Clandestino luz y sombra

CAPITULO 42 ALIENTO DE VIDA

“(…) Oye...

...Lo siento... (…)”

(Lo siento al dolor)

 

 

Escuché un gran estruendo cuando realizó aquella maniobra tan semejante. Lo primero que sentí fue un gran ardor proveniente de mi cuerpo, dolía, y sí que lo hacía. Y segundo después se olía con seguridad algo agridulce y a la vez amargo, algo que todos algunas vez lo habíamos olido, y algo que contiene una sustancia rojiza y líquida.

Mi brazo y parte del estómago se hallaban en un estado grave, algo frágil. Parecía como si "miles"... no, estaría exagerando demasiado, así que mejor digamos "cientos". Era como si cientos de espadas me hubiesen cortado y luego sumergido en una especie de lava negra, ardiente; y dejado allí adolorido.

Por estar ávido de alimento y junto a la pérdida de sangre, me vinieron unas muy grandes ganas de vomitar, estaba mareado. Pero esto se detuvo al instante en que escuché un gran gemido venir enfrente de mí.

 

Nick…

No sabía qué hacer, estaba al borde del cansancio y desesperación; me iba a rendir, o quizá ya lo estaba haciendo.

Daisy no saldría viva de esta, estaba agotado y mis piernas ya no daban para más, veía cómo aquellos monstruos se nos acercaban con rapidez. Pero no quería defraudarla, no así, no de este modo. Así que sólo hice lo que creía que debía hacer.

Miré hacia mi costado a través del arbusto, para percatarme de que Peter y Anelis se habían detenido, y estaban luchando contra Grace. Observé atentamente mientras la imagen se hacía borrosa de cómo Peter arriesgaba su vida para salvar a Anelis, que ahora está en el suelo, malherida.

Aquella acción sólo me dio un impulso de valor para realizar lo que fugazmente se me había ocurrido,  y que antes no me atrevía lo suficiente a hacer. Sin embargo… ya no queda de otra.

Daisy se había desmayado, y no la culpo. Sufrió mucho tanto física como mentalmente, y en un tiempo récord, yo no creo poder resistir a algo como lo que ella pasó. Daisy es muy fuerte, sólo tiene que darse cuenta de eso y podrá hacer varias cosas en el futuro. Espero que pueda entenderlo y que para aquel entonces su pasado no la arrastre consigo; ya que después de todo nuestro pasado hace a la persona que somos ahora. Sólo cuenta la forma en que lo tomemos.

Seguí corriendo con esta vez más fuerza, decidido a avanzar. Miré hacia todo lados buscando un buen escondite, hasta que hallé entre las ramas a un árbol con un hueco en el centro, el cual era de forma extraña, sin poder describir. Se trataba de un perfecto escondite, justo como buscaba.

Me dirigí hacia allí, soportando mi peso junto al de ella, y de manera veloz (para perder tan sólo unos segundos de vista a los seres), me abalancé y con cautela metí rápido a Daisy en aquel hueco del árbol. Aunque me resultaba desagradable el hecho que allí también habían telarañas y algunos hongos.

Me desplacé a una dirección contraria al paradero de Daisy, para que los seres no la encontrasen, perdiendo su rastro del área. Paré unos cinco segundos para descansar, apoyado en un árbol cubierto de moho, y luego seguí con la carrera. Deseoso de ganarla.

Me dirigí a la zona sur de donde corríamos, es decir, regresando al camino. Observé cómo Peter seguía luchando contra la Elegida, preparado para cometer el último acto para llegar a la victoria. Pero, para mi sorpresa (y creo que también la de todos), Peter en vez de tirarla al suelo o golpearla lo suficiente para noquearla o quizá matarla, la besó. Y luego, apareció una luz negra en la mano de Grace, dirigiéndose hacia el pecho de Peter, amenazando y lista para atacar.

Sin más pensarlo, me arriesgué. Atravesé el arbusto que nos separaba, con las ramas rasguñándome a su paso, y avancé con lo que mis pies me permitieron, sudando, totalmente mojado, con la respiración pesada; no lo aguantaría, ya no más.

Salté, salté con la fuerza de voluntad que me quedaba, sintiendo al viento soplar en mi espalda y cabellera. Por un instante el entorno tomó un aspecto pacífico. Por unos segundos el mundo paró. Por un momento logré ver la belleza de la naturaleza, de todo lo que me rodeaba. Aunque aquel momento fue ahogado por sonidos desgarradores. Oía gritos a mi alrededor, pero no estaba alterado, me sentía en paz.

Concentré mi mirada en una persona, logrando que los recuerdos de mi vida entera llegaran hacia mi mente. No comprendo totalmente si las imágenes fueron puras fantasías mías de una vida que "pudo ser", pero fuese lo que fuese parecía muy real, y me gustó.

En verdad hubiese deseado tener una vida así. Los cinco juntos, los cinco disfrutando, riendo, conversando y hasta peleando. Pero sobre todo unidos.

Anelis. Con sólo pensar su nombre quiero retractarme y nunca haber salido a la fuga, en picado hacia la boca del lobo. Viendo su rostro… me dan ganas de no morir. Quizá en alguna otra vida nos podamos encontrar y esa vez sí, permanecer tal vez juntos. Inseparables.

 

Anelis…

El ruido fue aturdidor como un disparo. No estaba al 100% segura de lo que sucedió exactamente. Es que sólo... todo pasó muy rápido.

Estaba dolida, gritando con rudeza. Apretaba fuertemente mis dientes para intentar acallar el grito. Pero lo que más me hiere es no poder hacer nada para poder salvar a Peter, o al menos ayudarlo... sólo soy un estorbo, un maldito estorbo que siempre arruina todo lo que se le cruza en el camino. Lo soy, y siempre lo fui, toda mi vida.

Si salgo de esta prometo estar sobria, no beberé ni una gota más de alcohol. Aunque en este momento no estaría mal un whisky.

En vez del ataque final, el final de Peter y el inicio de algo mucho más grande y peor… lo que mis ojos vieron fue a Nick corriendo de la nada, y con aquella velocidad empujó justo a tiempo a Peter, salvándole la vida, aunque de todas formas dejándole heridas severas.



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En el texto hay: secretos, amor, exorcistas

Editado: 24.09.2020

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