Ciudad De Oro

TRECE

—No te metas —Me responde Apolo y Ares

Apolo intenta bajarme de su espalda, y yo me bajo sola. Antes de que me lastime.

Ares logra levantarse del suelo, y justo cuando iba a golpear a su hermano, un señor adulto que se ve muy fuerte aparece. Logrando detener a Ares.

—¿QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO, JOVENES? —Un hombre bastante adulto, de unos 40 años o más quizá aparece.
Este hombre se me hace conocido. Está en forma, y es muy parecido a Apolo.

—¡Sueltame, papá! —Grita Ares mas que enfurecido

—Linda, te podrías llevar a Ares de aquí, por favor —El padre de los dos me habla

—Claro 

Me acerco a Ares y lo tomo del brazo. El no se deja, pero al final cede. Salimos de la habitación de Ares y nos vamos directo a la mia.

En cuanto entramos Ares y yo nos sentamos en la cama. Veo Ares y lo analizo, es la primera vez que lo veo casi desnudo.

"Está bien" -Pienso- "Mas que bien"

—¿Quieres hablar? —Le pregunto rompiendo el silencio que se ha hecho

—¿Sobre que? —Me responde molesto aún

—¿Sobre lo que pasó? —Le pregunto y el me mira

—No, la verdad no —Ares se alborota el pelo con su mano derecha dejando ver un tatuaje que tiene allí y que no había notado

—¿Te gustan los tatuajes? —cambio el tema

—Supongo que si —Me dice— ¿A ti no? ¿A que te parece muy sexy? 

—No sé si son sexys, o mejor dicho no sé que significa la palabra sexy —Le digo con verguenza, miento— No tengo ni idea, como he vivido fuera de la ciudad

—No te creo —Me dice— ¿Qué palabra pensaste cuando me viste?

—Ehm ¿Guapo? —Le respondo y el suelta un suspiro

—Muy poca palabra para describirme —Me dice— Si yo te dijera que te describo como linda o hermosa es muy poca palabra, tú eres algo fuera de este mundo, y no miento

—Debes estar bromeando —Le digo— Nadie puede ser tan sincero como tú, y además hay muchisimas mujeres mas bonitas

—Puede que las haya, ante los ojos de otros hombres —Me dice viendo directo a mis ojos— Pero Bella, ante los mios eres casi una perfección

—¿Debo molestarme por ese "casi"?
—Pregunto riendo

—El "casi" soy yo.
 

(..)
 

Después de la pelea que tuvo Ares con Apolo, Ares estuvo poco tiempo en mi habitación. Después Ares salió y me dijo que si quería salir, saliera o si quería quedarme, lo hiciera.

Que estaría un poco ocupado, y que quizá volvería mas tarde.

Me recalco que no debería intentar salir huyendo de la ciudad de Oro porque no me van a dejar ya que estoy casi casada con alguno de estos dos, ya sea Roám o Ares.

Alguien toca la puerta, lo cual sin responder me levanto y la abro.

—¿Apolo? —Pregunto sorprendida al verlo.

Su cara está demasiado hinchada y morada.

—¿Puedo pasar? —Me pregunta— Quiero decirte algo

—Está bien

Apolo entra a mi habitación y se para frente a la cama. Yo me siento frente a el.

—Soy Apolo... Y estoy enamorado de ti desde hace años —Me dice Apolo con voz triste— Sé que suena loco, pero te puedo explicar como sucedió. Te conocí hace 11 años. Cuando tú y tu madre escapaban de la ciudad de Oro. Mi padre ayudó a tu madre a sacarte de aquí.

—¿De qué estas hablando? —Digo— No entiendo

—Cuando te vi, en serio pensé que eras una linda niña —Continúa Apolo— Desde ese día te seguí, a ti y a tu madre

—¿Estás bromeando, Apolo?

—Es mi culpa que estés en esta situación —sigue— Yo sé donde está ubicada la ciudad fantasma donde vivías
—Confiesa— Te he seguido por años, te conozco a ti y a tu amiga Minerva. Nunca quise hablarte porque escuchaba cuando hablabas con tu amiga de los hombres. Pensaba que si lo hacía quizá me tendrías miedo.

—Apo...—Me interrumpe

—Dejame terminar por favor. Ese día que te capturaron, fue por mi culpa. Había tenido una pelea con Ares días antes, el se burlaba de mi por no poder presentarme ante ti. Me dió mucho coraje todo lo que me dijo, me dijo que el sería capaz de quedarse contigo solo para demostrarme lo mucho mejor que es el, que yo.

¿Ares me mintió?

—Ares me provoco para que saliera a buscarte. Cuando supo donde vivías el y su grupo iban a la ciudad fantasma, pero no contaban con que ustedes fueran de salida. Encontrarse a un grupo de mujeres viajando es muy raro estos días, y mas siendo un grupo tan pequeño —
Me explica— Ares me utilizó para llegar hasta a ti

—¿Estás diciendo que Ares me ha mentido desde que me conoció?

—Ares es el diablo —Me dice Apolo—
Ares siempre mueve las cartas a su favor, hace que todos lo quieran. Verte salir de su cuarto, ver que te entregaste a el, cuando tenía años queriendo hablar contigo me dolió, no pude controlarme, Nike

—Ares y yo no tuvimos nada

—Nike te amo —Me dice tomando mi mano— Te he amado por mucho tiempo en silencio. Cuando vi que mi hermano te trajo aquí como su mujer, me enojé mucho conmigo mismo por poder hablarte desde que tuve oportunidad.

—Apolo

—No sé como pudiste terminar en esta situación, te pido disculpas por dejarme manipular por Ares. Es mi culpa que estes sufriendo ahora mismo, nunca ha sido mi intención hacerte llorar, Nike. Siempre soñé con que apenas cumplieras los 16 iría a hablarte para conocernos, y que fueras mi bella, pero nunca tuve valor para eso.

Estoy procesando toda la información que Apolo me ha dicho. Confieso que le creo por los detalles que dió cuando mi madre y yo nos fuímos. Con razón su padre se me hacía conocido. Fue la persona que me ayudo a salir de la ciudad. Por eso ellos tienen la casa, mi madre le debió haber pagado a cambio de su ayuda.

Mi madre estando desesperada por darme una vida mejor y sin sufrimiento dió la casa.

Si hubiera entendido mi madre que terminaría de esta manera, nunca lo hubiera hecho.

Que el hombre al que le dió la casa, sus hijos fueron los culpables de que volviera a la estúpida ciudad de oro.




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