Cita a ciegas.

Capítulo 14

Clara

 

Me despiertan unas manos que trazan círculos en mi abdomen. Me siento tan cómoda despertando en brazos de Matheo. Me tiene completamente abrazada y sus piernas atrapan las mías debajo. No me puedo mover y necesito ir al baño. Veo el reloj y son las diez de la mañana tengo que despertar a Matheo. Intento aflojar su agarre y me doy la vuelta, me encuentro cara a cara con él y me quedo viendo como duerme. Tiene las facciones de la cara tan relajadas y se ve tan calmado y pacífico mientras duerme me dan ganas de comérmelo a besos. Acarició con una de mis manos su párpado y bajó hasta la mejilla, con mi dedo pulgar trazo la forma de sus labios y con la otra mano agarro al otro lado de su cara y hago el mismo recorrido finalmente uno mis labios a los suyos y le despierto con un pequeño beso. Mateo abre sus ojos y me sonríe con una de esas sonrisas que me alegran el día.

-Mateo necesito ir al baño me podrías soltar por favor-

-no mi amor quiero quedarme un ratito más contigo --Mateo apreta más su agarre

-Matheo no me aprietes más necesito ir al baño por favor-

-solo si me das un beso-

-en serio Mateo fuera bromas, me meo-

-no, me ha gustado mucho que me despertaras así y ahora quiero otro beso-

-está bien Mateo- agarro su cara con una mano en cada lado y le doy un beso Mateo en un movimiento rápido se coloca encima de mí y me aprisiona con sus brazos y piernas mientras nos vamos besando. Mis manos pasan a su nunca y las suyas pasan por detrás de mí cintura. Escucho como Mateo gruñe de satisfacción mientras me besa y finalmente nos separamos por falta de aire.

-Mateo por favor te lo pido necesito ir al baño-  me deja salir y voy corriendo al baño, me lavo la cara, me peino me visto, me preparo y cuando vuelvo al cuarto Matheo estaba ya vestido con unos vaqueros azules y una camisa de color verde con cuadros blancos, esta se ceñia a su cuerpo y dejaba ver los músculos de sus brazos bien tonificados. Me quedé embobada viéndolo y Mateo a través del espejo me guiño un ojo.

-qué guapa estás hoy- me hice Mateo

- tú no te quedas muy atrás, a dónde vamos hoy?? -

-pues hoy vamos a firmar los papeles de nuestro matrimonio, nos vamos a casar por lo civil, pero no te preocupes solo va a ser ir, firmamos y volvemos ,y de camino te llevaré a un restaurante y lo celebramos-

- está bien- salimos de camino a firmar los papeles y casí me había olvidado, estaba tan concentrada con la preparación de la boda por la iglesia de dentro de una semana que me había olvidado por completo de que teníamos que firmar los papeles para casarnos por lo civil. Las preparaciones de la boda están ya casi todas listas, tengo mi vestido, Matheo tiene su traje, el restaurante está cogido, la Iglesia también y los invitados todos han confirmado que van a venir.  Me pongo muy nerviosa así que decido no pensar en ello. Llegamos a donde tenemos que firmar los papeles y Mateo rodea el coche para abrirme la puerta, yo me bajo y caminamos de la mano. Nos atiende una señora que no paraba de insinuarse a mi novio, futuro esposo dentro de menos de media hora, pero Mateo no le hacía caso. La señora que nos atendió nos dirige hacia una oficina en la que está su jefe y el que nos va a dar los papeles para que firmemos. Mateo llama a la puerta y saluda, yo entro detrás y no sientamos frente al escritorio. El hombre se presenta.

-hola buenos días me llamo Sebastián y ya tengo preparados los papeles para su matrimonio solo tienen que firmar aquí y aquí y pueden llevarse la copia.- Mateo firma- me pasa el bolígrafo, firmó yo y nos levantamos.

 -enhorabuena a ambos. Hacen una pareja muy feliz.- Mateo y yo nos miramos y sonreímos, nos agarramos de la mano y nos despedimos de Sebastián para salir de camino al restaurante. 

- bueno y ahora dónde vamos-

- pues yo creo que ahora podríamos ir a dar una vuelta por la ciudad por el centro porque es demasiado pronto para ir a comer-

- está bien - Mateo y yo nos vamos a caminar por el centro de la ciudad, ya al mediodía vamos a comer a un restaurante y nos quedamos hablando toda la tarde. Lo que más me gustó fue que Mateo me llevó a un estanque que estaba lleno de patos a ver el atardecer. Estábamos abrazados sentados en un banco besándonos y disfrutando de la compañía del uno al otro.No puedo creer que al final vaya a casarme con este maravilloso hombre que me hace sentir súper bien. Ya sólo una semana y seremos marido y mujer, uña y carne, dispuestos a formar una familia y muy feliz.




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