Ciudad De Oro

DIECINUEVE

GustarSer [algo] del agrado de una persona o un animal o Caer bien [una persona] a otra o atraerla físicamente.

Ares me toma en un abrazo muy fuerte. Sus brazos me rodean con delicadeza pero tambien con mucha fuerza.

No sé que es lo que siento ahora mismo, pero quisiera que este momento fuera para siempre y por siempre.

—En serio me siento tan fustrado porque sé que mañana te irás a casa de Roám
—Me dice al oido— No quiero saber sé que ese idiota intente tan siquiera tomar tu mano

—¿Sabes que es revelar?

—¿A qué te refieres?

—Hay que revelarnos e irnos —Le digo— No quiero estar ni un segundo con Roám. Tanto tú como Apolo hablan mal de él, tengo miedo.

Apolo me da un suave beso en la frente, y toma mi mano— Vamos a casa —Me dice Apolo, y comenzamos a caminar.

—¿Qué te pasó a ti? No estabas así cuando salí de la casa, no luces bien.

—Como sabes, Apolo y yo tenemos muchas diferencias —Me dice Ares—
Y no solo fue por ti, para que no te sientas mal, Bella

—¿Qué mas fué, entonces? —Pregunto bastante intrigada

—Mi padre y yo nunca nos hemos llevado completamente bien. Apolo si se lleva genial con él, y tiene mucho tiempo, nos teníamos muchas ganas, y hemos estado muy tensos. Esto tarde o temprano tendría que pasar, Bella —
Me explica Ares mientras seguimos caminando

La gente no puede evitar ver a Ares, lo golpeado que está llama la atención hasta del menos chismoso de la ciudad.

Hasta a algunos niños se han quedado observando a Ares.

—¿Puedo saber más o ya no pregunto?

—No quisiera hablar ahora de eso, Bella
—Me contesta tajante— La verdad es un tema muy personal. Apolo y yo desde muy chicos no hemos coincidido en nuestra forma de pensar. Apolo es muy diferente a mi, en muchos aspectos.

—Está bien, si quieres o no hablar, está bien.

—¿Si te gustaría pasa tu vida conmigo, Bella? —Pregunta después de que nos quedamos en silencio— Si no estás segura, te puedo ayudar a escapar cuando quieras. Tengo información de donde está la nueva ciudad fantasma de donde provienes, y podrías llegar a allí si tu quisieras

—No lo sé —Repondo— Me gustas. Me pareces muy atractivo, pero apenas y te conozco.

—Nunca terminas de conocer a una persona —Me dice juguetón— Si quieres conocerme, tendrías mucho tiempo

—No me refiero a eso Ares. Tengo miedo de pasar lo mismo que mi madre pasó. Tengo miedo de sufrir lo mismo que ella pasó. Tengo miedo de muchas cosas que cambian cuando te juntan con un hombre.

—¿Piensas que te trataré mal, Nike? —
Me pregunta serio— Tuve una buena madre, excelente. Me enseñó muchas cosas, y siempre odié como sufría con mi padre, en serio crees que cometería el mismo error? Porque hacer algo que no me gustaba verlo. Nunca me gustó como mi padre trató a la dulce de mi madre, y no entiendo porque mi madre hizo lo que hizo.

—No debo preguntar, verdad?

—No, aún no estoy listo para hablar sobre ello

Seguimos caminando en silencio. Vamos a paso muy lento por las heridas que Ares tiene. Ares va recargado un poco sobre, pero el intenta cargar su peso del otro lado, tiene mucho cuidado conmigo.

—Soy un hombre fuerte —Dice de repente, volteo a verlo y este me guiña el ojo. No puedo evitar sonrojarme.

—Sólo cállate y camina —Le digo apenada

Ares me sonrie. Su sonrisa es de felicidad. Sé que lo hizo solo para quitarme la cara de seriedad que tengo.

—¿Podría darte un beso? —Suelta de repente, haciendo que lo suelte y caiga al suelo— ¡Auch! —exclama cuando toca el suelo

—¿Por qué dices cosas así de repente?

Maldita sea, siento que mi cara está muy roja. No quiero parecer tonta con el primer chico que concozco e intenta ligar conmigo.

Estoy muy nerviosa ahora mismo, no puedo ni mirarlo a la cara ya... Ojalá solo lo hubiera hecho y ya.

—¿Q-qué cosas dices, Ares?

El comienza a reir, y siento como mis nervios se van. Ares se va levantando poco a poco del suelo, no le ofrezco mi ayuda, porque eso significa que lo tome de la mano, lo cual no puedo ahora.

HASTA SIENTO QUE ME SUDA LA MANO DE LOS NERVIOS.

Maldita sea, así se siente estar con la persona que te gusta?

No puedo. Mis manos están sudando, siento mi cara aún caliente, siento que mis piernas tiemblan. Siento la jodida cara de Ares sobre mi, ni siquiera quiero ver que me está viendo.

No puedo con esto, quizá exagere, pero es el primer chico que me habla, el primer chico en toda mi vida y el único que me ha gustado.

—¿Te puse nerviosa? —Me dice divertido— Pensé que cuando te conociera en persona, te pondría nerviosa, pero no, no lo hiciste, te hablé y tampoco lo hiciste. Te tomé de la mano, y tampoco pasó, te invité a dormir a mi cuarto, y tampoco pasó.

—YA CÁLLATE

—Si hubiera sabido que hablando de besos te pones nerviosa, lo hubiera hecho desde que te vi la primera vez. Me encantas mucho, bella casi —Me dice Ares— Levanta tu cabeza y mirame a los ojos, para que veas que te digo la verdad

—No quiero

—¿Por qué? —Me pregunta y se acerca

—Porque estoy muy nerviosa ahora mismo, Ares —Le respondo— Por favor no te acerques a mi

—No eres la única que está nerviosa, Nike —Me dice— Levanta tu cabeza y mirame a los ojos, por favor

—Por favor no, solo guarda silencio

Siento su mano en mi barbilla, y levanta mi cabeza. Yo cierro los ojos, por alguna razón siento mucha verguenza de que me vea.

—Nike, abre los ojos —Me ordena— Me gusta pelear, quiero a alguien que me dé batalla.

Voy abriendo los ojos poco a poco, y  no puedo evitar ponerme roja al ver su cara. El también está sonrojado, y está viendo directamente a mis ojos. Su mirada la siento como si me viera hasta el alma, tengo mucha verguenza ahora mismo.

—Recuerda que yo también estoy con al chica que me gusta. Sonrojarme es lo menos que puedo hacer




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.