Ciudades Flotantes

Capítulo 17

Después de nuestro violento encuentro con mi hermano ahora debemos buscar a nuestro amigo Ice. Nos dirigimos a la casa donde habita mi hermano y me llevé una hermosa e impresionante sorpresa, resulta que mi hermano se casó y tiene dos hijos. 

— Espera, es en serio —  digo.

— Sí, decidí hacer mi vida—  dice Darkos.

— Estás casado y ellos son mis sobrinos— digo.

— No tienes que sorprenderte tanto, ambos sabíamos que esto pasaría— dice Darkos.

 

Es momento de ir a lo más serio.

— Necesito que me envies a mi y mis amigos al bosque oscuro— digo.

— Es en serio— dice Darkos.

— Un buen amigo está ahí y tenemos que rescatarlo— digo.

— Es momento de que sepas algo— dice Darkos.

 

Me siento en uno de los sofás junto a mis amigos para escuchar lo que tiene que decir.

— Sí tu amigo está en el bosque oscuro, quiere decir que están tratando de abrir el pentágono— dice.

— Espera , no estas bromeando verdad— digo.

— Me temo que no y esto es obra del sexto guerrero prohibido— dice Darkos.

— ¿Qué sabes de él o ella?— dice Atlas.

— Este guerrero fue una vez un valiente guerrero del rey, se le entregó un poder tan poderoso que atentó contra el mismo reinado, yo era un simple hechicero principiante, pero mi maestro los encerró en el bosque oscuro para contener su ira y enojo. Su nombre es Gan, el guerrero de la oscuridad — dice Darkos.

 

Una historia interesante y siniestra al mismo tiempo, ahora debemos pensar en cómo enfrentarlo y cómo el Pentágono puede ser abierto.

— ¿Cómo entra Ice en esto?— digo.

— Necesita un espíritu que sea fuerte y ante todo un amuleto que le permita abrir el portal al resto de demonios ángeles— digo.

—Carajos — dice Bolgan.

— Envíanos— dice Atlas.

 

Abre un portal que nos lleva a bosque en donde disfrutamos nuestras vacaciones. 

— Llevenme al límite— dice Darkos.

 

Todos los acompañamos al punto que desapareció Ice, todo parece estar tranquilo, pero nos alistamos por si ocurre un ataque de los demonios. En ese momento Darkos puede ver la magia que fue utilizada.

— Detectó un rastro de magia oscura — dice.

— Te ayudaré a abrir el portal— dice Atlas.

— Una vez adentro, tendrán que enfrentar a personas que tienen una fuerza inevitable, usen sus mejores cartas y ataques porque se enfrentarán a lo peor de lo peor— dice Darkos.

— Gracias hermano— digo.

— Yo los acompañare— dice.

 

Es algo riesgoso, pero no debemos desperdiciar ninguna ayuda. Darkos y Atlas abren el portal que nos dirige a lo que parece ser montañas cubiertas por nubes negras. Cada uno entra con la debida precaución y con el arma lista para atacar. El suelo es desierto y parece que es un material que jamás vi, para Angelo puede ser una desventaja, caminamos unos cuantos metros hasta lo que parece ser montañas en formas de pirámide y también con figuras que parecen ser de ángeles. 

— ¿Dónde puede estar?— digo.

— La hechicera que controla este lugar puede estar siguiéndonos— dice Darkos.

— Espero que esté bien— dice Ari.

 

Nuestra preocupación aumenta, pero cada vez que caminamos puedo oír el ruido de alas, alguien está volando o puede ser un demonio. Al momento que caminamos podemos ver una luz saliendo del centro, así que corremos lo mejor que podemos, escalamos las montañas que se nos pongan enfrente, las escalamos y al llegar podemos ver cinco estatuas en forma de media luna y en medio el amuleto y arma de Ice.

— Están iniciando el conjuro— dice Darkos.

 

Al llegar al centro tratamos de ver donde está Ice y si podemos terminar la ceremonia. 

— Alguna idea— dice Atlas.

— Tenemos que detenerla, pero no con ataques— dice Darkos.

— Quieren quitar el amuleto y el tridente— dice Ari.

— Solo así podemos bloquear el portal— dice Darkos.

 

Atlas se acerca a quitar el amuleto, pero algo le lanza un hechizo que la aparta unos metros. 

— Rayos— dice Atlas.

 

En ese momento podemos ver encima de las estatuas lo que parece ser los ángeles demoníacos. 

— Miren que tenemos aquí, intrusos— dice uno de ellos.   

— Son ellos— dice Darkos.

— Tranquilos no les haremos daños, siempre que despertemos a nuestro guerrero prohibido — dice uno de los ángeles.

— Necesitamos a nuestro amigo de vuelta— digo.

— Sí lo quieren deberán enfrentarse— dice otro de los ángeles.

— Yo no creo que eso pase, somos más fuertes unidos— dice Neo.




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