Capítulo -2-

Me desperté sin recordar nada, parecía un pequeño sueño, sentí como si yo acabara de cerrar los ojos y volví a abrirlos de nuevo, como si no hubiera dormido nada en absoluto. Miré el reloj de mi mesita de noche, '6: 00am' brilló en números verdes. Me quejé, di una vuelta en la misma cama, y empuje a los mechones de cabello de mi cara, que habían caído, obviamente, fuera de su moño que había puesto pero no estaba a la vista. 

Levanté la vista hacia el techo, que era tan extraño como muchos recuerdos estaban allí. Había una mancha en forma de corazón de color rosa cerca de la mitad, cuando Alex y yo estábamos pintando mi habitación blanca, pero decidió dejar un poquito de color rosa, que sólo ahora me di cuenta que era un corazón. Luego hubo un momento en que Alex encendió un fósforo cuando quiso encender algunas velas, y se quemó el dedo, él había entrado en pánico y lo arrojó por el aire, dejando una pequeña mancha de color marrón en mi techo cerca de ese corazón. Y luego un tiempo trató de hacer dibujos de los sueños que le conté, así que cuando me despertaba, fue como si yo todavía estaba en ellos. 

Pero había fracasado estrepitosamente y dibujo un paisaje. Nunca lo he quitado, pensé que era lindo. -Me reí en voz baja- pero las lágrimas se hicieron presente de nuevo, empecé a sollozar. Mi cara se sentía hinchada debido a las lágrimas secas de la noche anterior, y mi cabello estaba hecho un desastre, decidí levantarme y tomar un baño.

Abrí el agua fría y caliente, mediando la temperatura, esperando que me relajara un poco. Me miré en el espejo, estaba en lo cierto. Tenía un aspecto horrible, me quité la ropa interior y entre al baño. Las lágrimas aún querían salir de mis ojos, y mi cuerpo todavía se sentía entumecido, pero tenía que superarlo algún día, tenía que superar que se había ido, y él no iba a volver.

Metí el dedo gordo en la bañera. Sentí que me relajaba un poco, cada vez que tomó un respiro con la cabeza sumergida de nuevo en el agua caliente, dejando que mi cabello castaño se remoje. Y poco a poco lo voy lavando, una de las botellas de champú que estaba en el estante se cayó en la papelera. Me hizo saltar, lo que hizo salpicaduras de agua por todas partes, en todas las paredes blancas. Lleve mis manos hacia mi pecho, con la respiración rápida, ¿por qué me asustó? Sólo se cayó, ¿no? Quiero decir, nadie estaba allí para empujarla. Me encogí de hombros, tal vez fue en el borde o algo así. Rápidamente salí del baño y recogí la botella de la caja vacía. Fue el champú que olía a menta. Recuerdo que Alex había comentado en aquel tiempo, diciendo que no le gustaba. Yo le había dicho que se callara, y que yo iba a seguir usando de todos modos. ¿Por qué todo me recuerda de él?

***

Fue un sábado por la noche, y yo estaba sentada en mi sala esperando a Alex que viniera a mi casa. Mi madre, padre y hermana pequeña Ann, habían ido a L.A por un tiempo, yo no quería ir, ellos me permitieron quedarme aquí siempre y cuando Alex viniera y pasara las noches conmigo, así no estuviera sola. Tengo las palomitas de maíz preparadas, íbamos a ver una película. Fue mi elección esta noche y como siempre, elegí una película de Disney. Elegí ''enredados'' simplemente porque nunca la había visto, era nueva. Yo amaba a Rapunzel, Miré el reloj de durazno en la pared de la cocina, que eran casi las nueve... Alex estaba destinado a estar aquí a las ocho, empecé a preocuparme. Oh, bueno, él iba a estar aquí muy pronto, supongo. Me hundí en el sillón y aleje las palomitas de maíz lejos de mí, me comería todo antes de que el llegara. Tamborileaba los dedos sobre mis piernas, (tenía la costumbre de hacer eso cuando yo estaba aburrida), y cambiaba a todos los canales. 

Después de media hora de nada interesante en la televisión y la paciencia, agarre el teléfono y marqué su número. Se fue directamente al correo de voz, que extraño.... él siempre responde a su teléfono. Me encogí de hombros a mi preocupación y agarre una almohada, si no iba a venir, tendría que lidiar con una bofetada de mí parte en la mañana. Pongo la almohada en el final del sofá y me acosté. Me sentía cansada aunque yo no quería dormir. Mi puerta se abrió con un chirrido, y luego se cerró de golpe, no tenía energía para sentarme... ¿Qué demonios? ¿Por qué no me mudo? Una figura alta entró en la sala de estar y se agachó junto a mí, mueve suavemente sus largos dedos por mi rostro agradable.

— Hola, Amber.-Susurró-.

— Alex?.-Murmuré-. ¿Por qué llegas tan tarde? Íbamos a mirar....-Él puso su dedo en mis labios.-.

— No puedo quedarme por mucho tiempo.-Acaricio mi cabello-.

— Tienes que quedarte.-Dije-.

— No puedo, me tengo que ir.-Mis ojos estaban cada vez más pesados y más pesados por el segundo-.