Ciudad del Alquimista

Homúnculo; Ángel. Parte 1

El momento que la conexión se cortó ambos monstruos se detuvieron en su avance por varios segundos e inmediatamente después saltaron hacia el que estaba herido. Maika no desaprovechó la oportunidad, instantáneamente se percató que algo le había sucedido al conjurador, por lo que colocó apresuradamente una matriz mágica, otro de los muchos trucos en su arsenal que había preparado de antemano en la localidad, con esperanzas de inmovilizarlos y marchó a rastrear la fuente de la magia.

Había sentido una fuente de magia ser activada cerca y esta vez no lo iba a dejar escapar. Sin embargo fue un error déjalos y ahora se acababa de dar cuenta de ello.

En el corto tiempo que estuvieron atrapados, en lugar de intentar escapar, la matriz hizo del ring que tanto deseaban sus instintos. Procedieron a devorarse entre sí hasta que el más fuerte salió victorioso y rompió el hechizo.

Pronto alcanzó a Maika, no, fue más allá de ella y secuestro a su creador en la cara de los presentes. Acto seguido la criatura voló alto y envolvió de manera siniestra que hasta los gritos del mago cesaron. Una esfera en el cielo bloqueaba la luz de luna, dando la impresión de un cielo completamente negro.

—¿¡Pueden evolucionar devorándose los unos a los otros!? Fue un descuido de mi parte y ahora que se alimentó de una fuerte fuente de energía… ¡Está entrando en la fase final!

Maika soltó una ráfaga de la potente munición, pero no hicieron nada. Fueron repelidas por una fuerza invisible, iluminando el cielo nocturno momentáneamente de juegos artificiales, incapaces de alcanzar la luna.

Fisuras comenzaron a aparecer en la esfera, trozos empezaron a caer, significativamente pequeños, uno tras otro hasta que revelaron lo que había dentro.

—El ángel... está naciendo.

Maika soltó la pistola y esta desapareció, y en cuanto empezó a cerrar su puño nuevamente otro objeto comenzó a materializarse, su nivel de concentración para realizar esto era impresionante. Al mismo tiempo Maika mordió la punta de su pulgar.

—Es el peor resultado posible… Si ha llegado a esto, no tengo más opción. Mi última carta.

Un arco de pequeño metal de no más de un metro apareció en su mano y exactamente igual a un arquero experimentado se preparó para disparar, pero antes, con su sangre escribió unos símbolos en el marco del arma.

Al mismo tiempo que el un pedazo del cielo comenzó a quebrarse Aiden recobró el conocimiento en medio de los escombros. Fracturas continuaron apareciendo en la superficie de la esfera, y una enorme presión creció en el interior de Aiden. Era extraño y complicado de explicar, su sangre hervía, pero por alguna razón no era una mala sensación, todo lo contrario. Algo dentro de él estaba reaccionando a la monstruosidad.

Trato de levantarse, un agudo dolor en su costado se lo dificultó al principio. La herida, aunque la pérdida de sangre era mínima, casi como un estigma, no paraba de sangrar. Con esfuerzo logró pararse y caminar hasta la ventana más cercana, entonces lo vio.

No se trataba del cielo en realidad, pero daba la impresión de que era el cielo mismo resquebrajándose. En el objeto esférico, de entre uno de los huecos que aparecieron podía verse un ojo asomándose.

La esfera en el cielo crujió un par de veces más y finalmente se quebró por completo un sonido similar al de vidrio resquebrajado inundó el lugar y los corazones de Aiden y Maika. A diferencia de en el caso de las apariciones, la temperatura no descendió, en lugar de sentir un horrible escalofrío recorriendo por su columna, una sensación de calor crecía en el pecho de Aiden.

Ambos lo admiraron por un momento desde donde se encontraban. A pesar que desprendía una luz, un aura celestial y majestuosas ¿A eso se lo podía considerar un ángel? El ser flotaba en el inmenso cielo con alas transparentes como cristal, vestía un alba blanca con bordados dorados junto a una estola dorada y plateada. Decir que las vestía, sin embargo, no era la expresión correcta, era más como si fueran parte de su piel. No eran simples bordados, era como si esos colores que sobresalían, los bordes dorados que recorrían su cuerpo, eran como venas. La aureola que flotaba centímetros sobre la cabeza con forma de un cono abollado y una máscara que le cubría el rostro lo hacían ver con semblantes de un extraterrestre, extremadamente perturbador, por debajo de su ¿ropa? parecía que algo inimaginable se movía, pero nada sobresalía de esta.

No hizo ningún movimiento y aun así sus cuerpos temblaban como nunca lo habían hecho antes. Tanto Aiden como Maika se quedaron sin palabras admirando al ser en el cielo frente a ellos. La criatura solo se mantuvo flotando sobre los edificios.

Aiden se apresuró a subir a la azotea, afortunadamente las escaleras no resultaron dañas en la pelea contra el mago.

¿De qué forma ve un ángel al mundo? Que no les daba importancia a sus enemigos. Esa pregunta se formó en lo profundo de la conciencia de Aiden. El estudiante Aiden y la cazadora Maika vinieron al distrito viejo para acabar con los homúnculos, pero esta vez, aunque tal vez no se lo pueda llamar auténtico, terminaron luchando contra un ángel que apareció frente a ellos.

El ángel extendió sus inmensas alas y una presión de aire extremadamente fuerte golpeo a Aiden y a Maika, solamente eso hizo a Aiden sentir sus órganos siendo exprimidos contra sus huesos y carne, sacando todo el aire de sus pulmones, su consciencia se balanceo por un segundo, pero resistió con sus piernas como pudo para mantenerse de pie.




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