Capítulo -6-

EN EL PASADO

POV Amber

Podía oír a los pájaros por encima de mí con su sonido molesto, las hojas de los árboles se movían por el viento y como era otoño algunas hojas caían. Había grandes árboles a mí alrededor, por lo que podía ver. El suelo estaba lleno con hojas rojas y marrones que estaban secas. Apoye mi espalda contra uno de los duros árboles. Me puse un cuchillo en una mano y una ramita en la otra. El hecho de que me había mudado a una casa nueva, en una nueva ciudad lejos de mi pasado, eso no cambia lo que siento. 

Todavía sentía miedo, soledad, no tenía nada por qué vivir. Había gente en mi contra y no pararían hasta que consiguieran lo que querían. Esto sería lo último, después de esta pequeña cantidad de dolor, me gustaría ser libre. Como un pájaro. Sin preocupaciones, ni nada. Yo puse la ramita en mi boca (esto por lo menos detendría el dolor un poco, si la muerdo muy fuerte.), y agarre el cuchillo que robe de mi cocina y lo puse en mi muñeca. Cerré los ojos mientras sentía el metal frió contra de piel que cubría la vena importante en mi muñeca, me quedé así durante un tiempo, debatiendo si debería morir desangrada.

— No hagas eso.-Di un salto por el sonido de una voz profunda y abrí los ojos. Había un chico, con cabello rubio y la piel ligeramente bronceada. Su boca fue en línea recta, que no se veía muy feliz-.

— ¿Quién eres tú para decirme qué hacer?.-Respondí con rudeza, quite la vara de mi boca-.

— Sé que eres más fuerte que esto.-Dijo caminando hacia delante y se acercó a mí. Alcé la ceja, tratando de no romper en llanto-.

— Tú no me conoces.-Dije-.

— Sólo sé que eres.-Su mano se deslizó hacia la mía, trato de desenvolver mi mano del mango de plástico de la cuchilla, pero me aparté rápidamente y me aleje de él-.

— Aléjate de mí.-Advertí colocando el cuchillo en mi muñeca-.

— No lo hagas, por favor.-Sus ojos eran muy lindos, alzó las manos en el aire, como si se rindiera-. Sólo dame el cuchillo

— ¡No!.-Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos. Se encogió de hombros y se sentó en la hierba-.

— Siéntate.-Hice lo que me dijo, pero me asegure de estar en una posición para poder levantarme y correr si intentaba acercarse a mí-.

— Dame una razón válida por qué quieres quitarte la vida.-Miré hacia el suelo-.

— Yo...yo...-Pensé en lo que a decir-. No te diré mis sentimientos, no te conozco. Tu podrías ser un asesino.-Lo mire-.

— ¿Parezco como un asesino?.-Negué con la cabeza-.

— Pero podrías ser.-Se rió un poco, entonces su rostro se puso serio otra vez-.

— ¡Vamos, dime!

— No es nada... no tengo ganas de hablar

— Pero tienes ganas de quitarse la vida?.-Bajé la cabeza y apreté de nuevo los ojos cerrados, dejando que las lágrimas cayeran al suelo. Yo no quería que me viera llorar. Fue un buen trabajo de mi largo cabello castaño cubrir mi rostro-.

—Soy tan estúpida.-Dije casi pudiendo hablar, tenía un gran nudo en mi garganta. Le oí levantarse y moverse más cerca, puso su brazo alrededor de mi cintura y se me cayó el cuchillo de las manos. Lo cogió y lo tiró a un metro de distancia-.

— No, no lo eres.-Dijo mientras me frotaba mi espalda con su mano. Finalmente después de mucha tensión. Agarré su camisa blanca con las manos y empecé a llorar en su pecho. ¿Quién era este chico de todos modos? En realidad no me importaba honestamente-.

—¿Cómo te llamas?.-El preguntó, alejándose mirando mi cara que rápidamente se escondí otra vez, no quería que él viera mi cara roja y llena de lágrimas-.

— Amber.-Susurré limpiando mis lágrimas-.

— Yo soy Alex, Alex Blake.-Sonrió, tendiéndome su mano. Le devolví el saludo y la sonrisa. Por alguna extraña razón, no me quiero morir, no quería quitarme la vida. ¿Por qué de repente acabo de cambiar de opinión? Yo no sabía, pero lo que sí sé es que Alex y yo íbamos a ser amigos por un tiempo muy largo-.

  EN EL PRESENTE

POV Amber

— Jordán, podríamos salir a dar un paseo, por favor?

— Sí, claro, voy a tu casa en un minuto.-Respondió desde el teléfono-.

— Gracias.-Dije y colgué. Necesitaba salir de la casa para despejar mi cabeza y yo sabía que Jordán me dejaría hacer eso, así como hacerme compañía. Bajé las escaleras despacio, me encontré con mi madre. Su cabello castaño caía sobre sus hombros y llevaba un sencillo vestido negro. Ella probablemente saldría. Ella me miró y alzó una ceja-.

— ¿Estás bien?.-Asentí con la cabeza-.