Ciudad OnÍria

LLUVIA O TORMENTA

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Domingo. Me preparé para salir a correr y gastar algo de energía que al parecer me sobraba y mucho.

Todo lo ocurrido el día anterior en la fiesta no dejaba de dar vueltas en mi cabeza como si intentara buscar una razón lógica a aquel desastre. ¿En serio podía ser posible que tal como dijo Ell, el motorista hubiera provocado tanta ira en mí?, o quizás un cúmulo de acontecimientos: el atropello, la bici rota, el altercado en la cafetería, Ash y su repentino interés por él, la bronca con Becca y Price... tantas cosas que me resultaba casi imposible describir mi grado de impotencia en ese momento.

Coloqué mis auriculares y el reproductor de música. Corrí y corrí, haciendo el mismo recorrido rutinario. El sol era algo abrasador, pero no me importaba, eso era lo único que necesitaba en ese momento para desgastarme, para despejarme y no pensar tanto en todas aquellas cosas que tanto me perturbaban.

Llegué al lago, me senté en el borde descalzándome, dejando mis pocas pertenencias junto a mis deportivas, y así sumergir mis pies, mientras aquellos rayos bañaban todo a mi alrededor. Permanecí más tiempo del habitual allí, no había prisa, estaba sola y en casa nadie me esperaba... sentí la necesidad de quedarme sentada y escuchar aquel sonido a nada... a naturaleza, pájaros, agua... a nada inquietante. Finalmente opté por quitarme la ropa y lanzarme al agua, darme un chapuzón…sí, ufff... era increíble la sensación de tranquilidad. Nadé de un lado a otro, y volví a sumergirme una última vez antes de irme, pero había algo más allí. Bajo el agua todo era borroso pero estaba segura que algo había frente a mí, miré y observé una silueta lejana, pero lo suficientemente cerca para corroborar que era una silueta corpulenta.


 

Emergí, pero no había nada más que yo, tras buscar incansablemente con la mirada todo el perímetro, no encontré nada, ni siquiera un atisbo de pista alguna sobre algo más que la naturaleza y yo estábamos en aquel lugar... en aquel momento, ¿Alucinaciones?. Salí y vestí rápido cuando escuché el sonido de unas risotadas de un grupo de chavales provenientes del bosque que se acercaban al lago. Al ponerme los playeros, algo cayó del interior... una extraña pluma en tono blanco pulcro con toques marfil, la cual recogí y guardé en la funda del móvil. Retomé el camino de vuelta a casa, cuidando que aquella pluma no se extraviara…dicha pluma no era una cualquiera, ni habitual... era extraña, algo que no pasa desapercibida y mucho menos podría ignorar, especial, nada semejante a algo que hubiera visto antes. La guardaría hasta saber que ave era portadora de tal bonito plumaje.

Cuando llegué, y tras asearme y demás, me senté frente al ordenador aburrida, coloqué la pluma frente a mí y busqué en Google y todos los demás buscadores habidos y por haber, pero ni rastro alguno de aquello. La volví a guardar entre el primer tomo de mi libro favorito, ya continuaría la búsqueda más tarde. Suena el teléfono:

—Ey….

—¿Qué tal Ell?.

—Por fin te localizo. Ya me estaba preocupando.

—Salí a correr.

—¿Te hace una peli?.

—Trabajo en un par de horas…extras, ya sabes.

— ¿Y después?.

—No creo. ¿Sabes algo de Ash?.

—Tiene una resaca del demonio…hoy no es persona.

—Ok. —Ell titubea un instante.

—Nena, está bien, ¿vale?.-

—Resacosa pero bien... lo sé.—disimulé.

—No te hagas…ambos sabemos que es lo que te preocupa, y está bien. Te lo aseguro.

—Ok.—dije poco convencida. Llamémoslo presenti-miento.

—Sólo quiero que sepas que no tienes de que preocuparte.

—Bien. ¿Después del trabajo? podría ser Ell.

—Perfecto. Te paso a buscar al trabajo y si Ash está receptiva que se venga.

—OK. Estaría genial. Hasta más tarde.

Intuía que Elliot no me había contado todo, lo conocía demasiado, así que entré por primera y última vez en el Instagram de Price, que el muy prepotente lo tenía visible para ligar, y obvio que lo hacía después de ver la foto de su perfil –era innegable que estaba demasiado bueno–, e investigué haber si había algo nuevo. Un sin fin de fotos de las últimas horas, de la noche anterior, de la fiesta, de sus besos babeantes con varias chicas a la vez, pulsos sobre la encimera de la cocina a pecho descubierto, alardeando de musculitos con sus amigotes, con Ash y Becca borrachas con una botella en mano y maquillaje corrido... y, ¡maldita sea! un vídeo boomerang donde Price salía despedido:

—¡¡¡joder!!!.—se oye gritar.

Verlo así era alucinante. Lo bueno, por decir que había algo bueno era que mi rostro no había llegado a ser captado en aquel boomerag. Sigo pasando fotos, y paso más... no había nada, hasta que caigo en cuenta de las "Histories", y efectivamente se ve a Price en un vídeo en directo (de más de dos horas de duración hasta el momento) tumbado en la cama aún aquejado con la marca de una mano en su pecho, como si lo hubiera quemado, conversando con dos de sus amigos los cuales:

—¡Tío ha sido una puta pasada!.—ríen.

—Tenemos un Powder versión femenina en la universidad.

—Femenina por decir algo, tío. Maldita estúpida.—continua Price.

—Femenina es… aunque no sea de nuestro gusto.

—Un camionero es más femenino.—se carcajean.

—No exageres, tío. Está bien físicamente si te fijas. Otra cosa es que no enseñe el culo, como a lo que estamos acostumbrados.



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En el texto hay: amor, magia, ángeles

Editado: 09.01.2022

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