Clandestino luz y sombra

CAPITULO 3 ACADEMIA SEBASTIAN BORG

"(…) Sin voltear ni dudar,

Sigilosa y sin piedad

Con las rocas te has tropezado

Casi todo ha terminado. (...)"

(En el borde del precipicio)

 

— ¡Grace!

— ¿Ocurrió algo? ¿Por qué me buscas?

Tannya corría hacia mi dirección, sacudiendo los mechones castaños en el aire.

— ¡Grace! ¿Qué estabas haciendo? Te estuve llamando hace bastante tiempo, ¡Me había asustado porque no te encontraba!

Gritó eufórica, provocando que de nuevo su cabello danzara en el aire.

—Lo siento mucho, estaba… recorría la escuela. Me aburrí.

—Me hubieras dicho que lo estabas...

—En fin —Interrumpí antes de que siguiera preguntando por mi paradero— ¿Qué ocurrió?

—Cierto, tenemos que irnos, la profesora está llamando a todos. Ya deben estar cerca del autobús.

—Oh, lo siento. Vámonos ya.

La empujé por la espalda, no era difícil hacerlo por su estatura pequeña, parecía una muñequita.

Nos dirigimos al autobús y entramos en él. Antes de subir miré atrás, hacia la academia mientras esperaba a que Tannya subiera ¿Qué había pasado exactamente allí dentro?

Al llegar a mi casa esperé el momento oportuno para hablarle a mis padres sobre la tarjeta y explicarles que, por lo más raro que sonara, el director de la academia me invitó a asistir allí.

Ellos se quedaron estupefactos al oírme contarles la historia entera. Además de eso, no pude contener la intriga, y aunque lo dudaba, les pregunté sobre los exorcistas, conté mi anécdota y la historia que el director Willson me explicó. Traté de decirlo lo más detalladamente posible.

Al terminar de hablarles no me encontré con la expresión que pensaba que tendrían, y mucho menos la de mi madre. Así que interrumpí el incómodo silencio que invadió la casa.

— ¿Sucede algo? No parecen sorprendidos.

—Es que...

Habló papá, pero se detuvo al ver a mamá, ella iba a tomar la iniciativa, así que respiró profundo y empezó a hablar.

—Escucha cariño, lo que aquel director dijo, aunque parezca en lo absoluto raro y absurdo… es cierto.

Al final fui yo la que quedó sorprendida.

—Al crecer, mi padre... tu abuelo, me contaba historias de fantasmas, ya sabes... mitos y leyendas urbanas, pero las relataba no aparecían en ningún lado. Por ello me atreví a preguntarle de dónde conocía esas historias, entonces me contó lo que hacía mi madre, tu abuela...

—Si ustedes ya lo sabían... ¿Por qué nunca me lo contaron?

Exigí, estaba molesta, pero no absolutamente con ellos, también conmigo. Sabía que el mundo era extraño, pero resulta que lo raro estaba en mí...

— ¿Estás enojada?— Preguntó papá, él no tenía la culpa, no tiene la sangre de exorcista. Aunque tampoco podía culpar a mamá. Querían que tuviese una vida normal antes de afrontar la verdad.

—Sí... Pero no con ustedes. Lo estoy conmigo, no entiendo cómo no pude darme cuenta antes, siempre sentí que algo pasaba...

Me abrazaron por unos largos minutos y me solté de ellos.

—Pero no entiendo por qué el director Willson quiere llevarme a aquella academia ¿Qué tiene de especial?

—Grace, esa escuela en secreto es utilizada como una "Academia de Exorcistas".

Ahora las cosas parecían más absurdas de lo que son.

—Es para entrenar a otras personas que quieren serlo. Ellos serán tus soldados en la guerra.

Y aquello lo hizo sonar aún más patético, ¿Soldados en la guerra? ¿Yo? Apenas puedo dirigir un grupo escolar.

—Entonces... ¿Me llevarán a esa escuela?

No quería irme de la mía, estoy muy feliz aquí, tengo a Tannya. Y, supongo que de cierta forma me siento cómoda en mi vecindario, no en una academia para adinerados privilegiados que en secreto son exorcistas.

—Sabemos que no quieres hacerlo. Pero sabes la verdad y tus poderes están despertando... no existe otra opción.

Poderes… el pensar que tengo “poderes” es patético.

—Pues... Tal vez, y sólo tal vez… pueda llegar a adaptarme.

Como dijo, no puedo evitarlo aunque lo quisiera. Si es mi destino, a por él.

Vi a mi mamá agarrando el celular.

—Entonces llamaré a la escuela para avisarle al director de que irás, y que nos expliquen sus normas y asuntos sobre el pago.

Una vez la atendieron no despegó el celular de su oído.

Luego de varios minutos escucho un grito de alteración, por el cuál la miré confusa junto a papá.

— ¿Cómo? No, pero…

No lograba adivinar de qué discutían.

—De acuerdo...

Dejó el celular y nos observó con cierta pena reflejada en los ojos.

—Me atendió la secretaria de la academia, y... es una instalación permanente, es decir que Grace deberá quedarse allí hasta terminarla.

¿Que debo quedarme pupila en esa academia? ¿Sin poder salir al mundo exterior ni ver a mis padres?

—No tenemos otra opción.

Mis padres se abrazaron, parecía que mamá caería al suelo en cualquier momento.

—También dijeron que, como ella fue invitada por el director, todo es gratis, y además tiene que usar un uniforme; ya le di el talle…

Inesperadamente oportuno.

— ¿Cuándo debo irme?— Pregunté con un nudo en la garganta, no soportaba la idea de irme de casa y dejarlos solos, abandonar todo por una realidad que acababa de enterarme.

—Mañana por la noche… Un auto vendrá por ti.

Noté en su voz lo nerviosa que estaba. Sabía que ella era feliz porque me entrenarían para salvar al mundo como a una "heroína", pero por otro lado detestaba al igual que yo tener que distanciarnos por... ¿Cuánto tiempo? No lo sabría.

 

Realmente no podía dormir, mi cabeza estaba repleta por un nido de confusión y desesperación conjunta. Todo pasaba demasiado rápido, aunque sin quererlo, los párpados lentamente lograron cerrarse.



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En el texto hay: secretos, amor, exorcistas

Editado: 24.09.2020

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