Ciudad De Oro

DOCE

AmorSentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común.

—¿Ares? —Llamo su atención— ¿Estás realmente ayudandome a salir de esta situación?

—¿Qué ganaría yo mintiendo?

—No lo sé, es que es raro que quieras ayudarme —Le digo— No me conoces

—Oh bebé —Pone una sexy sonrisa de lado— Te conozco mejor que lo que me conozco a mi

—Eso es imposible —Le respondo

—Eso es posible, Bella —Ares se acerca a mi, y por un momento pienso que planea besarme, cierro los ojos esperando el momento pero no, siento sus labios húmedos en mi frente— No te emociones

—Idiota, Idiote

Ares se rie, y se que sabe que ha conseguido molestarme. Maldito.

Caminamos por el camino de piedra, rodeado de bonita flora. En silencio. Creo que me siento muy cómoda y segura...

¿Segura con Ares?

—¿Por qué si dices que intentas ayudarme, el día que me conociste me tiraste al suelo, me dejaste muy lastimada de la espalda? —Ares comienza a reír

—Eso fue improvisado -responde  Ares muriendose de la risa— Yo realmente solo quería tomarte del brazo para detenerte, y decirte donde te escondieras, pero tuve que usar mucha fuerza para frenarte. Nunca había visto a una chica correr tan rápido como tú lo hiciste, me sorprendiste.

—No sé si creerte

—Cuando vi que te había lastimado, en serio no sabes lo mal que me sentí. Cuando llego Roám le di un golpe por eso. Estaba tan enojado conmigo mismo, y no sabía como disculparme, en serio —Se acerca más a mi— Te pido perdón hoy

—¿Un poco tarde, no? —Le digo sarcástica

—Eres tan preciosa -Me dice y me sorprendo— ¿En serio te vas a poner roja por eso?

—¡Callate! —Le grito

Empiezo a caminar mas rápido dejando a atras a Ares. Oigo la risa de Ares detrás de mi. Sigo caminando y no me detengo hasta llega a casa. Cuando llego noto que Ares no está atras  de mi, no  se en que momento se separó de mi.

Me siento afuera de la casa, supongo que debo esperarlo. No puedo a entrar a una casa que no es mía. La noche llega, pero Ares no.

Nadie ha entrado o salido de esta casa, hasta parece que está abandona o algo así.

(..)

La luz de la luna hoy es muy bonita. Es lo único que me ha servido para no estar en la oscuridad.

El frio de la noche comienza a hacer de las suyas, y el sueño me está ganando también. ¿Nadie piensa venir a casa hoy?

Ni Apolo ha salido o entrado. Ni los sirvientes que tienen.

No me doy cuenta que poco a poco mis ojos se van sintiendo mas y mas pesados. Estoy luchando por no quedarme dormida en la puerta de la casa de Ares, pero creo que voy a perder la batalla.

(...)

Sentía mucho frio, y después de eso calor. Intento abrir mis ojos, pero no puedo, o quizá si los tengo abiertos pero la oscuridad no me deja ver nada. Siento mucho movimeinto tambien.

—Shhhh —Dice alguien en modo de susurro

Después de unos segundo siento algo suave. Muy suave.

(..)

Debido a que escucho unos ruidos y siento luz en la cara decido quejarme y moverme girando a la derecha, pero al hacer eso, choco con algo duro y caliente.

Sin abrir los ojos intento empujarlo, pero es muy pesado, esto quiere decir que no es ningún tipo de sabana.

—Quédate quieta —Me dice una voz masculina

Abro los ojos rápido y me levanto de golpe de la cama. —Mierda ¿Qué está pasando?

—Esa boquita —Dice un adormilado y siempre sexy Ares—Wow

—¿Wow? 

—Nunca me molestaría de verte así todas las mañanas —Me dice señalando todo mi cuerpo

—¿Qu.. —Antes de terminar de decir esa palabra, miro hacía abajo y veo que estoy en ropa interior.

Tomo la sabana que está en la cama y me cubro, luego miro a mi alrededor y veo que no es mi habitación.

—¿Qué está pasando?

—¿Qué te pasó a ti ayer? —Me dice Ares— Estuve esperándote en tu cuarto mucho tiempo y nunca llegaste. Salí a buscarte y estabas dormida allá afuera, ¿estás loca?

—Maldito idiota —susurro— Estaba esperándote a ti, no es mi casa y no puedo entrar cuando quiera, ¿cómo entraste? Estuve vigilando

—Por la puerta de atrás —Me dice— Me quedé dormido en tu cuarto esperando a que llegarás, pero jamás pasó. Me levanté y salí corriendo a buscarte. No podría creer que no hubieras llegado si solo tenías que avanzar como 5 metros y ya.

—Idiota yo no sabía que habías más entradas —Le respondo— Gracias por subirme entonces

—De nada... Fue un placer intentar ponerte la pijama, pero fracasé —Finge que llora

—¿Sabes? Olvida lo que dije, vete al diablo —Me doy media vuelta con la sabana cubriendo mi cuerpo

—Nike —Me habla Ares— ¿A caso no te gustaría quemarte? —me guiña el ojo

Mi corazón tontamente comienza a latir— Quedate en el infierno, Ares

Salgo de la habitación, pero choco con una persona. Es Apolo.

Apolo se me queda viendo de arriba a abajo. Luego mira a Ares, que está acostado en su cama con solamente ropa interior. Apolo voltea a verme a mi.

—No es lo que piensas, Apolo —Le digo, y me mira enojado

—¿No es lo que pienso? —Me pregunta ofendido arrastrando cada una de sus palabras

—Dile Ares... Dile que no es lo que piensa

—Es lo que piensas  —Dice Ares con una sonrisa provocadora

Apolo me quita de la puerta y se lanza sobre Ares. Ares enojado le responde. Apolo tira uno, dos, tres, cuatro golpes en la cara de Ares. Ares logra ponerse arriba de el y le coloca unos 6 golpes seguidos a Apolo.

—¡Paren! —Grito sin saber que pasa con estos hermanos— ¡Paren!

Apolo gira a Ares y ambos caen al suelo. El golpe que se oye es demasiado fuerte. Ares comienza  a sangrar y Apolo parece que no va a detenerse.

Decido hacer algo muy estúpido. Me lanzo a la espalda de Apolo e intento tomar sus brazos— ¡Paraa! —Le grito casi en su oido- ¡Paren por favor! —Vuelvo a gritar




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