Ciudades Flotantes

Capítulo 18

Después de conocer a los miembros del Pentágono y nuestro enemigo Gan, podemos ver como Ice cae al suelo y nosotros tratamos de curarlos.

 — ¿Y ahora qué? — digo.

— Es momento de ir con la persona correspondiente— dice Gan.

— ¿Quién?— dice Bolgan.

— Nuestro querido rey Ike—

 

En ese momento sentimos como todo cambia y sale una luz resplandeciente. Al abrir nuestros ojos podemos ver que estamos en el bosque que estábamos hace unos días. Veo el árbol de enfrente y puedo ver el tridente y amuleto de Ice. 

— Mierda— digo.

— Logró abrir el portal— dice Darkos.

— Ahora que podemos hacer, tenemos algo muy cabrón entre manos— digo.

— Llevemos a Ice a un lugar seguro— dice Atlas.

 

Lo mejor que podemos hacer ahora es llevarlo al lugar en donde Neo habita, su ciudad es un lugar seguro por el momento. Los ángeles del pentágono están planeando algo y sabemos que el rey aún está vivo por alguna razón. 

 

Recostamos a Ice en la cama y seguimos nuestros caminos después de eso, la mayoría de nosotros tenemos que descansar, pero yo no puedo dormir, sabiendo que mi amigo está en peligro y también saber que planifican. Aún recuerdo la mirada de Emilio torturándome, tratando de matarme con lo que tuviera enfrente, es uno de esos traumas que no tan fácilmente los puedes olvidar.

 

Cae la noche y lo mejor que puedo hacer es caminar por el pueblo y pensar en lo que está pasando. 

— No puedes dormir— dice Angelo.

— Algo así— digo.

— Te sigue preocupando Ice— dice Angelo.

— No es eso, me refiero a lo que pasa con el pentágono, los ángeles demoníacos están planeando algo con el rey y necesito saber que es— digo.

— Los caballeros de puño de plata, los caballeros diamantes, la orden del pecho de oro y los ángeles demoníacos no es una buena señal— dice Angelo.

— Su fuerza mágica es muy poderosa— digo preocupado.

— Nuestros amuletos no funcionaron en el bosque oscuro, pero aquí si se podra— dice Angelo.

— Acompáñame a la isla central, Angelo— digo.

— ¿Por qué?— exclama Angelo.

— Necesitamos adelantarnos al plan— digo.

 

Ambos tomamos varias mochilas y un poco de comida que nos servirá en nuestro viaje momentáneo, los demás tendrán que quedarse mientras tratamos de ganar tiempo. Aún así le dejamos una nota para que no se preocupen de nuestro paradero. 

 

Angelo y yo nos vamos con el poder del dragón Hyridius y volar lo más rápido que se pueda. 

— Es la primera vez que escapó con un colega— dice Angelo.

— Bueno, yo siempre trataba de escapar y nunca salía bien— digo.

— Aún tienes rivalidad con el caballero de oro, verdad— dice.

— Fueron momentos duros y difíciles para mí, después de nuestra muy cobarde retirada y que tuvimos que escaparnos para mantenernos a salvo, me volví más duro, más pensativo y más desconfiado. Emilio mató todo lo bueno de mí y lo convertí en ira y odio— digo.

— No debes juzgarte tan fuerte, los muchachos y yo te vemos cómo eras hace unos años. Siempre tan problemático y sarcástico— dice Angelo.

— No saben lo que me pasó— digo.

 

Le empiezo a contar a Angelo el cómo fue que me capturaron. La isla sur era conocida por sus frondosos bosques y su gran clima, además que funcionaba como un punto en donde podían esconderse y era muy difícil encontrarte. El pequeño pueblo producía agua potable y también era conocido por tener el mejor entretenimiento. Me quedé ahí después de que una familia me ofreciera refugio a cambio de hacer trabajo agrícola y atender a los clientes, tenían una hija, su nombre era Ariel, una mujer con gran personalidad y segura. 

 

Ambos nos conectamos en ese instante de vernos, a ella también le interesaba cómo manejar armas y quería formar parte del ejército del rey, en ese momento le dije que lo mejor que podía hacer era practicar y tal vez su mejor objetivo es servir a su pueblo y protegerlo. Me pidió que le enseñara todo lo que sé, pero no sabía que enseñarle porque nunca hice un curso, algo que pudiera garantizar ser su maestro.

 

Le enseñe a pelear, tener algo con que combatir al momento de que le hiciera algo los ladrones o algún rufián que se aproveche de ella, era muy observadora y eso forma parte de la virtud de una persona, pero era muy terca, nunca se rendía a pesar que me enfrentaba. 

 

Pasaron algunos meses hasta que llegó ese maldito día. Los caballeros del puño de plata sabían de que uno de los guerreros prohibidos estaba habitando entre ellos, lo mejor que pude hacer fue decir la verdad, pero en vez de recibir apoyo la familia me entrego como si fuera un pedazo de carne, lo hicieron para recibir la recompensa en oro que ofrecía.

 

Me entregaron, pero yo logré oponerme y responder. Ariel entrego mi espada mientras ella sostenía la suya, peleamos y en ese momento mostramos nuestro poderío,toda la enseñanza fue aplicada y mejorada en un instante, pero tuve que usar el poder de Hyridius y Serius juntos para poder salir ilesos, pero en ese momento Emilio aprecio y incrusto su espada dorada en el cuerpo de Ariel. 




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