Ciudad De Oro

UNO

BandidoPersona que antiguamente asaltaba o robaba en caminos o lugares despoblados, y generalmente formaba parte de una banda o Persona perversa que engaña o estafa.

No sé cuando, ni dónde comenzó mi odio hacía el sexo masculino.

Mi madre fue obligada a estar con mi padre, por años fue maltratada, la sociedad no hizo nada, nadie hizo nada, pero gracias a todo eso nací yo.

Bueno, no sé si deba estar agradecida.

Mi madre se ha encargado de hacerme saber que soy lo único bueno que le ha pasado, y que me protegerá de cualquier bandido que intente tenerme o lastimarme.

Bandidos son los hombres de este mundo. Son personas que eligen tener a su acompañante a la fuerza de un animal en bruto. Ellos no se tocan el corazón.

Son bestias salvajes.

Por años hemos estado escondidas de la civilización, lejos de todo. En este pequeño lugar estamos unas cuantas mujeres. Ayudándonos unas a otras.

Algunas de ellas encuentran el amor, y eso es algo que nadie me ha explicado.

En un inicio se decía que solo encontrabas el amor en un bandido, pero no, algunas de ellas han encontrado el amor en una compañera, y es algo increíble para mi, ya que yo pensaba que era imposible.

Mi padre me decía cuando yo era pequeña, y aún vivía con el que nosotras deberíamos quedarnos quietas siempre, no deberiamos movernos nunca, que los hombres son los que se mueven.

Que mi bandido sería capaz de encontrarme y que no le complicara el trabajo.

Que el amor son los hombres, o al menos así pensaba hasta que mi madre me contó todo lo malo que mi padre le hizo, y entonces, entendí lo malos que ellos podrían ser.

Entendí que el amor no son los hombres, están muy lejos de allí.

La vida que tenemos, es mejor si nos mantenemos en movimiento, para jamás ser obligadas a "querer" a un bandido.

Asi jamás tendríamos que sufrir por un hombre, porque si un hombre te encuentra, el puede llevarte , el puede quitarte la libertad que tanto luchaste por tener.

Y si un hombre te "flecha" como su acompañante, y tu te niegas, el ejercito podría venir por ti y castigarte. Podrías pagar hasta con tu propia vida.

El mundo piensa que los hombres son unos dioses, que solo ellos hacen decisiones siempre correctas. Que las mujeres no son aptas para decidir, que los hombres pueden escoger a una mujer y tenerla para el resto de sus días.

Mi madre dice que tuvo suerte, ya que mi padre murió joven, así no tuvo que sufrir mas tiempo.

Al morir mi padre, mi madre me saco de donde era mi hogar, y me trajo con este grupo de mujeres. Nunca había entendido, hasta que vi como sufrimos y todo el dolor que este nos había provocado.

Mi madre me ha hecho entender que todos los hombres son malos, que son la peor escoria de este mundo.

A veces pensaba que, solo quizá, mi madre estaba viendo todo mal, y que estaba juzgando a los hombres de manera equivocada. O quizá yo estaba siendo demasiado optimista.

—¿En que piensas, Nike? —La voz de Minerva me saca de mis profundos pensamientos

—Solo...En nada, son tonterías —Le respondo quitando importancia

Me tardaría mas explicandole.

Minerva asiente con su cabeza, y sigue mirando el atardecer.

Minerva tenía una hermana mayor, ella se llamaba Diana. Diana al igual que Minerva escaparon con su madre de la ciudad de oro, cuando su padre murió.

Pero en el camino para acá, Diana fue elegida, y arrancada de los brazos de su madre. Minerva me ha contado que Diana era hermosa. Muchos hombres esperaban que cumpliera 16 años para elegirla. A Minerva no le gusta hablar mucho sobre ello.

—¿Deberíamos ir a ese campamento? —me pregunta Minerva seriamente

—Suena divertido —respondo

—Si, Nike, pero no es peligroso, ¿verdad?
—dice Minerva— No me gustaría ser alejada de mi madre

—Todos los campamentos siempre han sido seguros, hasta este año tenemos edad para ir —digo tranquilizando a Minerva— Nuestras madres saben lo seguro que es, además siempre investigan antes de enviarnos, los odiosos hombres prefieren otros lugares, por lo cual nunca irían a allí.

—¿Estamos seguras aquí, cierto?

—Lo estamos

Minerva es una chica muy frágil.

Después de perder a su hermana, ella intentó entrenar, para poder proteger a su madre de otro bandido, pero ella llora cuando está sola, lo cual no es malo, pero, tampoco le ayuda a verse más ruda.

Mi madre me ha dicho que los bandidos prefieren a las mujeres que parecen muñecas.

Flacas pero no tanto, sin ningún tipo de vello, con pecho pero no demasiado, en fin, parece que tienen una lista demasiado larga, la cual Nunca cumpliré.

Hace un tiempo, estaba aquí Juno. Era alguien de nuestra edad, sus padres fallecieron, y nosotras nos encontramos con ella cuando nos mudamos de lugar para no ser rastreadas.

Juno era increíblemente hermosa, parecía luz. Pero Juno creía en el amor con los bandidos, y un bandido acabó con ella. Al menos eso pienso yo.

El amor duele, por eso no me interesa encontrarlo.

Juno fue asesinada, ultrajada. Juno era una linda chica que fue acabada por un bandido que ella eligió.

Juno encontró el amor, y el amor acabó con su vida.

Por eso le hago caso a mi madre. Debo huir de ellos, y si no se puede, debo hacerles creer que me tienen, para luego matarlos.

Aunque creo no tengo corazón de asesina, pero si debo hacerlo, lo haré.
Este es mi mundo. Esta es mi vida. Y si queremos cambiarla, hay una larga lucha que hacer.

(...)

—¿Madre? —pregunto entrando a donde duermo con ella— ¿Esta vez podré salir con las demás? ¿Al campamento?

—Si eso es lo que quieres. Ve, es bonito salir de la monotonía.

—¿Es seguro? —Pregunto

—Un lugar es seguro, si sabes como mantenerte segura, Nike —Me dice— Eres fuerte, entonces ese campamento será el más seguro, mientras estés allí, mi Nike




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