Cisne y el ejército del Libro

Capítulo IX. El Mausoleo

Para Anton esta vez explicarle las cosas a Christ y Rihan no fue difícil puesto que buscar una forma de vencer a La reina maga también era algo bastante importante, ambos accedieron a que fuesen al exterior en busca del tercer libro de Vincent, cuando Anton se dirigía a equipar la camioneta en dirección al aeropuerto en la zona segura del país, Jonathan se le acerco – Anton, gracias por la ayuda aquel día, dime en todo lo que pueda ayudar aquí y seré útil – dijo respetuosamente Jonathan – Agradezco que pienses ayudar, solo aléjate de Cisne – dijo seriamente Anton – Claro, ¿se trata de eso? Acaso no ves que esto ya no es cuestión de amor, que idiota eres… - Cállate – lo interrumpió Anton – Muy bien, es todo – Dijo Jonathan para luego salir de ahí.

Anton y Cisne que iban acompañados por Marco, llegaron hasta el aeropuerto en la costa, uno de los pocos lugares en la nación aun estables, tomaron un vuelo hasta Bruhdishford con el objetivo de encontrar el último libro de Vincent, al llegar el cambio fue demasiado brutal para los tres, la sensación de encontrarse en un lugar lleno de vida, la sensación de paz, los parloteos de la gente, se sentía como su hogar, un lugar que ya no existe, y si no daban prisa ese sitio también dejaría de existir, Anton pidió indicaciones a un local, con las cuales llegaron hasta el Mausoleo en cuestión de unas pocas horas caminando.

El mausoleo se trataba de una cúpula de cuarzo con toques de oro, donde en el interior se hallaba el ataúd del mismísimo Vincent Vanálarin, era un lugar con gran turismo ya que al mismo tiempo se trataba de un museo donde se apreciaban sus más grandes obras, Anton y Cisne al acercarse notaron que sería imposible buscar el libro sin llamar la atención – Espera ¿Entonces tenemos que robarlo? – pregunto asustada Cisne – Definitivamente si, no nos otorgaran un objeto tan valioso así como así – respondió Marco - ¿Y cuál es el plan? – cuestiono Cisne – Tendremos que generar una emergencia para sacar a toda la gente, ahí aprovecharemos para tomarlo – dijo Anton – Es una excelente idea, podemos generar un incendio, no sería tan difícil – continuo Marco - ¿Pero dónde se supone que esta el libro? – cuestiono nuevamente Cisne – entremos como turistas para explorar el lugar – dijo Anton.

Así fue que los tres entraron al interior del Mausoleo, se dividía en tres secciones, en la sala I se hallaban sus obras menos conocidas para aquellos más fanáticos del pintor, Cisne emocionada entró a aquella sala para conocer aún mas de su pintor favorito, en esta sala se hallaban pinturas muy bellas pero algo grotescas, en una de ellas podía observarse un tornado de color morado el cual se llevaba restos de cuerpos humanos, mientras que en otra podían verse serpientes gigantes que destruían una ciudad de la época de Vincent, aquellas obras sin darse cuenta tenían algún significado extraño que todos desconocían, para Cisne simplemente eran causa de inspiración, la sala II se trataba de la sala de Vincent, donde se hallaba una figura de seda a su semejanza junto a su ataúd y sus pertenencias más preciadas entre ellas su tercer libro, debían generar una distracción para despejar aquella sala, el encargado de aquella tares seria Marco quien entro a la sala III que se trataba de una zona recreativa y de alimentos, por lo que iniciar un incendio fue sencillo, Marco entro a un negocio de hamburguesas, tomo varios papeles con los que envolvían las hamburguesas y los arrojo sobre el fuego - ¡Fuego! Rápido todos salgan – grito Marco generando una ola de pánico entre los turistas dentro de todo el mausoleo, Anton al ver a salir todos los turistas de la Sala II rápidamente entro quedando solo frente la estatua de Vincent Vanálarin, a pesar de ser solo una figura era intimidante, con su barba de candado gruesa y color café, de apariencia delgada pero su atuendo de pintor, con su túnica café clara y su abrigo oscuro, a Anton no le causaba buena espina, por lo que se acercó rápidamente a la exhibición de su libro, lo tomo y busco salir lo más rápido posible del lugar, sin embargo en ese instante en la puerta principal apareció quien menos se imaginó, se trataba de Mendoza, la mismísima reina Maga – Vaya, ¿Coincidimos? Esta si es una extraña casualidad, que mejor dos pájaros de un tiro – dijo Mendoza mientras cargaba un rayo de luz para aniquilar a Anton – No te dejare las cosas fáciles – Dijo Anton desafiándola a un duelo a muerte, Mendoza disparo el rayo, el cual Anton pudo frenar gracias al nuevo poder de su espada que obtuvo durante el ataque a la base militar, y además pudo generar un rayo desde la punta de su espada, ese rayo de tonalidad rosácea alcanzo a impactar a Mendoza en su pierna derecha, asombrándola de tal habilidad comenzó a desprender mosaicos de las paredes arrojándolos contra Anton, el cual nuevamente demostró que no sería un rival fácil al esquivar la mayoría y regresarle uno de un tajo a Mendoza, está ya molesta se acercó a Anton, y creó con su magia oscura un puñado de dagas que busco enterrar a Anton el cual anticipando sus movimientos salió ileso de aquel ataque, lo que solo causo que Mendoza atacara aún con más ira, comenzando a crear pilares de fuego alrededor de Anton, dejándolo sin posibilidades de moverse, lo que Mendoza aprovecho para cargar un rayo que acabaría con su vida, Anton buscando salvarse se cubrió con la espada deteniendo el rayo por unos segundos, sin embargo la espada cedería rompiéndose tarde o temprano, para evitarlo llego Marco que se abalanzo contra Mendoza cayendo ambos al suelo, Marco comenzó a golpearla con la boca de la pistola que traía escondida, Anton cayó al suelo del cansancio, observo su espada y pudo notarla deteriorada, había perdido el filo y en su superficie habían aparecido huecos, posteriormente alzo la mirada, observo a Cisne y le hablo – Cisne toma el libro rápido y sal de aquí – dijo Anton, Cisne haciéndole caso tomo el libro de Vincent y salió por la puerta, pero Mendoza que había dejado atrás a Marco la seguía de cerca – No te lo daré – dijo Cisne lanzándole un rayo que Mendoza no tuvo problemas en disipar, fue entonces Que Anton nuevamente entró en escena llegándole por la espalda a Mendoza y clavándole su espada, Mendoza esta vez sintió daño ya que freno su caminata, pero en cambio la espada de Anton se había partido por la mitad, Mendoza que irradiaba magia de la ira, Tomo a Anton del cuello y se elevó hacia el cielo al menos veinte metros – Maldito, no me has traído más que problemas todo por defender a Cisne, ¡Muérete ya! – Dijo Mendoza mientras arrojaba a Anton con fuerza hacia el suelo, Cisne quedo en Shock al ver aquel suceso, sin embargo, Marco la tomo del brazo y se la llevo para huir por lo que Mendoza al volver al suelo los había perdido de vista – Te encontrare Cisne, por ahora me llevare lo que necesito, pero pronto iré por ti – dijo Mendoza mientras se adentraba en el Mausoleo una vez más.




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