Ciudad Evanescente

XIII. Orion

Dentro de la Contracción


Siempre he tenido la idea de que el final debe tener otro nombre. Aun cuando la mayor parte de mi existencia haya estado del otro lado de la verja, ahora comprendo cuán relativa puede ser la percepción sobre cualquier asunto. Para los que se lamentan debajo de la Citizen esto es un castigo, para los que creen que el avance de la burbuja de contracción es un signo de esperanza alguna especie de milagro.


¿Pero qué pasa con los que no se deciden?


¿Qué sucede con los que solo esperan que el tiempo se ralentice para atacar a sus enemigos en el sueño inconsciente de la transición?


Yo soy de esos últimos, de los que nunca eligieron y jugaron en ambos bandos. De los que caminaron plazas enteras entre Abalon, Nictus, Suburbia o Ellis. De los que no creyeron en la ridícula mezcolanza para conseguir ver tal resultado.


Mi madre solía contarles a todos los chicos del “reducto” sobre aquel lugar especial. 


«Tengan cuidado de la noche eterna y los árboles desnudos. En Ciudad Evanescente no existe eso. El sol es de color púrpura y las mariposas azules guían los sueños. El hambre ha sido sustituida por la saciedad de una metrópoli donde todos son iguales. Donde las etiquetas no existen y todos trabajan unidos por mantener la esperanza. Donde la princesa Obliana es libre de comunicar sus predicciones y sueños.»


Qué dulce mentira podía caer de los labios escarlata de una madre. Qué idílico paisaje para los que vemos desde el último trasbordador al “devorador de mundos” engullir lo que queda de la Citizen.

 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.