigos aéreos, Anton salió con sus mejores hombres por la puerta norte, desplegando una formación de Diamante, escuderos al frente, hombres con armas de fuego en la parte de atrás y cubiertos por Marco, la estrategia de Anton resultó eficaz ya que al cubrir los ataques cuerpo a cuerpo de los libreros sus televisores quedaban expuestos para ser atacados, rápidamente los hicieron salir del territorio de la base pudiendo cerrar las puertas principales nuevamente, por su lado Christ tuvo mayores dificultades cuando el edificio vecino a la base militar cobro vida, se trataba de un edificio departamental de al menos diez metros de alto, lo suficientemente grande como para que sus manos mágicas pudiesen hacer daño a la base militar, por lo que debían eliminarla rápidamente, Christ se encontraba en pleno campo de combate cuando el edificio emergió, debía regresar a territorio seguro para el cambio de estrategia, no obstante los brazos de aquel edificio eran demasiado potentes haciendo que de un solo golpe estallara dos de los cuarteles sur de la base militar, uno de los vehículos que salieron volando tras el impacto alcanzo a Christ tirándolo al suelo, el edificio noto desprotegido a uno de los grandes lideres, por lo que de inmediato lanzo su puño contra él, la esperanza para Christ no había terminado, pues en el último instante un cohete exploto al edificio, haciéndolo desmoronarse debido a lo antiguo del mismo y salvándolo – Cisne me mando con usted apenas me recuperase – Era Jonathan quien había sanado de sus heridas y venía a ayudar en el campo sur, con su afortunada ayuda la defensa de la base militar estaba siendo casi un éxito con excepción de los dos cuarteles perdidos, no obstante en ese momento, emergieron más libreros del suelo cercano y además el motor de varios carros se oía cada vez más cerca, Anton subió a la torre de guarda principal para ver al menos tres tanques acercándose de uno de ellos salió un hombre conocido - ¡Malditos ingratos! Se atrevieron a atacar los aposentos de la gran Reina Maga, esta vez no tendré piedad con ninguno de ustedes, no serán encarcelados ¡Todos morirán esta noche! Con el reflejo de su sangre el cielo se teñirá de rojo y será la ofrenda perfecta para nuestra reina, ¡Gloria a nuestra señora! - ¡Gloria! – Se trataba de aquel hombre que ataco a Cisne y su grupo y además intercepto a Anton y Marco – Ni siquiera sé quién eres, pero esta vez no escaparas – le dijo Anton al hombre – Llámame Karius, tu asesino – dijo aquel hombre para meterse en su tanque y disparar contra la torre donde se encontraba Anton, la cual se derrumbó de inmediato quedando Anton entre los escombros - ¡No! Disparen, no dejen que derriben la puerta principal pongan todos sus esfuerzos – Dijo Cisne mientras corría buscando liberar a Anton – General, ¿hay algo que debamos hacer? – le pregunto un soldado a Cisne – Admiro tu esfuerzo, por favor ve al campo sur y busca a Christ informale de la situación, el sabrá que hacer – dio la orden Cisne.

El general atravesó la zona segura hasta llegar al sur de la base militar, donde la defensa estaba casi cantada como victoria – Capitán Christ, al norte han aparecido tres tanques y el capitán Anton ha quedado fuera de combate - ¿Qué dices? En ese caso ¡Rihan quedas a cargo de esta zona! Esta casi limpia – dijo Christ




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