Cisne y el ejército del Libro

Capítulo XII. Reveladoras Intenciones

Anton tras haber sido tirado desde lo alto por Mendoza tuvo la gran fortuna de caer en un río, con lo cual se mantuvo sano y salvo sin ningún daño, solo permaneció inconsciente por algunos minutos hasta que fue encontrado por un niño a las orillas del lago hasta donde el río lo arrastro – Oiga, señor, señor ¿Se encuentra bien? – le dijo el niño en el lenguaje nativo por lo que Anton no lo entendió – Lo siento hijo no hablo tu idioma, pero gracias por tu preocupación – le dijo amablemente Anton – Hablo español, ¿Qué es lo que buscas? – le pregunto el niño – Nada importante niño, ve a jugar, vive tu infancia en este lugar tan ameno – le dijo amablemente Anton - ¿Y esa espada? ¿Por qué tiene aura rojiza? – Dijo el niño, Anton se quedó asombrado ante tales palabras pues la espada no estaba iluminada – Niño, ¿Qué quieres? Ahora creo que no es casualidad que me hayas encontrado – le dijo Anton – Así es, te vi volar desde lo alto y supuse que tu estas ligado a Vincent o quien este usando su poder así que te matare – dijo el niño tornando su sonrisa a una macabra – Jajaja es broma, te vi pelear contra la chica que usaba los poderes de Vincent, vine a ayudarte – le dijo a Anton – Ah claro ¿Y cómo se supone que me ayudaras? – Pregunto Anton – Soy de los Jihi, para ser exacto un desterrado – dijo aquel niño - ¿Qué? ¿Qué se supone que es eso? – Pregunto Anton – Ay no puede ser verdad, Halageno Keu Ita Mun – Comenzó a hablar molesto el chico – Te insulte en mi idioma, no es posible que combatas contra la sucesora de Vincent y no conozcas a los Jihi, creo que ni siquiera una parte de la historia – dijo el niño, quien le conto la historia desde la perspectiva de los Jihi donde según ellos jamás podría volver a renacer un mal como el de Vincent - ¿Entonces los Jihi podrían salvarnos? – le pregunto Anton – Me temo que no, tras aquel incidente regresaron a su lugar de origen, la tierra hueca de quien nadie conoce la entrada, por lo que jamás volverían a ayudar el exterior – le dijo el niño - ¿Cómo te llamas? – pregunto Anton – Ke Ha Vin – le contesto – Te diré Kevin, suena parecido, entonces dime si eres un Jihi ¿Puedes arreglar esto? – dijo con esperanza Anton – Claro que no, por algo soy un desterrado, apenas y se lo básico como distinguir auras, pero, si me esfuerzo creo que puedo activar una bendición en tu espada, para añadirle aún más poderes – dijo Kevin – Perfecto, no dudes en hacerlo esperare el tiempo necesario – dijo Anton y así fue que se dirigieron hasta el otro lado del lago donde se hallaba el refugio de Kevin, quien de inmediato comenzó una especie de ritual para mejorar la espada, a lo que Anton que tan poderosa seria esa tribu que afortunadamente parece no tener malas intenciones, No obstante Anton sabía que tenía que volver lo más pronto posible al Mausoleo para hallar pistas del paradero de Cisne, Kevin por alguna razón debería estar desterrado, lo que intrigaba a Anton, podría no ser bueno al acceder tan fácilmente a mejorar la espada, sin embargo confiar en el seria lo mejor.

