Clan Dracul: Lazos sangrientos - Libro 2

Capitulo 3

Eleanor

Nada ha sido igual. El clan Brasov ya no existe, aniquilado por la ira de mi padre. Pero el triunfo es una ceniza fría. Por culpa del poder de Aranza, mi hermana menor, casi muere, cosa rara en un vampiro de su linaje y poder.

Desde hace años la estamos buscando para que pague por lo que le hizo a Katherine, pero parece como si se la hubiera tragado la tierra. Aunque se dice que es posible que se haya ido a Brasov, porque sabe que no podemos pisar esa ciudad por no ser nuestro territorio.

Lo que más duele de todo lo que pasó, de la traición y la guerra, es que los dos hijos de mi hermana, Edward y Darcy, están creciendo sin su mamá y claramente sin su papá, Henry, que es el que más me ha decepcionado. Aún siento el vacío en mi pecho, la conexión de Parabatai con Katherine, que se sintió como una herida abierta todo el tiempo que estuvo en coma.

—Amor, ¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara? —Mi esposo Luis se sienta a mi lado en la sala de espera del hospital, interrumpiendo mis pensamientos. Su presencia es un ancla.

—Estoy tan preocupada por Katherine y por todo lo que ha pasado —digo, sintiendo la humedad fría de las lágrimas que salen de mis ojos. Las leyes del vampirismo dictan que no deberíamos llorar por nada, pero la debilidad de Katherine me rompe. Luis me abraza con delicadeza.

—Todo va a estar bien, como clan vamos a superar todo —dice, besando mi frente.

—Mami, ¿Por qué lloras? —Pilar, mi hija menor, se acerca a nosotros, con sus ojos azules llenos de curiosidad. Luis la carga.

—Por nada, Pili —digo, sonriéndole con ternura para tranquilizarla.

—Nadie llora por nada —William, que es mi hijo mayor, habla, sentado a mi lado, con una seriedad impropia para su edad.

—No van a entender bien lo que está sucediendo —Miro a mi hijo, dudando si darles más detalles de esta oscura realidad.

—Mamá, claro que sabemos lo que está pasando con mi tía Katherine, una vampira la quiso matar —dice William, con esa franqueza que caracteriza a los Dracul.

—Y ahorita estábamos con mis primos Darcy y Edward, estaban llorando porque mi tía no los quiere —continúa Pilar. La revelación de los mellizos me apuñala. Claro, ellos lo han escuchado, y para dos niños sin recuerdos de su madre, su rechazo es devastador.

Al ver que comprenden lo que está pasando, decido que merecen la verdad que su tía no puede darles.

—Bien, una vampira usó su poder para matar a su tía, pero pudimos traerla a tiempo a este hospital que es especial para nosotros los vampiros y le hicieron una regeneración que fue exitosa —Luis toma la palabra, con una voz suave pero firme, explicando la difícil realidad—. Ahora que abrió los ojos después de un tiempo, tuvo una pérdida de memoria temporal por producto de ese poder.

—¿Entonces mi tía Katherine sí quiere a mis primos? —Pregunta William.

—Claro que sí, mi amor. Tus primos Edward y Darcy son la vida de mi hermana. Es solo que no los recuerda, aún —Lo abrazo fuertemente.

—Qué bueno, porque ya nos estábamos preocupando —Pilar suspira con alivio, y veo cómo la inocencia infantil regresa a sus ojos.

—Los dejo un momento —Sonrío y me levanto de la silla. Necesito un momento a solas.

*

La vampira que estoy viendo ahora ya no es la misma que conozco desde que nació hace casi dos siglos y medio. Esa Katherine temible, segura, e insolente ya no existe. Mi hermana ya no es la misma. Sus ojos, aunque aún verdes y hermosos, están llenos de una vulnerabilidad que nunca le había visto. Me sonríe al verme al pie de la puerta de la alcoba del hospital, una sonrisa suave, sin colmillos. Le sonrío de vuelta, acercándome a ella.

—Hola, ¿Cómo estás? —Me siento en una silla cercana al ataúd de sanación.

—Me siento bien, creo —dice, dudosa, su voz es baja.

—¿Por qué crees?

—Trato de recordar, pero no puedo. Es como si una parte de mi vida simplemente no existiera. —Se encoge de hombros, con un gesto mortalmente humano.

—Pero... cuando vi la cara de esos dos niños después de cómo los traté, me puso muy mal. En ese momento sentí algo por dentro que no sé cómo explicar. Siento que son muy importantes para mí. —Sollozó, y sus lágrimas son reales, amargas. Me levanto de la silla y la abrazo de inmediato. La consuelo, sintiendo mi corazón de vampira latir por ella.

—Quiero saber quién soy, ¿Cuál es mi nombre completo? ¿Cuéntame cómo soy realmente? Eso me puede ayudar a recordar —me suplica, soltando el abrazo. Sus ojos están fijos en mí, hambrientos de verdad.

—Te contaré todo aprovechando que padre no anda por aquí cerca. —Sé que mi padre odia que se hable de ciertas partes de nuestra historia. Asiente, ansiosa.

—Te llamas Katherine Dracul Moore, tienes 247 años.

Se sorprende, sus cejas arqueadas.

—¿Tanto así? Entonces es muy cierto que soy vampira.

—Sí. Nuestro padre se enamoró profundamente de una cantante que a mis hermanas y a mí nos gustaba hace casi tres siglos, esa es tu mamá Belinda Moore. Ella en ese entonces era mortal. De esa relación naciste tú y Nick, que es tu gemelo, el cual en estos momentos está de luna de miel con su esposa Gabriela.



#179 en Fanfic
#867 en Fantasía
#494 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: vampiros

Editado: 28.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.