Elliot me esperaba fuera de la cafetería en su coche, preparado para llevarme a la dichosa fiesta de la hoguera, una celebración típica de final de temporada de los “Northern Eagles”, cuyo acontecimiento era casi el más esperado por toda la juventud del pueblo y de duración media de… imposible saberlo –a mí me parecía un evento eterno– ya que empezaban con un almuerzo y terminaba… aquello no tenía fin, porque amanecían tirados y borrachos en el embarcadero.
Llegamos a las afueras del bosque, –porque los vehículos tenían prohibido el paso–, estaciona junto a un sinfín de coches aparcados de mala manera y gente entre ellos escondidos –a juzgar por las risotadas– haciendo a saber que cosas, imagino que de forma inconsciente viendo las horas que llevarían ahí. Continuamos a pasos lentos sortean-do obstáculos, ya que de noche era casi misión imposible encontrar el sendero con facilidad, sin soltar nuestras manos. Guiándonos por la música y el jaleo llegamos al embarcadero, que dicho sea, de noche se veía hermoso. No había mucha luz, pero sí la suficiente para observar hasta el mínimo detalle.
No tardaron en venir a “recibirnos” y arrastrarnos hasta la muchedumbre, muchos ya borrachos. Ell estaba feliz, se le notaba cuando lo arrastraron a bailar algunos de sus compañeros, no sin antes disculparse con la mirada… era su fiesta. Comienzo a dar vueltas por el recinto, no me sentía muy cómoda, pero pronto tuve compañía:
—Toma.—Ethan me ofrece algo de beber.—No te voy a envenenar.
—Gracias.
—No te esperaba por aquí.
—Yo tampoco.—sonríe.—Ell me lo pidió.
—Capitán América se preocupa demasiado por ti.—sonrío.
—“Capitán América” es mi mejor amigo.
—Pues no me gusta como se comporta respecto a ti. Demasiado sobre protector para ser un simple amigo.—me hubiera gustado decirle que Elliot opinaba lo mismo respecto a él.
—Creo que a ti eso no te importa.
Comenzamos a caminar mientras conversamos, aleján-donos un poco del meollo de la fiesta, donde se podía respirar aire limpio, hasta el embarcadero donde mis recuerdos de aquel extraño día vuelven a resurgir. Nos sentamos al borde:
—Aún me guardas rencor por eso, ¿no?.
—Un poco.—sonrío otra vez, como cada vez que él me habla.
—Fue por una causa justificada.—lo miro de reojo.
—Pues casi me ahogas.—sonríe de forma risueña y no puedo dejar de contemplarlo, ¿porqué ahora lo veía de otro modo?.
Ya comienzo a creer que soy una completa estúpida. Giro mi cabeza buscando a Ell con la mirada, realmente avergonzada, quizás buscando que me rescate, aunque no sabría decir de qué. Después de hacerlo varias veces, consigo captar la atención de Elliot, el cuál se limita a alzar el vaso y guiñarme un ojo, sin percibir el apuro en el que me sentía, sin embargo Price que era el otro que había captado mi mensaje hacia Elliot, ríe viendo la peculiar escena, trato de disimular:
—Imbécil.—digo casi para mí misma.
—¿Qué es lo que te incomoda?.
—Es extraño, solo eso.
—¿Extraño?.—sonríe.—Extraño sería que esto pasase con Price, con Masson, Becca… pero ¿conmigo?.—río.
—Obvio… ¿contigo? Que bobadas digo, ¿verdad? Has sido tan buena persona desde el minuto cero de nuestro accidentado encuentro.—me mofo y río.
—Ya sé lo que estás pensando. Pero no soy como piensas.
—Entonces enseñame como eres.
—Tienes que ser capaz de querer verlo.—sonríe y desvía la mirada a la nada oscilando las piernas.
—¿A qué te refieres?.—pregunto confusa.
—Que me dejes hacerlo. Me acerco, tiemblas. Te miro, tiemblas. Te traigo al embarcadero para que te sientas cómoda y…
—… ¿Tiemblo?.—ríe a carcajada limpia.—¿Tanto se me nota?-
—Buscas a súper Capitán para que te rescate de este malvado ser que te ha raptado para que disfrutes lo mínimo de esto.
Ambos reímos al unísono. Ya comenzaba a sentirme cómoda con Ethan, a pasos de hormiga, pero lo estaba logrando. Ethan se peina con los dedos, gesto que he comprobado que hace cuando quiere decir algo y no sabe como hacerlo. Se muerde el labio inferior sin parar de sonreír, y vuelvo a sentirme estúpida e incómoda cuando me doy cuenta de como lo estoy mirando. Agito la cabeza:
—Bueno, ehhh…—trato de romper la tensión sin lograrlo.
—Eso mismo decía yo.—contesta con tono burlón.
—Eso veo.
—Se quedó buena noche… parece.
Le doy un codazo en el costado y él comienza a reír de nuevo. Sin esperarlo inicia lo que iba a ser una guerra de agua, salpicándome con las manos, haciendo que mis pocos reflejos afloren cubriéndome el rostro, entre risas, en un intento frustrado de devolverle cada bocanada de agua del mismo modo, me levanto para escapar de él, y corremos por la orilla del embarcadero. Tenía que correr más si quería alcanzarme, pero antes de reaccionar me hace un placaje y caemos al suelo, haciendo que su cuerpo amortigüe el golpe. Ríe de aquella manera que contagia, como un niño, haciendo que me sume a su risa, como bobos, como niños. Cuando logramos calmarnos, respiramos hondo y nos levantamos:
—Necesito algo para beber.—comenta con su voz aun entrecortada.
—Yo también.—asiente.
—Espera aquí, yo lo traigo.
Lo observo marchar. Realmente Ethan es especial y del mismo modo me hace sentir a mí. Miro como conversa con Ell y otras chicas mientras sirve algo de beber en un par de vasos, aunque extrañamente se les ve bastante tranquilos y animados a pesar de su mala relación. Me hace sentir bien, pero aquello cambia cuando Price se acerca con cara de ¿desprecio? O eso me pareció, con su maldita y característica sonrisa de suficiencia. Le doy la espalda esperando que perciba que es menos que un cero a la izquierda para mí:
Editado: 09.01.2022