La campana en los altavoces en los pasillos y aulas dio por finalizadas las clases. Todos excepto dos estudiantes habían salido inmediatamente de la escuela. El cielo se encontraba en su esplendor naranja del crepúsculo, las clases habían acabado hace una hora, como era la primera semana ni siquiera los profesores estaban en el edificio.
Aiden se encontraba fuera de la escuela a algunos metros del portón a su espalda y Maika de espaldas a uno de los puentes de hierro, el que Aiden tenía que tomar cada mañana para asistir a la escuela más exactamente. Si las cosas no iban bien se escondería en la escuela y si ella huía a penas la confronte solo tenía una vía de escape. Entonces la policía se encargará del resto.
–¿Y bien?, ¿qué es lo que tienes que decirme?, más vale que la espera haya valido la pena. –Quién habló primero fue Maika.
En el momento que la campana sonó Aiden corrió hasta su salón y le pidió que lo esperara, diciéndole que era algo muy importante lo que quería discutir, entonces fue a esconderse hasta que el resto de estudiantes y profesores dejaran la vecindad. Lo que nos lleva a la situación actual.
–Responde con la verdad… Por favor. –dijo Aiden, acto seguido inhalo y soltó un gran suspiro apretando sus puños.
–Por su puesto. Entonces, ¿de qué se trata?, quiero escuchar la razón que es tan importante para llamarme explícitamente aquí y hacerme esperar tanto. Todos los demás ya se fueron, probablemente somos los únicos aquí.
Maika parecía algo impaciente y su lenguaje corporal la presentaba como si actuara a la defensiva, mucho mas tensa que en cualquiera de las situaciones que había experimentado hasta ahora. Probablemente se había creado una idea equivocada de la situación, solo ella sabía con certeza que pasaba por su propia mente.
Aiden ignoró la extraña forma de actuar de la chica, o más bien ni siquiera le prestó atención.
–Anoche... en el distrito abandonado tú.
Con solo las primeras palabras que salieron de la boca de Aiden la expresión de Maika cambio primero a una de sorpresa y luego por una mirada seria.
–¡Explícame qué fue eso! ¿Por que lo hiciste?... Ya no se que pensar siquiera, no sé si lo que vi fue cierto, pero... ¿¡Porque mataste a esa persona!? –Aiden soltó sus pensamientos que no podía reprimir un segundo más–. ¿¡Acaso no era un ser humano como nosotros!? ¿¡Por qué hiciste algo como eso!!!?
Aún deseaba en lo más profundo de su corazón que haya una explicación para lo que vio, aunque no haya ninguna forma de perdonar lo que vio, al menos quería saber la razón de la persona parada frente a él, no, necesitaba escuchar su razonamiento, de lo contrario no estaría satisfecho.
Al escuchar todos los pensamientos, la erupción, del chico que la llamó a solas cuando el resto de estudiantes se fueron, Maika sintió que podía relajarse.
Siguiendo el hilo de sus palabras algo crucial faltaba en su acusación, facilitando las cosas para ella.
La persona frente a ella había visto los últimos momentos de 'esa cosa' de apariencia humana, por eso pensaría que se trataba de un ser humano entendió la joven de cabello castaño. En otras palabras fue engañado por un 'recipiente'.
–Lo siento –dijo Maika, manteniendo su compostura–. Se suponía que no debía haber nadie más allí. Por favor no hagas más preguntas. Pronto vas olvidar todo y continuar con tu vida tranquila. –Seguido introdujo una mano en su maletín escolar y se disponía a sacar algo.
–¡DETENTE! –Aiden gritó con todas sus fuerzas, creyó que sacaría el arma que vio anoche o algo para amenazarlo y que guarde silencio.
Irrumpiendo el estado sereno de Maika; sin embargo, no por el grito de Aiden, sino un estruendoso ruido vino detrás de ella como de acero siendo doblado. El constante 'clank y crack' que se producía inundó el lugar con una sensación de peligro.
Inmediatamente después un pedazo de hierro de alrededor de dos metros pasó volando cerca de Aiden dejándole estupefacto. El trozo de la viga de hierro continuó luego de pasar por Aiden hasta que se incrustó en el suelo a unos metros de donde estaban.
El joven instintivamente se lanzó al suelo y luego de confirmar que todas sus extremidades estaban bien empezó a correr hacia Maika quién continuó con su mano dentro de su maletín mirando con ojos filosos en la dirección por donde vino la viga de hierro.
–¡Corre! Tenemos que ir a cubrirnos. –gritó Aiden desesperadamente y confuso por la falta de información del nuevo desarrollo.
Agarró de la mano a la chica ignorando por completo la confrontación previa, lo único que quería era llevarla a ella y a sí mismo a un lugar seguro ya que era posible que otro de esos trozos de hierro fuera arrojado de nuevo. El único lugar al que podían correr era la escuela.
«¿¡Que rayos fue eso!? ¿Un powersuit?... No, incluso si la agencia de seguridad descubrió lo que hizo no amerita para tanto, ¿¡O sí!? ¿¡Quien rayos eres Maika!!!?»
El joven se refería a los pesados, pero altamente móviles, y extremadamente poderosos exoesqueletos blindados que muchas veces veía en las noticias cuando la policía lidiaba con persecuciones o criminales de alto riesgo. Incluso eran usados en los campos de batallas por personal militar. Solo en esta ciudad sacaría tales cosas por un simple atraco de un cajero o algo similar.
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Editado: 03.03.2021