Cita a ciegas para San Valentín.

Prólogo.

     La emoción en mi interior es tan grande que temo gritar de un momento a otro. Hoy temprano al llegar a la oficina, pude ver al fin el gran cartel anunciando la fiesta anual de San Valentín; llevaba preparándome para este día en las últimas semanas y ahora solo faltaba que los dioses y deidades se compadecieran de mi pobre ser y me concedieran mi deseo. Y solo había una cosa que quería para este año; que mi cita a ciegas de San Valentín fuera mi compañero de trabajo Jackson. Llevaba enamorada de él desde mi primer día de trabajo donde fue él mi guía del edificio. Ahora, tras decepcionarme dos años seguidos podía asegurar que este año sería en el que al fin nos tocaría la cita a ciegas y podría confesarle mis sentimientos.  

-Oye, Beca. ¿Podrías ayudarme? La fotocopiadora está haciendo ese ruido molesto una vez más. 

    Marisol estaba a punto de abofetear la fotocopiadora para cuando la alcance.  

-No la vas a arreglar a golpes, solo debes tener paciencia. 

-No Beca, lo que necesitamos es una nueva máquina. 

-Si, también opino lo mismo y se lo he dicho en reiteradas ocasiones al Sr. Conelly, pero sabes como son las cosas aquí. 

-Si, ya. Perdóname; es que el embarazo me tiene nerviosa. 

-Solo por eso te perdono. Listo, ya quedó.  

     La máquina comenzó a imprimir el papeleo e inmediatamente Marisol sonrió alegremente mientras acariciaba su vientre de cinco meses.  

-Gracias. 

-Cuando gustes.  

-¿Está todo bien aquí señoritas? 

   Sentí como mi respiración se atascaba en mi garganta y en mi frente comenzaron a formarse pequeñas perlas de sudor que intenté quitar con la palma de mi mano lo más discretamente posible, pero por supuesto Jackson notaba cualquier movimiento. 

-¿Estás bien Beca? 
  

      Marisol soltó una risa que intento disimular con una tos, pero no antes de que fuera fulminada con mi mirada. Me voltee hacia Jackson y le sonreí amablemente o quizá mi sonrisa fuera más parecida a desquiciada que amable. 

-Si Jack, estoy bien. Solo tuve otra discusión con la fotocopiadora. 

-Ah, es eso. Si, ya deberían de haberla cambiado, veré que puedo hacer. Que tengan un excelente día.  

  Y con esas simples palabras mi corazón ya latía velozmente. 

-Hay mujer. ¿Cuándo le dirás que estás loca por él? 

-Mañana. 

-¿¡Mañana!? 

  Ella gritó realmente sorprendida y se encogió de hombros cuando nuestros compañeros la hicieron callar.  

-Si Marisol, mañana en nuestra cita a ciegas. 
  Ella me miró como si fuera una loca escapada de un manicomio. 

-¿Estás segura de que será él? 

-¡Por supuesto! La suerte me sonríe este año, además ya tengo su regalo listo. Me enteré que él ama los cachorros y por eso le compré un Labrador.  

   En ese mismo momento Andy se encimo a nosotras con una espléndida sonrisa e inmediatamente supe que estaba a punto de arruinar el día para alguna de nosotras.  

-Entonces también te abras enterado de que Jackson no participa en los sorteos del Día de San Valentín que realiza la empresa porque ya está comprometido. ¿Verdad, Beca? Seguro ya lo sabías, pero nunca está de más corroborar. 

-¿Él está comprometido?  

  Sentí como el alma se me caía al piso y el corazón se me rompía al saber que mi amor platónico, ya tenía a su media naranja.  
 




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