Ciudad del Alquimista

Homúnculo; Ángel. Parte 3

El monstruo finalmente reaccionó extendiendo ambas alas, con un solo aleteó alrededor de treinta o cuarenta plumas que se convirtieron en un mineral oscuro similar al hierro se dirigían hacia ellos.

—¡Waaahh!

Aiden miró desesperadamente hacia un lado y luego hacia otro en busca de un lugar para cubrirse, pero se encontraban en el medio de la calle, no había ningún lugar al cual correr a resguardarse. Cubrió su rostro con sus brazos y luego de un segundo que no pasara nada se descubrió para ver como chispas danzaban a su alrededor. Entonces se percató de que las chispas blanco azuladas provenían de la coronilla de la cabeza de Maika, que había arrojado la electricidad mientras Aiden se cubría temblando.

El rayo blanco azulado impactó las plumas de hierro mandándolas en direcciones aleatorias, menos donde se encontraban ella y Aiden.

—Increíble... ¡Eres increíble! Puedes pelear contra un monstruo como ese. ¡Eres asombrosa, Maika, podemos lograrlo!

Maika agachó levemente su cabeza, sus mejillas se ruborizaron de igual manera. Antes esas palabras hubieran tenido un significado diferente, uno que no le agradaba, pero esta vez esa idea ni siquiera cruzó por su mente, estaba claro que él no la llamaría un monstruo pase lo que pasé.

—No me desconcentres, tonto. ¡Y que me halagues no me hace feliz para que lo sepas! —Terminando su línea disparó otro incandescente rayo pulsante como una navaja incandescente cortando el ambiente.

«Lo entiendo, lo entiendo, no distraerte está bien, pero en serio, se nota lo feliz que estás... Tienes que ser más honesta»

El juvenil divago de Aiden fue interrumpido cuando el ángel se impuso a sí mismo cargando a una velocidad increíble hacia ellos.

Maika empujó a Aiden, pero este no fue simplemente apartado hacia un lado, sintió un cosquilleo por todo su cuerpo seguido de un agudo ardor momentáneo. La distancia que había recorrido en el aire era demasiada como para un simple empujón.

Miró al suelo, a sus pies más exactamente, de ellos salían líneas de corriente conectadas al suelo, cuando sus pies tocaron el suelo nuevamente se había alejado alrededor de diez metros del sitio donde estaba antes.

—¡Maika! —gritó Aiden cuando volvió a sí mismo del asombro por lo que acababa de sucederle.

Vio que ella se encontraba bien y a una distancia segura. Maika había cargado al chico de con la misma frecuencia que ella y tras hacer contacto ambos salieron disparados en posiciones opuestas, es decir, como imanes del mismo polo, creó un efecto de repulsión con el empujón.

"Gracias al cielo está bien" Pensó, pero esos pensamientos cambiaron cuando vio que el monstruo entre ellos separándolos. Con un solo movimiento de sus alas el ángel salió disparado hacia Maika, dejando una hermosa estela esmeralda.

Aiden, quien estaba algunos metros detrás recibió directamente el golpe por parte de la impresionante ráfaga de aire causada por la presión que se creó con el aleteo. No solo sinti���� como sus órganos eran aplastados y era difícil recuperar la respiración, también la presión fue tan fuerte que el rostro de Aiden sufrió algunos raspones, casi como una cuchilla de aire, y además estaban las minúsculas piedras y tierra que salieron volando hacia atrás.

—Ahhhg..¡cuf, cof coff! —Tomó un bocado de aire a medias que fue cortado por una asfixiante tos a causa del polvo ingerido.

Todo eso solo fue del impulso, a quién en realidad el ángel quería atacar es a Maika, por lo que Aiden no apartó la mirada de ella ni un segundo.

La cazadora dio un gran salto hacia un lado esquivando al ángel, quién pasó de largo por mucho. ¿Qué hubiera pasado si ese golpe la alcanzaba? La idea cruzó fugazmente sus mentes. Al igual que con Aiden de sus pies salieron chispas y unas líneas de corriente la ataba al suelo y de sus manos, evocado la imagen de un arácnido superhéroe rojo complejas y finas redes eléctricas hacían contacto con el suelo, como si se meciera de un columbino andante.

—¡Acércate lo que más puedas, yo te tomaré y nos posicionaré mejor a ambos!

Aiden echó a correr tan rápido como pudo, aun sabiendo que solo le tomaría sólo un par de segundos corrió a toda velocidad hacia donde ella estaba, ese solo par de segundos era la única oportunidad que tenía.

Mientras tanto, Maika, en cuanto hizo contacto directamente al suelo con sus pies, disparó dos rayos blanco azulados con una pequeña pausa entre los disparos interceptando la trayectoria del ángel.

Igual que las otras veces logró esquivarlos sin problema, pero no importaba. El objetivo no era atinarle sino ganar algo de distancia y tiempo para reunirse con Aiden nuevamente.

Maika no desperdició ni uno de los segundos que le costaron tanto trabajo conseguir y se reagrupó con su compañero, y sujetándolo entre sus brazos se deslizaron varios metros más del ángel.

—"TTTyUDeZ...IGNORAREFOWUHW()Q==?¡"

El ángel hizo el mismo tipo de ruido mezclado con estática de antes, se elevó, extendió sus alas y comenzó a aletear sus alas una, otra, y otra vez.

Oleadas de plumas filosas como dagas venían una tras otra por donde sea que mirasen, lo único que veían era las dagas por encima de ellos. Maika uso el objeto mágico eléctrico y creó un fuerte campo magnético alrededor de ellos, repeliendo las plumas, pero no podría hacerlo por siempre.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.