Ciudad De Oro

VEINTISIETE

ESCAPEFuga de un líquido o un gas contenidos en un recipiente o que circulan por una cañería o Salida o solución a un asunto, en especial si es problemático o presenta alguna dificultad.

—Tenemos que ir con Apolo —Me dice Ares con su frente pegada a la mía— Cuando estemos afuera me dirás si quieres ir a ver a tu madre o nos vamos a la ciudad de plata.

—¿Qué haremos? —Pregunto un poco asustada 

—Se que te duele el cuerpo, pero si no salimos ahora, no saldremos nunca -—Me dice Ares 

—Toma, Nike —Apolo me da unas capsulas— Esto te ayudará con el dolor, para que puedas caminar 

Tomo lo que Apolo me da, y me lo tomo en seco.

Lo que está pasando ahora mismo, no soy capaz de comprender todo. El dolor que siento, lo que Roám me hizo, lo que siento por Ares, y lo que Apolo hizo, todo esto es mucho. No entiendo lo que vamos a hacer, pero confío en que Ares solo me está ayudando para bien. 

Saliendo de aquí nos iremos a la ciudad de plata, porque si nos siguen y los llevamos directo a la ciudad fantasma donde mi madre vive, nunca en la vida me lo perdonaría. Jamás. 

—Síganme —Dice Apolo 

Ares toma fuertemente mi mano, y hace seña para camine apoyada en él. Paso mi mano por su cuello, y este me ayuda a sostenerme de pie. 

Comenzamos a caminar por la casa de Ares. Apolo gira para bajar por las escaleras, y Ares hace lo mismo. Cada escalón que bajamos, me duele el cuerpo. Cada vez que bajamos un solo escalón un dolor me recorre toda la columna, toda. 

—Perdón —Me susurra Ares— Sé que te duele, pero debemos avanzar.

No puedo responderle. Seguimos avanzando, en vez de salir de la casa, Apolo nos guía a una habitación donde hace mucha calor. Hay unas escaleras largas... van hacía abajo de la casa. 

—No sabía que esto existía —Murmuro a Ares 

—Mi padre le pago al que creo era tu padre para que lo hiciera —Me responde Ares 

—Llegaremos a unos túneles que conectan con una cabaña que está a las afueras —Nos dice Apolo— Por aquí nuestro padre saca a todas aquellas personas que ocupan salir, cubriendo una cuota. Por aquí sacó a tu madre cuando te llevó fuera —Me explica Apolo— Solo que el camino no era así de bonito, así que te tuvo que dormir.

—Solo recuerdo cuando estábamos afuera...

—Padre sabrá que puedes salir por aquí e intentará tapar la salida, así que no puedo asegurar que tengan éxito, pero trataré de sacarlos —Explica— Si padre tapó la salida, yo ya he hecho otra. 

Todo este tiempo, desde que me desperté, Apolo no me ha mirado a la cara, ni tampoco me ha dicho nada de lo que Roám me comentó. Porque es todo su culpa, todo esto que me pasó es culpa suya, por molestar a su hermano o quizá para molestarme a mi, no sé cual haya sido su propósito. 

—Ocupamos ir más rápido —Dice Apolo a Ares 

—Tú solo dime que hacer, y yo me encargo —Responde Ares 

—Deben seguir por este túnel, habrá un momento donde deberán girar a la derecha, por allí solo hay un camino, síganlo hasta topar, suben por las escaleras y salen —Explica muy rápido— Si esa puerta está cerrada, deben regresar hasta donde giraron, e ir a la izquierda. Por allí se van las parejas que como ustedes cometen un delito, pero esa salida no es muy bonita, así que le recomiendo que giren a la derecha 

—Está bien —Responde Ares— ¿Qué harás tú? 

—Tengo que hacer guardia, cuando alguien escuche algo por debajo, se darán cuenta. Al abrir la puerta de salida de oye mucho ruido allá arriba —Explica— Solo háganlo con mucho cuidado y despacio 

—Está bien —Responde Ares y me voltea a ver— No diremos gracias porque es algo que me debes, Apolo —Todo eso lo dice aún con la mirada en mi— Se lo debes a ella 

—Lo siento, Nike —Dice Apolo viendo al suelo— No tengo cara para verte, no sabía que Roám te haría todo esto. Pero me voy a encargar de que pague el daño que te hizo, y cuando lo haga quizá nuevamente nos encontremos y ahora si podré mirarte a la cara para disculparme.

—Me parece bien. Encárgate de dejarlo peor que a mi. 

Apolo no dice nada más, y se va corriendo justo por donde veníamos caminando. 

—Falta poco para salir de aquí —Dice Ares— Hay que seguir 

Ares me toma, y seguimos caminando. Llevamos unos cuantos minutos ya, pero ya siento que el aire se está acabando. Me está doliendo la cabeza, y no sé si sea mi miedo o realmente esté faltando el oxigeno.

 
Llegamos hasta donde dijo Apolo, y giramos a la derecha para seguir caminando.

 
—Siento que me falta el aire —Susurro 

—Aguanta bella, ya casi llegamos. Te juro que jamás dejaré que algo así te vuelva a pasar 

—No ha sido tú culpa, Ares 
Todo este tiempo Ares se ha culpando como si el hubiera sido quien me dejó sangrando en esa habitación. No puedo dejar que se siga culpabilizando de esta manera. 

—Si yo no hubiera provocado a Apolo, nunca nadie te hubiera hecho daño, bella —Dice Ares con sus ojos vidriosos— Sentí que te perdía, y perderte a ti, ya no me quedaría nada en este mundo. 

—No te culpes por las acciones de otros, Ares. La culpa fue de tu hermano, que dijo lo que dijo aún cuando supo que no era verdad. No es tu trabajo protegerme, y si algún día me pasa algo no te culpes de esta manera 

—No puedo —Me dice y seguimos avanzando— Debo protegerte, debo hacerlo, debo hacer lo que no pude hacer con mi madre. No puedo volverme a equivocar.

—¿De qué hablas? 

Ares me ignora, y sigue caminando. Pocos minutos después hemos llegado al fin.
Ares sube por las escaleras, e intenta abrir esa fea y pesada puerta. 

—Maldita sea —Gruñe haciendo fuerza para poder levantarla— Maldita sea, joder 

La puerta hace tantos ruidos por lo vieja que es. El lugar es cerrado, así que esto se oye por todo el túnel.

 
—Vamos —Me dice Ares cuando logra abrirla— Te ayudo a subir




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