Mientras eso sucedía en el interior del bosque, Cisne y Marco habían regresado al Mausoleo con la intención de buscar a Anton, no obstante al entrar a la sala II se hallaron con una gran sorpresa, el ataúd de Vincent había desaparecido y en su lugar había unas escaleras que llevaban hacia un sótano, Cisne decidió bajar para investigar lo que ahí se hallaba, la bajada fue bastante larga de aproximadamente unos sesenta escalones, al llegar se encontró con un cuarto con un monumento a Vincent en medio, en el cual la gente lo alaba de rodillas sometida ante él, y en las paredes se hallaban varios murales pintados – Que ególatra ¿No crees? – dijo Marco – Si, sin duda pero algo bueno siempre sale de un ególatra o alguien que lo fue – Contesto Cisne - ¿Ah si? – Dijo extrañado Marco – Si, de Vincent sus pinturas, de la mayoría de las personas algún gran descubrimiento y de Anton, de Anton sale lo mejor del mundo – Respondió con nostalgia Cisne – Cisne, fíjate en los murales, ¿Notas algo? – le pregunto Marco – Si, ahora que lo mencionas parece la vida de Vincent, este primero da a entender cuando su familia fue derrotada por los Kalcuta, el segundo es cuando se hizo amigo de Edward, el tercero mmm parece ser cuando perdió el concurso de pintura, el siguiente, ay la cosa ya se pone fea, es cuando inicia la revolución y se hace con el país, el quinto parece ser su visita a los Jihi, el sexto es… peculiar parece ser cuando conquisto gran parte del mundo, y además era algo agresivo, y este debe ser el último cuando muere ante los Jihi – Narro todo el mural Cisne – No estes tan segura, mira el techo – le dijo Marco, ahí el mural continuaba con tres dibujos más – Ah, no puede ser, es verdad, Espera ese es acaso ¿Una niña? – pregunto Cisne – Así parece, y aún peor tiene un libro en la mano – dijo Marco – Y el que sigue es esa niña junto a su ataúd y… en la última parece estar Vincent saliendo de su ataúd – dijo nerviosa Cisne – ¿Estaba escrito? Vincent nunca se dio por vencido, el planeo su regreso, maldición esto será aún peor, ¿Usará la opción que tu creas? – pregunto Marco – No, esta solo puede revivir cuerpos casi completos y con mucha dificultad, solo la he probado una vez – contesto Cisne, al parecer el plan del mismísimo Vincent siempre fue su resurrección para continuar las cosas que los Jihi le detuvieron alguna vez - ¿Y si buscamos a los Jihi? – Dijo Marco – No tenemos mucho tiempo y además no sabemos dónde buscar – dijo Cisne preocupada – En ese caso, busquemos a Anton y preparemos a todos para la guerra que se aproxima, la batalla final sin duda alguna.

Cisne y Marco desconocían donde podría encontrarse Anton tras su caída desde lo alto, aconsejada por Marco, Cisne trató de utilizar el poder mágico del dibujo con magia para poder obtener una visión de Anton y su paradero, para hacerlo ambos caminaron hasta llegar al centro de la ciudad donde el caos reinaba con lo sucedido en el Mausoleo de Vincent, rentaron una habitación para poder descansar mientras Cisne realizaba el intento de localizar a Anton, ella se sentó en la orilla de la cama, tomo su libreta y dibujo una especie de portal que pudiese atravesar para llegar a Anton, no obstante el portal solo permitió observar la caída de Anton en el río, acto seguido Cisne cayo desmayada al haber tenido abierto el portal por tanto tiempo buscando alguna pista de Anton, en ese instante nuevamente pudo volver a verlo a través de una visión, Anton se encontraba sentando observando a Kevin reforzando la espada que él le había llevado destrozada, Anton se acercó al niño para volver a conversar con el - ¿Realmente no puedes ayudarnos en la lucha? – pregunto Anton – Me temo que no, realmente lo tengo prohibido, vendrían por mi apenas sientan un ataque de mi energía – le contesto Kevin – Pero oye, eso es perfecto, ¿tu raza no podría vencer a Mendoza fácilmente? – pregunto Anton – Mi raza podría conquistar cada nación de este mundo fácilmente pero hemos tomado el lado pacifista, por lo que ahora viven en el interior de la tierra y jamás pisaran estos lares otra vez, por favor no insistas, toma tu espada y vete – le respondió Kevin, Anton tomó su espada que ahora era más liviana pero un filo más potente, que esta vez no cedería ante los ataques de la magia negra, Anton le agradeció y se puso en marcha al Mausoleo como tenía previsto, Cisne despertó una hora después de haber presenciado aquel momento - ¡Marco al mausoleo! Anton va para allá – grito Cisne.




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