Capitulo 17
Katherine
Su mirada es profunda como si nunca hubiese tenido sentimientos. Verlo después de 3 años es una tortura y más sabiendo que tiene a sus hijos frente a él. Me limito a ver lo mucho que ha cambiado, la inmortalidad le sienta muy bien.
- Buenas tardes Henry – dije con mucha sequedad - voy a pasar – el levantó una ceja.
- No – me dijo serio y seco – no eres bienvenida en mi casa.
- Ahora también es la casa de mis hermanas por lo tanto tengo todo el derecho de pasar – realmente me estaba enfureciendo. Mis ojos se pusieron negros – si no me…- fui interrumpida por alguien que se puso atrás de él. Mis ojos se cambiaron rápidamente a su color natural
- Henry, ¿Qui…-no terminó de decir – Katherine – Luis sonrió ampliamente al verme, empujó a Henry – ha pasado tanto tiempo – se nota su felicidad – ese chico sí que me cae bien.
- Hola Luis – hicimos el saludo vampiral - ¿Cómo estás? – sonreí.
- Muy bien, pero no tanto como tú – me miró de pies a cabeza – estas hermosa.
- Gracias – sonreímos, le iba a decir otra cosa, pero fui interrumpida por mi pequeña Darcy.
- Mami – me jaló la mano para que le prestara atención así que me agaché a su altura para ver bien a mis dos niños - ¿Quiénes son esos señores? – dijo bajito para que ellos no escucharan, pero fue imposible porque lo hicieron; Luis río.
- Él es Louis – lo señalé – es tu tío, es el esposo de mi hermana Eleanor – los niños asintieron con una sonrisa – y el – señalé a Henry mirándolo fríamente – es Henry, un simple conocido – la mirada de Harry se puso más intensa. Se alejó de allí hecho furia *para lo que me interesa*.
- Hola pequeños – ellos sonrieron tímidamente – son muy lindos.
- Gracias – dije por ellos.
- Vengan pasen, no se queden allí – nos ayudó a entrar las maletas dejándolas en la entrada – todos están en la sala – fuimos hasta allí … Entramos a la sala, tenía en brazos a Edward – miren la sorpresa que les tengo – dijo Luis. Todos me quedaron mirando en shock.
- ¿Es que no piensan saludarme? – pregunto con una sonrisa.
- Hermana – dijeron al unísono. Me abrazaron, ya no me parece tan raro abrazar ya que eso lo hago todo el tiempo con mis pequeños vampiros … Un chillido, nos hizo separar.
- Me aplastan – dijo Edward con su dulce voz captando la atención en él y en Darcy.
- Son tus hijos – afirmó Perrie con una gran sonrisa.
- Así es – dejé a Ed en el piso – él es Edward y ella es Darcy – dije orgullosa, ellos se aferraron a mis piernas bastante tímidos – disculpen, ellos se ponen así cuando ven a mucho adulto y ningún niño.
- No se preocupen niños – Danielle les empezó hablar – aquí no estarán solos – la miraron confundidos - ¿Quieren conocer a sus primos? – dijo dulcemente haciendo que ellos asintieran felices – acompáñenme – ellos tomaron su mano para luego irse con ella.
- Tenemos que hablar – dijo Bárbara algo seria.
- Lo sé – suspiré – tus pensamientos me lo dicen todo.
- Entonces tomemos asiento – eso hicimos, nos sentamos en los sofás … Hablamos de todo lo sucedido sin omitir detalles. Al terminar de hablar Henry se acerca a nosotros, mi mirada era fría con él.
- Katherine vamos hablar – dijo el firmemente, ahora soy yo la que lo mira con la ceja levantada. No quería discutir así que me levanto y lo sigo hasta su alcoba sin decir palabra alguna – toma asiento – me dice este.
- Así estoy bien – dije fría - ¿Qué quieres?
- ¿Ellos son mis hijos? – me quedé callada – contéstame – alzó la voz - ¿Son mis hijos?
- ¡Sabes! Ellos no tienen padre, solo son mis hijos – dije después de un largo silencio.
- Aunque digas eso, son mis hijos, tengo derecho – que descaro.
- Eres muy descarado – apreté la mandíbula – quiero que me digas una cosa ¿Por qué tan interesado? Porque mejor dejas de preguntar en mis hijos y le prestas atención a la zorra de Aranza – dije con desprecio.
- A ella la respetas – gritó leve agarrándome fuertemente del brazo – ella sin duda alguna es mejor que tu – Aranza le ha dañado la mente. Solté un chillido por el agarre – nunca me ha mentido.
- Suéltame que me lastimas – en estos momentos es más fuerte que yo.
- Escúchame muy bien – sus ojos cambiaron a color negro – le vuelves a faltar el respeto a Aranza y se me va a olvidar que eres una vampira, te clavaria una estaca de plata en el corazón – me tiró al piso haciendo que me golpeara la cabeza.
- Te desconozco Henry, me dijeron que habías cambiado, pero no pensé que tanto – decía tirada en el piso – ella te ha cambiado – al decir eso se acercó rápidamente a mí y me agarró fuertemente del cabello.
- Nadie me ha cambiado. Gracias a Aranza soy el mejor.
- No puedo creer que hayas olvidado todo. Los disgustos, los besos, el momento que hicimos el amor – al decir lo último me soltó de golpe, sentí un alivio.
- Escucha esto que te voy a decir – su frialdad duele – nunca te amé, solo quería sexo contigo y lo conseguí – él no puede estar diciéndome eso – por ese momento salieron esos mocosos que son un completo error, jamás tendrán mi apellido – ese no es el Henry, que conocí – ahora lárgate de mi habitación que no te quiero ver más, me causas nauseas – lo miré dolida. Me levanté del piso mirándolo con mucha decepción. No dije nada, solo salí de esa alcoba para poder buscar a mis hijos, no quiero permanecer mucho tiempo aquí … Me despedí rápidamente de mis hermanas y ahora cuñados para así salir rápidamente.